CINE
Una actividad como el ajedrez,
juego, deporte, arte, ciencia, claramente relacionado con la guerra, el sexo,
la pasión del poder, el determinismo o el libre albedrío, no podía pasar
inadvertida para el Cine.
Ya en 1924, en la película
dadaísta “Entreacto”, de René Clair y Francis Picabia, se podía ver al gran jugador Marcel Duchamp y al artista Man Ray, jugando en una azotea de Paris. Por
esa época, en 1.925, se estrenaba también “La fiebre del ajedrez”, película muda
en la que la obsesión por el ajedrez del protagonista le causa graves problemas.
Lo más notable de la película tal vez fuese la aparición del entonces campeón
mundial, José Raúl
Capablanca, además de otros grandes maestros de la época.
La imagen de un caballero jugando una partida de ajedrez con la muerte en
“El Séptimo Sello” (1956), de Ingmar Bergman en la que el caballero busca
respuestas a las preguntas fundamentales de la existencia, se ha convertido en
uno de los iconos del cine.
Una película que tiene como
temática principal el ajedrez y quizás la que mas ahonda en las características
del juego, es “En busca de Bobby Fischer” (1993). Narra los inicios del Maestro
Internacional americano Josh Waitzkin en su infancia. Cuenta cómo Josh
Waitzkin es visto como el sucesor de Bobby Fischer, y de cómo es conducido para ello por
su entrenador, mientras que aprende de jugadores callejeros un estilo agresivo
y táctico, negándose a ver a Fischer como un ejemplo.
En “Jaque a la locura”, película inglesa de 1960, dirigida por Gerd Oswald y protagonizada por
Curd Jürgens, sobre la novela de Stefan Zweig “El
jugador de Ajedrez”, se relata la historia de un científico disidente del nazismo que es
obligado a permanecer encerrado, y privado de leer para no mantener activa su
mente pero consigue robar un libro que resulta ser un manual de ajedrez. Lo lee
y comienza a practicar con bolitas de
pan. Juega mentalmente sobre un tablero que se refleja en la pared con la
sombra de los barrotes de la ventana. Al
quedar en libertad, toma un tren donde va un campeón del mundo de ajedrez,
(Mario Adorf) quien acepta a regañadientes jugar un partido con un anciano que
se lo solicita. Mientras juegan, el científico se acerca y le aconseja al
anciano que juegue una determinada pieza, que provoca el jaque mate al campeón.
El científico toma en su mano la pieza del rey y exclama: “Es la primera vez que
tengo en mis manos una pieza de ajedrez”.
Como
no recordar a Humphrey
Bogart en “Casablanca”, jugando contra
sí mismo con blancas y negras o a Harry Potter en “La piedra
filosofal”, jugando con Ron con piezas
mágicas de gran tamaño bajo la atenta mirada de Hermione o la partida que
juegan en “La tabla de Flandes” dos personajes que para resolver el misterio central de la historia deben buscar la
inscripción oculta de un cuadro partiendo
de la jugadas previas a la posición
mostrada en el mismo, o a Magneto
tratando de jugar una partida de ajedrez en el parque en “X-men, la batalla final” o la partida que Tyrell y JF Sebastián mantienen a distancia
durante meses en “Blade Runner” o
la partida que uno de los tripulantes del Discovery juega contra el
supercomputador ”HAL 9000” en “2001: Odisea del espacio” y como
olvidarnos del comienzo de “Desde Rusia con amor” en el que dos jugadores disputan una partida inspirada en otra de Boris Spassky y David Bronstein de 1960.
Son muchas las películas que se
han ocupado del ajedrez en el cine, “Los jugadores de ajedrez” de Satyajit Ray
en 1977, “Jaque al asesino” en el 92, “La defensa Luzhin en 2001 o “Game Over”
(Kaspararov and the machine), sobre la obra de teatro de Matthew Charman “The Machine” (La
Máquina) y seguro que seguiremos viendo otras muchas, pero no tantas como para
poder decir ¡Jaque Mate!
Jesús Almendros
Fernández
Socio colaborador de la Academia
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