Anécdotas del mundo del arte (6)
FRANCISCO DE QUEVEDO: EL INGENIO
Un genio como Francisco de Quevedo y Villegas (Madrid, 1580-Villanueva de los Infantes, 1645) siempre nos sorprenderá, ya que su ingenio es comparable a su talento y su audacia a sus ocurrencias.
Un genio como Francisco de Quevedo y Villegas (Madrid, 1580-Villanueva de los Infantes, 1645) siempre nos sorprenderá, ya que su ingenio es comparable a su talento y su audacia a sus ocurrencias.
Cuentan
que en una ocasión hizo una apuesta con unos amigos en la que el reto era si
sería capaz de reprochar a la Reina Doña Isabel, esposa de Felipe IV, la cojera
que padecía. Como nos podemos imaginar, no se echo atrás y en una recepción en
Palacio se presentó ante la Reina con dos flores, una rosa y un clavel. Y le
dijo: “Entre el clavel y la rosa, Su Majestad es-coja”.
Pero
el ingenio de este escritor era tan prodigioso que haya por donde iba hacía uso
de su talento. Otra de las anécdotas que se atribuyen a Quevedo tiene que ver
con la escasa higiene de la época. En el Madrid del siglo XVII era costumbre no
sólo arrojar por las ventanas el contenido de los orinales, al grito de “agua
va” sino también que los transeúntes -varones- hicieran aguas en cualquier
rincón. Para evitar esa “costumbre” los dueños de las casas que se veían
afectadas por ese hedor, colocaban hornacinas, cruces o cualquier símbolo
religioso para que respetaran esos lugares. Pues parece que nuestro
protagonista buscó uno de esos rincones y se encontró con una cruz y un letrero
que decía: “Donde hay una cruz no se orina”. A lo que él añadió, “…
y donde se orina no se ponen cruces”.
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