¿QUÉ PUEDE ENSEÑARTE UN PROFESOR DE PIANO?
El pasado día 25 se
publicó en el blog “De la creatividad al
piano” un artículo de Agustín Manuel Martínez, en homenaje a nuestro Académico
Pedro Salvatierra Velázquez.
Queremos
difundirlo a través de nuestro blog para conocimiento de nuestros amigos
y visitantes, como expresión del respeto
y cariño que le profesamos. Dice así:
Quiero hacer un homenaje aquí a mi maestro de piano, D. Pedro Salvatierra
Velázquez, recordando algunas de sus enseñanzas. Estuve a su lado una década de
mi vida, siempre le llamé "don Pedro" y él creo que no pudo lograr
que le quitase el "don" :) Porque Pedro tiene un don especial para la
docencia, así como para la interpretación. Escucharle tocar Chopin en directo
era toda una experiencia. Su fraseo es elegante, sincero, contenido y al mismo
tiempo expresivo. Realmente como dirían los griegos de una "sofrosine"
especial. Su piano canta. Como él, que un día nos sorprendió a todos cantando
en una audición. Y muy bien que lo hace!
¡MIL GRACIAS, PROFESOR PEDRO, MAESTRO, POR EL AMOR, DEDICACIÓN Y SABER HACER CON QUE ME ENSEÑASTE!
Su manera de hablar siempre fue educada, con un volumen de voz bajo que hacía
que tuvieses que prestarle muchísima atención. No quería perderme una sola
palabra de su discurso y esa intensidad tan suave con la que hablaba creo que
me hacía valorar muchísimo el acto de escuchar, de percibir con mayor interés
las variaciones "sutiles" de sonido. Ésta era una palabra favorita
suya que me contagió. Así como la de "conciencia". Supongo que mi
camino en la vida y en la música ha sido la de ser más "consciente"
cada vez, ampliar mi manera de captar el mundo.
Usaba parábolas muy bonitas, cuentos, comparaciones, que hacían la clase más
amena y más entretenida, como por ejemplo, la de las "hormiguitas y la
sal", sobre la necesidad de estar abierto a experienciar en el piano.
Siempre me animaba después de cada audición, jamás oí una palabra negativa
sobre cómo había interpretado (en esos momentos en que todo estudiante parece
que sólo piensa en el "fallito", la "peguita", en el
pequeño error), detalles algo soslayables que los alumnos magnifican dentro de
un contexto no tan erróneo, es como si de un examen donde hay 9 preguntas
acertadas y 1 mal sólo prestásemos interés por lo "errado". Él
siempre me alentó, me hizo ser una persona cuidadosa con mi arte pero no al
extremo de que me afectase personalmente de manera negativa...
Me procuró que tocara en muchos lugares. Tocar más de sesenta veces durante tu formación es una manera directa de forzarte a que mates el "miedo escénico"...
También quiso que cada año fuera a un curso o cursillo de piano como mínimo diferente, dándome la oportunidad así de enriquecerme musicalmente de muchas maneras de entender el piano (escuelas rusa, china, inglesa, francesa, etc... ). He oído de profesores que piden exclusividad absoluta a los alumnos (supongo que por sentirse inferiores internamente). Creo que es un craso error en una disciplina artística. La música es arte y nadie puede arrogarse una única manera perfecta y correcta de interpretar. Por mi parte ahora hago igual que mi profesor, animo a todos los alumnos/as a que conozcan diferentes maneras de concebir el arte pianístico.
Sabía mucho de fisiología aplicada a la interpretación. Me enseñó a conocer los músculos que intervenían en cada ínfimo momento de las obras, a detectar mi estado interno, a saber usarlos con "sinergia" (otra palabra predilecta suya). Esto creo que es importantísimo, porque, finalmente, el piano se toca más que con los dedos, y, aparte del corazón, con el cerebro y las sensaciones kinestésicas... Diríamos que me enseñó a "sentirme".
Me procuró que tocara en muchos lugares. Tocar más de sesenta veces durante tu formación es una manera directa de forzarte a que mates el "miedo escénico"...
También quiso que cada año fuera a un curso o cursillo de piano como mínimo diferente, dándome la oportunidad así de enriquecerme musicalmente de muchas maneras de entender el piano (escuelas rusa, china, inglesa, francesa, etc... ). He oído de profesores que piden exclusividad absoluta a los alumnos (supongo que por sentirse inferiores internamente). Creo que es un craso error en una disciplina artística. La música es arte y nadie puede arrogarse una única manera perfecta y correcta de interpretar. Por mi parte ahora hago igual que mi profesor, animo a todos los alumnos/as a que conozcan diferentes maneras de concebir el arte pianístico.
Sabía mucho de fisiología aplicada a la interpretación. Me enseñó a conocer los músculos que intervenían en cada ínfimo momento de las obras, a detectar mi estado interno, a saber usarlos con "sinergia" (otra palabra predilecta suya). Esto creo que es importantísimo, porque, finalmente, el piano se toca más que con los dedos, y, aparte del corazón, con el cerebro y las sensaciones kinestésicas... Diríamos que me enseñó a "sentirme".
Me enseñó a amar la música impresionista y la española. Me enseñó que primero era la música y después
el piano. Me enseñó que primero era la
persona y después la música. Me enseñó a
estudiar por mí mismo. Me enseñó a
desarrollar la propia personalidad musical. Me enseñó a planificar y dosificar el tiempo
de estudio. Me enseñó a escoger el repertorio adecuado. Me enseñó a respirar
bien dentro y fuera de la música. Me enseñó a tratar por igual a todas las personas.
Me enseñó con su ejemplo a ser siempre puntual. Me enseñó humanidad. El ser humano es una especie de microcosmos a
imagen del macrocosmos. Amemos y respetemos nuestro entorno. Tantas cosas me
quiso enseñar -que espero haber podido aprender- y tan lindas que no puedo por
menos que darle:
¡MIL GRACIAS, PROFESOR PEDRO, MAESTRO, POR EL AMOR, DEDICACIÓN Y SABER HACER CON QUE ME ENSEÑASTE!
q bien,a mi no me ayudo en nada,ni siquiera accedió a ser mi profesor,pero las niñas guapas sin talento si
ResponderEliminarConociendo a Pedro Salvatierra, me extraña mucho, eso es imposible en él. La muestra está en, que quien escribe el artículo de agradecimiento es un alumnO y, por lo que sé, de gran talento.
ResponderEliminarA mi también me extraña mucho ése comentario. A Pedro, no solo le admiran y le quieren sus alumnos, sino también alumnos de otras especialidades y quien lo dice es un ex-alumno que ha tenido la suerte de serlo, porque sé que hay cola.
ResponderEliminarYo conozco a Pedro de hace muchos años. Nunca he sido alumna suya, me ha visto tocar en muchísimos exámenes y al final de cada uno siempre me daba algún consejo o me animaba, a pesar de no ser mi profesor.
ResponderEliminarHe tenido oportunidad de trabajar con él en otros proyectos y puedo firmar cada una de las palabras de cariño que arriba se dirigen a este gran maestro.
¡Ojala hubiera muchos como él!
El MUndo está lleno de analfabetos,frustados y envidiosos...con maldad..pero que al final se quedan sólos ante el positivismo,la sencillez y el buen hacer.Que se pudran en su inmundicia!
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