ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (134)

LA CLEPSIDRA DE LA ACADEMIA

Podría haber utilizado cualquier artilugio para probar que, el verano lúdico ha terminado con el mes de agosto; pero preciso, en este momento, sentir el tiempo a través de una clepsidra imaginaria y percibir cómo, gota a gota, ha llegado hasta la última. Ese instrumento que los atenienses utilizaban para medir el tiempo de los oradores o los soldados romanos para las guardias, ha coincidido con cada una de las acciones de la Academia este verano y me he sentido profundamente gratificado asistiendo a conferencias, nombramientos, presentaciones, conciertos y leyendo, con deleite, artículos de toda índole, doctos y bien documentados, de los ilustres académicos de Santa Cecilia. Quizá la clepsidra me ha abducido, trasladándome en el tiempo a la antigüedad y me pregunto: ¿Por qué?  Salvo excepciones, a todas las manifestaciones culturales han asistido casi las mismas personas y también, salvo excepciones, mayores.
         Nueva pregunta: ¿Es que el interés cultural es privativo de intelectuales y personas de edad? Estoy convencido de que no y de que existen otras facetas culturales en las que la juventud es más participativa; pero algo me dice, que si he recurrido al reloj de agua, es porque he olvidado que existe un reloj digital, que está en mis manos, pero he dejado que se le agoten las pilas.
             
Así pues ¿No es lógico pensar que es necesaria una dosis de modernidad en la Academia? Y no me refiero a los abnegados y no suficientemente reconocidos esfuerzos de quienes la dirigen, que han logrado cotas de crecimiento notables, sino a ciertas estructuras vetustas en las formas, que tal vez, sean las que frenen un desarrollo más rápido y universal en sus seguidores.
               Con el inmenso agradecimiento a todos los que desde la Academia coadyuvan a incrementar nuestra cultura con sus conciertos, artículos, conferencias, mesas redondas e incluso los que con sus comentarios provocan una reacción enriquecedora, quiero destacar, de entre el acreditado cuerpo académico, varios ejemplos de los más participativos: el empeño de Ignacio P. Blanquer porque, a pequeños sorbos, vayamos entendiendo artes minoritarias, buceando en el fondo de la emoción, el talante didáctico de Inmaculada Moreno, que nos enseña a descubrir la sonoridad de los poemas o las maneras de mirar una obra de arte, el entusiasmo para enseñarnos a leer a Cervantes de José Luis Alonso o el pragmatismo y rigor intelectual de Antonio Leal entre otros muchos.
Reunión del Cuerpo de Académicos
               Y de puertas adentro de la institución, tal vez habría que sustituir la clepsidra por la hora digital. El objetivo debe ir más allá de que un alumno satisfaga su ego, llevándose a casa un cuadro pintado por él, un busto, o pueda conocer la técnica fría y sin alma de arrancar una pieza musical a un piano. El alumno, a través de la enseñanza, debería ver el alma y la emoción de su arte, antes de que se produzca la obra. Eso no fomentará la cantidad, pero sí buenos artistas.
Alberto Boutellier Caparros
Socio-colaborador de la Academia Santa Cecilia

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo sr. Boutellier, la modernidad y lo nuevo no son elementos a combatir, son cosas a asimilar. Fantástico artículo.

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  2. Sí Alberto, en la Academia hay poner en hora algunos, demasiados, relojes que se quedaron parados hace mucho tiempo. Un buenísimo artículo. Un abrazo y adelante.

