ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (31) Aggionamento...
“Aggiornamento”
y catarsis
Algunos
recordarán que el “aggiornamento” fue la idea motriz del Concilio Vaticano en
los primeros años de la década de los 60. Se trataba de una revisión de
principios de la Iglesia Católica para responder así a las necesidades contemporáneas
por medio de una “puesta al día” o “actualización”, que eso es lo que quiere
expresar el término italiano.
Una
institución centenaria como la Academia de Bellas Artes, es esencialmente, un
sistema; un conjunto teórico de ideas, reglas y principios; elementos que han
sido su fuerza impulsora, y que se han plasmado -a lo largo de los años- en
multitud de acciones y prácticas de éxito. No obstante poderosas mareas de
diversa índole han cambiado nuestro mundo y esas ideas y esos principios pueden
estar necesitados de un particular “aggionarmento”.
Entre los
cambios acaecidos están los relativos a las “artes”. En poco más de un siglo se
ha pasado de una concepción estática de las Bellas Artes a considerar el arte
desde una sorprendente amplitud de criterios. Ha sucedido así también con todos
los aspectos de la creación artística, se ha dado un triple salto mortal desde
los pinceles y el cincel de esculpir, a los ordenadores y a los programas
informáticos, dando paso al complejo fenómeno del ciberarte.
Los propios
muros de la cultura cabecean a impulsos de tremendas sacudidas; la cultura de
tarima, atril y naftalina se abre a nuevas concepciones culturales más vivas y
vibrantes. Se está dejando de cultivar una cultura cerrada, propensa a
desarrollar conceptos absolutos, emergiendo una cultura más vigorosa con
propósitos que conducen a aprender, a hacer y a gozar. Muchos empezamos a
entender esto como un efecto purificador, como una verdadera catarsis.
El propio
concepto de las Bellas Artes casi ha desaparecido, subsumido por la denominada Cultura
visual, que pretende englobar todas las realidades visuales, sean del tipo
que sean, y que cada día tienen un papel más relevante. A las tradicionales
cinco categorías de las Bellas Artes: arquitectura, pintura, danza y música,
escultura, y literatura; se suman el cine, la fotografía, el diseño, la
publicidad y muchas otras.
La cultura
tecnológica es la más revolucionaria que se ha dado jamás en la historia humana
e implica cambios en casi todos los campos de actividad, así como del propio
individuo. El ciberespacio se ha convertido en nuevo lugar de
posibilidades creativas, en el que han tomado posición propuestas artísticas y
culturales de gran seducción. Todo ello hace necesario el “aggiornamento” de
los sistemas, e imprescindible, la puesta al día.
Decía el
escritor y futurista Alvin Toffler que
una ola de tiempo nuevo nos invade, y solo hay dos opciones: cabalgar sobre esa
ola y sobrevivir, o quedar atrapados por ella y ser engullidos de manera
implacable.
Ignacio
Pérez Blanquer
Un magnífico artículo.
ResponderEliminarMagnífico artículo. Y me sumo a la primera opción que nos presenta Toffler haciendo un "aggionarmento" de mis pasatiempos anteriores, declarándome una incondicional de Internet, gracias al cual estoy al tanto de actividades tan gratificantes como las presentadas en la página de la Academia de Arte Santa Cecilia.
ResponderEliminarEl mundo de hoy no es para sedentarios. Y esto también lo podemos aplicar a las empresas. Son las primeras que deberían también aplicarse el cuento y salir de su monotonía y de su estanqueidad. O te renuevas o caducas. En una palabra: MOVIMIENTO.
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