Me tiraste un limón, y tan amargo, con una mano cálida y tan pura, que no menoscabó su arquitectura y probé su amargura, sin embargo. Con el golpe amarillo, de un letargo dulce pasó a una ansiosa calentura mi sangre, que sintió la mordedura de una punta de seno duro y largo. Pero al mirarte y verte la sonrisa que te produjo el limonado hecho, a mi voraz malicia tan ajena, se me durmió la sangre en la camisa, y se volvió el poroso y áureo pecho una picuda y deslumbrante pena. Este soneto se escribió para El Silbo vulnerado . Apenas tiene variaciones, posiblemente estén dedicados a Josefina. En este soneto, parece ser, que relata un hecho real, de un día que Josefina le tiró un limón a Miguel en la cabeza porque él, estando en el huerto, le robó un beso al descuido y ella, ofendida, le tiró un limón y le produjo una herida sangrante,
Las láminas y libros de Emilio y Carlos Freixas se siguen comercializando, ahora son sus herederos, en la form online.
ResponderEliminarhttp://www.dibuixants.com/prestashop
Un saludo