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  3. • Le he dado unas vueltas a lo que dice Alberto Boutellier ─en su estupendo artículo─ respecto a mis cariñosos esfuerzos por hacer comprender, y trasmitir, algunas características del Arte Contemporáneo. A tenor de esto se me ocurrió pensar que todos sabemos que en el arte hay unas fechas fundamentales, una de ellas ─de las últimas─ fue 1968, el año de la "revolución" de mayo, se trata sin duda de un año importante. Es la época que muchos denominamos de los últimos románticos: los "hippies", Herbert Marcuse, la "contracultura", los primeros análisis de Guy Debord de las "sociedades del espectáculo" y también de las revueltas estudiantiles. Se dieron en ese momento relevantes cambios sociales y epistemológicos, pero también en la «producción» y en la «recepción» del arte. En la producción del arte aparecen nuevos comportamientos y actitudes. A partir de esos instantes muchas cosas han cambiado en las obras de una gran cantidad de artistas: la preocupación por el lenguaje, la desaparición del autor, la presencia del espectador como elemento integrado en la obra, la insistencia en el proceso, la apertura hacia la acción, el cuerpo, el comportamiento, la introducción de nuevas narrativas... Ellos comenzaron una búsqueda en los objetos y en el entorno, en las acciones y en las situaciones; soñaban con la posibilidad de lo espontáneo, lo vivo; deseaban oponer resistencia a una sociedad que percibían en creciente y exagerada racionalización. Trataban de hallar un arte nuevo, otro modo de expresión, que se alejara del mercado y se acercara a la política, un arte que volviera a tener contenido real.
    Después, también, estaba el problema de la «Estética» y de su redefinición. La estética fue configurada como disciplina en tiempos en que el arte había permanecido fuertemente estable en su concepción y su práctica durante varios siglos. El "Modernismo" empezó a mover un poco los cimientos de este tema hacia 1880, pero todo ─a nuestro juicio─ se acentuó a partir del mayo de 68.
    De todas formas creo que lo importante es que percibamos que ha cambiado algo muy esencial; ha cambiado la manera de ver del espectador, del contemplador. Ahora, en el arte, el hecho de "mirar" es «ver mucho más allá de lo que ves». ¿Deberán ir por ahí los tiros para ir comprendiendo el arte de hoy?

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    1. Pues sí Ignacio, reflejas perfectamente mi reflexión. Hasta la contracultura, con todas las reservas, ha aportado al arte, por lo menos, otras posibilidades; cierto que han sido efímeras, pero han abierto brechas y mi artículo pretende señalar, que hay otros caminos además de los actuales.

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  4. Se sabe el rumbo del barco? Si no se sabe, malo.

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  5. Magnífico post, una vez más. La Academia tiene que adecuarse a los tiempos y saber como llegar al público pero es una tarea lenta que creo que está consiguiendo aunque es cierto que queda mucho por hacer, principalmente llegar a los sectores más jóvenes de nuestra ciudad.
    La página en Facebook y el Blog han supuesto un avance mayúsculo en esta tarea. Ambas herramientas suponen una ventana al mundo y una ventana al Puerto. Ventanas al arte, a la cultura, al conocimiento y a la ciencia. Gracias al blog, principalmente, he tenido la oportunidad de conocer "cosas" de la ciencia vinculadas al arte que ni yo misma podía imaginarme y los post referente a las vanguardias actuales- que creo que se conoce como Arte Emergente - han supuesto una revelación. Cierto que muchas veces me cuesta conectar con esos artistas, seguramente por falta de talento, conocimiento o sensibilidad, pero sin darme cuenta he adquirido píldoras culturales que me han permitido leer, escuchar y ver instalaciones, esculturas y creaciones "modernas" con otros ojos.
    Y por todo esto, como por las aportaciones en forma de escritos, ya sean históricos, filosóficos, poéticos..., películas, enlaces y demás entradas tengo que dar las gracias a todos aquellos que lo han hecho posible.

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  6. Agradezco el artículo del Sr. Pérez, aunque me hubiera gustado conocer su opinión de la reflexión del Sr. Alberto Boutellier.

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  7. Modernidad de la Academia, por dónde comenzaría usted, Sr. Boutellier?

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    1. Si yo tuviera la varita mágica, lo primero que se me ocurriría, sería intentar llenar un poco las arcas de la Academia, porque lamentablemente, los euros, representan un freno a cualquier iniciativa y la adopción de determinadas acciones. Los conceptos sí están en la mente del cuerpo académico y me consta que trabajan y existe un proyecto. Las formas son las que tienen que venir de la mano de los expertos, que los tiene la Academia. Yo no soy quien, solo un modesto articulista, que trato de poner en voz alta mi pensamiento sobre algunos temas. Siento no poder ser más explícito.

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  8. Felicidades a todos por la labor que estáis haciendo en pro de la cultura en El Puerto.

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  9. Sr. Boutellier, muchísimas gracias por su amable, culta y llena de sentido común contestación. Pienso que hace falta nuevas personas con ideas más "digitales", que complementen la labor de los académicos.

