ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (80)
HABLEMOS DEL PEGOU
Ciertos
temas que son tradicionalmente tratados exclusivamente por los especialistas en
ellos, al adquirir en un momento dado relevancia pública, aparecer cotidianamente
en los medios de comunicación, o por afectar de forma importante a gran parte
de la ciudadanía, llegan a ser asunto habitual de conversación a nivel popular.
En ese
caso ocurre que quienes no han tenido antes preparación o información sobre ese
tema no están suficiente formados para opinar sobre el mismo, y van adquiriendo
poco a poco ese conocimiento aunque en la mayor parte de los casos
–lógicamente- el mismo es parcial y viciado con errores. Es decir, se habla sin
fundamento y se afirma sin conocimiento.
Esto
ocurre con lo concerniente al conocido como PGOU, el pegou, un elemento de tanta trascendencia para el ciudadano que
conviene que este disponga de un mínimo conocimiento sobre el mismo, para lo cual
debe salirse de la habitual terminología técnica, retórica, e indescifrable
para la mayoría, e ir a un lenguaje entendible.
En
términos generales, cada ciudad elabora su Plan de Ordenación el cual afecta a
su término municipal. Es el documento en el que se dice qué se puede hacer (y
qué no) en cada lugar. En él se establece donde habrán industrias y de qué tipo
en cada caso, donde habrán hoteles, parques, zonas deportivas, un estadio,
estación de autobuses, etc. También, por donde se trazarán las carreteras y de
qué tipo serán estas, como se comunicará la ciudad, puentes en su caso,
circunvalaciones, etc. En las zonas residenciales nos dirá de qué tipo podrán
ser las viviendas en cada lugar. Diseña qué ciudad tendremos.
Dando por
entendido que se ha meditado mucho como se quiere que sea la ciudad durante los
próximos años, y como deseamos que esta se encuentre al finalizar el periodo de
vigencia del Plan, es fundamental que se cumpla lo que se ha previsto en este,
pues en caso contrario se irá formando un desastre de ciudad desordenada, cuyo
crecimiento no se ajustará a lo que se ha previsto sino que responderá a lo que
cada cual ha querido. Digamos que cada ciudadano ha ido desarrollando su propio
Plan en la parte en que ha actuado sobre el territorio. Imagínense el
resultado. Como si en un partido de fútbol cada jugador hace su juego sin tener
en cuenta lo organizado y previsto en las órdenes del entrenador ni lo que
hacen sus compañeros.
No se
olvide que igual importancia tiene, pues es lo mismo, el llegar a hacer lo que
está previsto que el no hacer aquello que no está planificado. Es decir, que si
no hay suficiente diligencia por parte municipal y no se lleva a la realidad
todo lo previsto en el Plan, los ciudadanos no llegarán a tener la ciudad que
se ha proyectado (faltarán servicios, carreteras, equipamientos, viviendas,
etc.) Sería un fracaso. Pero si se hacen actuaciones diferentes a las planificadas,
será igual de desastre pues la ciudad resultante no se ajustará a lo previsto,
no tendrá el orden resultante de cumplir lo proyectado, habrán interferencias,
y lo mal hecho obstaculizará el funcionamiento de lo bien hecho.
Esto es
solo el concepto elemental de lo que significa un Plan de Ordenación, el pegou. Quizás otro día podamos hablar
de su desarrollo, de cómo se lleva esto a cabo.
Antonio
Moreno Basallote
Junta
Directiva de la Academia de Bellas Artes
Son muy didácticas e interesantes estas aportaciones de divulgación. Felicito al autor por su claridad expositiva.
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