INVESTIDURA DE PEDRO SALVATIERRA: «Nessun dorma»
Las emociones, en efecto, no siguen un orden fijo. Antes
bien, y al igual que las partículas del éter, prefieren revolotear con libertad
y flotar eternamente trémulas y cambiantes.
Yukio Mishima
INVESTIDURA DE PEDRO SALVATIERA: «Nessun
dorma»
Desde el sábado
intento recorrer, detalle a detalle, el marco; las dos finas columnas blancas
unidas por el arco largo y oval, el piano pulido, casi escondido a la izquierda
en una leve tarima azul, la negra puerta bodeguera central que parecía
presidir. Debajo de la ventana de la derecha el estandarte de Bellas Artes y la
mesa en la que Ángel, sonriente y confiado; Manolo, expectante y algo
taciturno, y Gonzalo en observación vigilante, esperaban ─todos
esperábamos─ la entrada de Pedro. Pedro tiene
aura, ¿podemos decirlo así? Un aura especial, siempre la ha tenido, desde muy
pequeño. Es complicado decir algo de Pedro Salvatierra que no se haya dicho ya,
desde que es profeta en su tierra hasta que es un ser inspirado y único.
Llegó al
estrado y nos inundó con su sonrisa y bonhomía. Sus palabras sobre la música
empezaron a llenar la noche de magia, nos enviaba los primeros efluvios de
emoción y arte. Escuché a mi lado, al
dramaturgo José Luis Alonso de Santos decir algo sobre la puesta en escena,
pero algunos perdidos ruidos de un micro rebelde me hicieron perder el hilo de
sus, seguro interesantes, palabras. Pedro sonreía; su proverbial y perenne
sonrisa. Ángel, entre arrobado y entregado, fijaba los ojos en su hermano.
Mi retina
trataba de impregnarse de todo, no quería dejar fuera ni el más insignificante
de los segundos. Elena, su hija, saltó de improviso a aquel pórtico escenario;
a Pedro se le escaparon sus emociones por los ojos, la abrazó y, después, sentado
al piano hizo brotar las notas de "Nessun Dorma", aria final de la ópera Turandot
de Puccini. "Nessun
dorma", nadie
se duerma; nadie habría podido conciliar ni el más ligero de los sueños en
aquellos momentos que Elena con voz de textura, potencia y color impecables
cantaba para su padre y nos hacía partícipes de excepción a todos los
presentes.
Chopin,
Falla, Albéniz... Un deleite en la noche fresca del
patio del Castillo de San Marcos.
Las palabras
del insigne doctor Ángel Salvatierra cerraron el acto, palabras justas,
medidas, emotivas, plenas de fragor fraternal que nos llevaron a despertar,
lentamente, del mundo de misterios y ensueños a los que su hermano músico nos
había llevado.
Queridos
Pedro y Ángel, un fuerte abrazo... Os perdono de todo corazón que en esta
felicísima noche ─de sábado inolvidable de julio en El Puerto─ no hayamos podido
dormir de la emoción que nos habéis provocado; sí, "Nessun
dorma"...
Ignacio Pérez Blanquer
Académico de Santa
Cecilia
(Vídeo realizado por don Vicente González Lechuga)
Con perdón de los anteriores académicos. Pedro ha puesto el listón muy alto. Felicidades tanto a la Academia como a la familia Salvatierra.
ResponderEliminarInolvidable noche para los amigos del nuevo académico a juzgar por las bellas palabras de Ignacio.
ResponderEliminarFelicidades al nuevo académico y a la familia Salvatierra y a la Academia de Santa Cecilia y por último a Ignacio por esta emotiva crónica, me he emocionado. Gracias Ignacio.
ResponderEliminarMuy bien descrito, Ignacio. Así fue el acto, así es nuestro más reciente académico. Bravo.
ResponderEliminarSentí no poder asistir a tan entrañable acto y desde aquí, con un silencioso pero entusiasmado aplauso tras leer la magnífica crónica de Ignacio P.B. le envío mi más sincera enhorabuena.
ResponderEliminarViva El Puerto!!!!!
ResponderEliminarBellas palabras para una noche inolvidable.
ResponderEliminarUna noche inolvidable, y más inolvidable hubiera sido si se hubiera prestado la atención requerida al sonido. Los fallos en el sonido son ya muy repetidos en los eventos de la academia, deberían resolver este problema con urgencia y de una vez por todas.
ResponderEliminarLo cuentas que te da la impresión de estar allí, emocionante. Un beso Ignacio, Merche
ResponderEliminarLos micros aquí: http://www.thomann.de/es/microfonos_para_captacion_de_piano_piano_de_cola.html
ResponderEliminarDespués de este evocador texto, mi malestar por no asistir se ha incrementado. Simplemente decir que si este post me ha llevado al acto, imagino que los afortunados asistentes a la investidura se vieron transportados a la Música.
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