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  10. • Alguien comenta que le gustaría escuchar mi opinión respecto a las preguntas que Alberto Boutellier plantea en su escrito. Evidentemente que no tengo ni el más mínimo inconveniente en “mojarme” y expresar lo que pienso.
    Diré que las respuestas no pueden ser simples ni categóricas pues las interrogantes que plantea son de gran amplitud en cuanto a las contestaciones que demandan.
    Yéndome primero a la tercera de sus preguntas: ¿No es lógico pensar que es necesaria una dosis de modernidad en la Academia?
    Creo con toda firmeza que sí, que la Academia debe adecuarse a los nuevos tiempos, a las nuevas necesidades y al nuevo entorno. Tal como está, es un sistema al borde del agotamiento, bastarían unos suaves empujones ─viniesen de donde viniesen, de dentro o de fuera─ y el constructo caería irremediablemente. Sin embargo ─por lo que he podido constatar en la calle─ una gran cantidad de portuenses la considera como una entidad u organización que está bien que exista, que tiene un bagaje histórico indudable, e importante, pero que está obsoleta y que no aporta respuestas válidas ni atractivas para El Puerto en la época actual. Así que, me sumo, como uno más, a esa percepción.
    La institución portuense, la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, me gustaría que fuese observada como una organización mucho más implicada en casi todos los sectores de la actividad ciudadana, y como un faro o referencia obligada de toda acción cultural, e intelectual, que se desarrolle en El Puerto, y para este objetivo deberían ajustarse unas metas concretas que deberían ser alcanzadas a plazo relativamente corto. Una meta concreta, y de carácter estructural, estaría muy relacionada con la segunda pregunta del artículo de Alberto: ¿Es que el interés cultural es privativo de intelectuales y personas de edad?
    Creo que no es así, ni mucho menos. Hay una juventud muy inquieta intelectualmente y con gran interés por el conocimiento y la cultura ─en primer lugar porque le va mucho en ello─ pero ya hemos hablado muchas veces de que la cultura es un vasto campo de muchas estancias. El joven de hoy es refractario ─nos guste o no─ a las “culturas” de estereotipo, pompáticas, jerarquizadas y de chaqueta y corbata. Hay que proporcionarles otro tipo de acciones intelectuales y de otro modo.
    Desde luego, todo esto tiene mucha tela que cortar y hay mucho que debatir. Pero no me gustaría terminar sin citar una frase de J. L. Borges que tengo siempre muy presente: «Quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis opiniones». Y así nos puede suceder a todos siempre.

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    1. Me ha encantado tu respuesta al artículo, ya de por sí es un artículo que daría para mucho. Me ha parecido ver dadaismo, postismo, surrealismo, revolucionarios de las tres M Marx, Mao y Marcuse, hippies y muchachos de cresta que no recuerdo como se llaman, creo que punks. No habiendo sido yo muy proclive a estas tendencias, los años me dan la distancia para comprender que tal vez, a pesar de lo efímero de estas corrientes, todas aportan algo, y tú, sabes descubrirlo magistralmente. Muchas gracias.

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  11. Entonces hay que modernizar la Academia, ?por dónde comenzar?
    Muchas gracias Sr. Pérez por su interesante respuesta

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  12. A mi entender ─y no lo veo de otra forma─, la mejor manera de empezar a tomar nuevo rumbo, es que se sigan las directrices que marque el «Plan Estratégico», que creo que está ya en fase muy avanzada de realización o casi terminado. Por ahí está el camino, otras sendas nos podrían llevar a poner parche tras parche y eso no nos conduciría a buen puerto.

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    1. Qué es un plan estratégico Sr. Pérez?

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    2. • Un «Plan Estratégico» es como un mapa que tiene trazado un camino que hay que seguir y que toma forma de documento; en este documento, un grupo de personas de una organización ─pública o privada─ que han sido previamente elegidas, plasma la estrategia a continuar por esa organización en un determinado plazo de tiempo. El de la Academia ha sido dirigido por el Prof. Antonio Leal con un equipo de colaboradores.

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    3. Muchas gracias. Ha sido usted muy amable.

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  13. Pienso que la academia necesita el empuje y la frescura que pueden dar las mujeres. Creo que esa transformación es necesaria.

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    1. No creo que la frescura sea exclusivamente cosa de mujeres. De todas formas estaría muy bien una mujer como dirigente

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  14. Hay que saber conjugar una institución que disfruta con las formas decimonónicas - otorgando clase, distinción y formalidad- y los nuevos tiempos. Hay que adaptarse a la Era Digital, saber que el Mundo avanza a pasos agigantados no sólo en el campo tecnológico sino también en la Cultura . Hay que dar cabida a múltiples formas de concebir el Arte, sin excluir a las clásicas. Pero sobre todo hay que saber que el ciudadano actual no es el mismo ni con los mismos intereses que el de finales del s.XIX y principios del XX. El aluvión de posibilidades para informarse en tan grande que hay que saber que ofrecer y coordinar oferta y demanda.
    Por lo tanto, se hace necesario un plan estratégico que defina cuales son los objetivos, de que recursos disponemos y cuales van a ser los pasos a seguir.

