ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (102)
“Sweet Sir Galahad”
Muchos de
nosotros hemos experimentado alguna vez el impresionante poder evocador de la
música, su capacidad para trasladarnos a momentos de nuestra vida que quedan ya
muy lejanos en el tiempo o en el espacio. Hoy, cerca de cuatro décadas después,
recuerdo con nitidez cuando allá por el otoño de 1975 escuché por primera vez
—y la sensación que me produjo— la balada “Sweet Sir Galahad”, composición
original de la cantante de folk y activista política norteamericana Joan Baez
(Nueva York, 1941). Tenía yo a la sazón 13 años y cursaba 8.º de EGB en el
colegio SAFA-San Luis de El Puerto. Llevaba mis primeros pantalones largos, comenzaba
a relacionarme con niñas y soñaba con tener una moto. Estaba, pues, en plena
adolescencia, en esa edad frecuentemente llamada, y con razón, “difícil”.
Vivíamos
mi familia y yo en ese tiempo en un piso de la portuense calle Ribera del Río. En
la planta de abajo, la vivienda de unos tíos míos había quedado deshabitada
recientemente tras mudarse estos parientes a Galicia. Con todo, los muebles permanecían
aun en la casa. Entre ellos recordaba el que escribe estas líneas uno singular:
un sugestivo mueble radio-tocadiscos, comprado a unos americanos de la Base de
Rota. Para distraer el tedio adolescente, cogí un día las llaves que nos habían
confiado nuestros familiares y entré a hurtadillas en el solitario piso con
objeto de disfrutar a mis anchas del sonido estereofónico del equipo. De la
colección de elepés me fijé en uno de Joan Baez, de 1970, que se llamaba One Day at a Time. La primera canción de
la cara 1 —“Sweet Sir Galahad”— me sedujo de tal manera que no podía evitar reproducirla
una y otra vez. Aunque no lograba entender la letra en su totalidad, algunos
retazos dispersos que fui capaz de captar en sucesivas audiciones me
permitieron intuir que, con su prodigiosa voz y un gran lirismo, Joan Baez narraba
una historia basada en experiencias personales.
Supe
mucho después que el Galahad de la canción —trasunto del caballero sin tacha de
la leyenda artúrica— era el productor discográfico, de largo cabello negro, Milan
Melvin. Y es que la hermana menor de Joan Baez, Mimi (1945-2001), se había
casado con Melvin en 1968, tras haber enviudado —el día que cumplía los 21
años— de su primer marido, Richard Fariña, fallecido prematuramente en
accidente de moto. “Sweet Sir Galahad” fue uno de los temas que Joan Baez
interpretó en el famoso festival de Woodstock de agosto de 1969. Entonces explicaría
que la balada evocaba el cortejo de la apenada Mimi —estuvo al borde del suicidio—
por parte de Melvin, a quien Joan veía entrar de madrugada en la habitación de
su hermana a través de una ventana. Junto con “Diamonds & Rust” (1975), también
de factura propia, “Sweet Sir Galahad” constituye una reflexión intimista de
Joan Baez sobre los estados de ánimo y las relaciones amorosas.
Bernardo Rodríguez Caparrini
Cada vez digo más que en esta vida, todo tiene un porqué...
ResponderEliminarSRR
Parece que nuestros recuerdos permanecen más vivos si están asociados a la música, sobre todo los relacionados con los sentimientos.
ResponderEliminar