¿Y por qué no?
El mundo está cambiando a gran velocidad, todo varía a nuestro
alrededor y casi no nos damos cuenta. Hasta hace unos ─muy
pocos─ años Internet era algo esotérico y
lejano, fuera del alcance de los simples mortales. Hoy es una realidad palpable en la que todos estamos participando en mayor o menor medida. Es muy grato
observar como muchas personas mayores se están acomodando perfectamente a la novedades de estas nuevas tecnologías, y no como simples
espectadores, sino que además participan y aportan ─dentro
de las posibilidades de cada uno─ sus
experiencias, conocimientos, aficiones, inquietudes... En realidad se trata de
una gran amalgama de contribuciones que esas gentes quieren, y desean,
compartir con los demás, pretendiendo, no sólo dar salida a sus personales
intereses, sino también colaborar en el enriquecimiento de los otros.
Nos congratulamos de hallar formidables aportaciones a la red ─en 'blogs' y páginas webs─
de jubilados y gente mayor verdaderamente admirables y nos gustaría animar a todos
nuestros amigos y socios de la «Academia
de Bellas Artes Santa Cecilia» a implicarse más en el uso de alguna de las
muy distintas opciones que ofrece Internet.
Sirva como sencillo botón de muestra este interesante 'blog' de un señor
jubilado que está realizando un trabajo muy meritorio sobre monumentos
españoles:
(Pulsar sobre la ilustración para entrar en la Web indicada)
Me ha encantada esta entrada porque pone de manifiesto una de las muchas posibilidades que ofrece Internet. La capacidad de estar informado y conocer distintos culturas, poder participar y aportar a tiempo real datos que modifican la percepción que tenemos del mundo es algo maravilloso.Y es, igualmente, muy alentador que utilicemos estas nuevas herramientas para seguir desarrollando nuestras capacidades intelectuales.
ResponderEliminarEstimulante post que desde el título hace levantar esperanzas sobre nuestra evolución. Internet es un mundo maravilloso bien empleado y el blog mencionado, sin ser una maravilla estética ni técnica, es una ventana por la que conocer nuestro patrimonio. Es, además, la prueba que la tecnología no tiene por qué superar al hombre, puede ayudarle a seguir adelante.
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