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    1. El plan estratégico dicen que ya está hecho.

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  15. Voto por una mujer capacitada para dirigente

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  16. El artículo del Sr. Boutellier habla de la necesidad de modernizarse y ello pasa por cambiar personas y sistemas de gestionar, hombres y mujeres con ideas frescas. Hay que preguntar si las que ahora están lo son.

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  17. Buen debate. Hasta el Camino de Santiago, que es mucho más antiguo que la Academia, ha optado por la adecuación a los tiempos.

    "Mediante este proyecto se inicia un Camino de tercera generación que supondrá una valiosa compañía para el peregrino"

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  18. Qué proyecto se inicia Sr. Sánchez?

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  19. Pinche en el link color azul y entrará en la página correspondiente a la noticia. O puede hacerlo aquí:
    El Camino de Santiago en la Era Digital

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    1. Muchas gracias!!!

      Entonces su sugerencia es que la Academia se actualice en todo

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    2. Únicamente conozco la academia de esta web y del facebook y este verano que asistí a dos charlas de martes y opino que hacen un esfuerzo grande para las actividades que organizan, pero no sé qué tienen que renovar o cambiar o actualizar. Salu2.

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  20. Tres días con las mismas tonterias, dejarse de tonterias, bellasarte es cosa vieja y medio muerta con un poco de aire q le da ahora internet aqui y fb, una reunión en un acto es como una reunión de los mismos cadaveres siempre, hay que refundar y darle otra cara o quitarlo.

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  21. Por su comentario parece que es joven. Si es socio, entre a formar parte de la Junta Directiva, si no lo es, hágase. Desde dentro podrá contribuir al cambio. Si en la próximas elecciones lo eligen presidente, con su equipo podrá conseguir la refundación. ¡Ánimo! la Academia necesita de los jóvenes. Si lo consigue, un consejo: Aproveche también la experiencia.

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  22. Sr. Gonzalo, su respuesta denota elegancia y educación exquisita. Es usted el que dirige la Academia?.

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  23. Muchas gracias por su comentario.
    No, alguna vez he sido directivo y la siento muy cercana.

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  24. Quiero agradecer, tanto a los lectores como a los comentaristas, su interés sobre el tema planteado y, en justa correspondencia, respondo a continuación con un mínimo análisis y consecuencias de la publicación.
    Cuando un tema invita a la participación, es porque le interesa y/o le preocupa; o las dos razones. Hay quien sugiere soluciones, quien aplaude los resultados, menos son los que las critican, y solo un testimonio que lo rechaza como Institución a amortizar.
    La Junta Directiva es consciente de ello. Se está esforzando en potenciar la Academia a pesar de sus mínimos recursos. Tiene elaborado un plan estratégico dispuesto para acometerlo, pero adolece de un gran problema: Como en tantas cosas, “el buen paño, ya no se vende en el arca” hay que sacarlo, airearlo, “venderlo” no en el sentido económico, sino en el de “vender-se”, es decir, empatizar con todos los ciudadanos y salir del criterio casi generalizado, de que es una Institución elitista. Socializarla en el más extenso sentido de la palabra. Hacerla participativa provocando un sentimiento de propiedad colectiva. Que desaparezca el criterio de que es el coto casi privado, que sirve para la autocomplacencia y el que una serie de viejos exciten sus egos. Que se borre el tópico de que la cultura es solo patrimonio de la izquierda. Que el arte en general no tiene padres políticos aunque sí exista quien trate de politizar la cultura. La observación de un cuadro, una escultura, la lectura de una obra, el apreciar la caricia de un concierto en nuestros oídos, ¡cómo podemos politizarlo! Por último, me sentiría más en familia, si de los comentarios en cualquier tipo de publicación, fuera proscrito el anonimato. Afortunadamente, hoy, dentro del respeto y los buenos modales, se puede decir todo lo que se piensa porque es la base para afrontar cualquier problema y tratar de encontrar las soluciones. Gracias a todos los que habéis participado en esta oportunidad.

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