ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (168)

BLAS DE LEZO: HIPOCRESÍA INGLESA, SÍ; ESTULTICIA RENCOROSA ESPAÑOLA, TAMBIÉN

Estamos en un año conmemorativo ‘inventado’ (supuestamente 325 aniversario –sólo probable- de su nacimiento)  para recordar las hazañas del héroe nacional Blas de Lezo y Olavarrieta. Se ha recordado su gesta de 1741 en Cartagena de Indias, significativamente en Madrid (de modo especial mediante una buena exposición en el Museo Naval y con la ‘arenga’ de la alcaldesa Botella abriendo una suscripción popular para la erección de un monumento); llamativamente en Cádiz (que tiene semiescondidos en el Parque Genovés unos ‘bustitos’ de Mutis y Falla, y aún no muestra a Jorge Juan)con la exhibición de la primera estatua al ilustre marino en suelo español; y cariñosamente en El Puerto de Santa María con una brillante ofrenda floral y una misa de réquiem por su viuda Dña. Josefa Pacheco Burgos, que vivió en la ciudad del Guadalete fallecido su esposo.

Por mi parte he tenido el honor de dictar hace unos días, en Laredo, villa cántabra próxima a Euskadi, la conferencia que titulé “Blas de Lezo (168?-1741): guipuzcoano, de Patapalo a Mediohombre en Barcelona 1714, gloria nacional” en la certeza de que en su pueblo natal, Pasajes de San Pedro, gobernado en la actualidad por Bildu, no se acordarían -¿lógicamente?- de él. La sala del amplio cine de la Casa de Cultura de la ‘Villa universitaria de verano’ presentaba una generosa concurrencia. En el título ya se anticipaban algunas notas de su contenido: a) la naturaleza vasca del ilustre marino; b) su presencia activa en la conquista de Barcelona del 11 de septiembre de 1714 (nuevo logro de la casi-unidad de España, ahora bajo el primer Borbón) donde Patapalo se trasmutó en Mediohombre al ser herido, quedando manco del brazo derecho; y c) su elevación a la máxima categoría de héroe español por la victoriosa defensa de Cartagena de Indias en 1741 frente a la “formidable flota jamás vista en la historia” (a excepción de la utilizada en el desembarco de Normandía), al mando del Almirante inglés Edward Vernon, que estaba formada por 195 navíos, 3.000 cañones y unos 25.000 ingleses apoyados por 4.000 milicianos más de las colonias norteamericanas, mandados éstos por Lawrence, hermanastro del que sería Presidente Washington.

Nos hemos ocupado en estas conmemoraciones del impresionante gesto militar del 19 de abril de 1741, nos hemos venido preocupando desde entonces de la ‘leyenda negra’, de la ‘maldición del inglés’ a Lezo, de la hipocresía de los políticos desde el ya entonces Reino Unido celebrando la victoria (?) y acuñando monedas conmemorativas. Sí, una desvergüenza, ¡cómo no!

Pero nos olvidamos de lo que nos atañe más directamente, a modo también de punible hipocresía española, de la lamentable conducta de entonces perpetuada hasta los aledaños del presente. Debemos recordar la actuación nefasta del virrey Sebastián de Eslava, quien, al menos presupuestamente por celos profesionales, no soportando la magnitud del triunfo de su subordinado. Tras acabar la guerra, escribió un diario atribuyéndose la victoria contra Inglaterra, falseando datos, que envía a primeros de junio al Rey y días más tarde le cursa una carta pidiendo el ajusticiamiento de Lezo. Don Blas muere, tras una epidemia de peste, en septiembre de 1741. Y aún más, se le entierra en una tumba desconocida y sin el reconocimiento merecido. En la actualidad se busca el lugar donde reposen sus restos.

En España, entre cuyas características de conducta social pueden señalarse la ingratitud y la envidia, Lezo sería olvidado. Bienvenida la recuperación de la memoria, pero que ésta sea completa, que incluya la desvergüenza de nuestro tradicional comportamiento. ¡Son tantos los casos! ¡Civiles y militares! ¡Religiosos y laicos! ¡De reyes y súbditos! … Y a todo lo largo de la historia. La culpa principal nos corresponde a nosotros. El caso de Blas de Lezo sólo es paradigmático. Pero no miremos a Inglaterra. ¡Ya está bien!

Francisco González de Posada
Académico de Santa Cecilia

Comentarios

  1. Homenajearemos a Blas de Lezo con un ciclo de conferencias en la Academia en el mes de julio.
    Saludos
    Enrique Tapias

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  2. Espléndido artículo y muy valiosas reflexiones.

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  3. Creo que algo se va consiguiendo, hasta hace poco tiempo nadie había oído hablar de Blas de Lezo y, hoy, cada día, hay más gente que sabe algo de este hombre insigne. A lo mejor hacen hasta una serie de TV, cosa que no estaría mal si son fieles a la Historia.

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