ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (177)
Pobres niños
La cifra mágica que el Ministerio de Sanidad y Política Social,
destinará con carácter de urgencia a los servicios públicos de las distintas
comunidades y ayuntamientos, para satisfacer las necesidades básicas de las
familia, en riesgo de exclusión con menores a su cargo, es de 17.2 millones de
euros.
Aunque no existe ningún índice
universalmente aceptado que defina la pobreza y menos aún, la pobreza infantil,
la propia ONU, CÁRITAS, el INE, emplean otros parámetros, el criterio de
medición de riqueza tenido en cuenta, para la distribución de los recursos
asignados, ha sido un indicador social llamado AROPE (At Risk of Poverty Ros Social Exclusión),
establecido por la Estrategia Europa 2020, mediante el cual, se define el
número de personas en riesgo de pobreza que viven con bajos ingresos, sufren
privación material severa, y viven en hogares con una intensidad de empleo muy
baja. La tasa empleada compara situaciones entre países muy distintos y por
ello, el resultado de la distribución de recursos ha sido muy desigual. Mucha
fórmula y poco sentido común.
En Andalucía se calcula que existen unos
650.000 niños pobres y a nuestra Comunidad la aplicación de la fórmula AROPE le
ha aportado 1,2 millones de euros. ¿Cuántos de ellos llegarán a El Puerto de
Santa María, a nuestro Puerto y cuántos niños portuenses serán
beneficiados por esta medida? Haría falta un análisis práctico de lo que ocurre
en nuestro municipio.
El problema real es que existen muchos
niños pobres que no pueden comer y parece que este problema no se percibe con
la nitidez precisa. Quizá porque a algunos de los responsables de definir
criterios, no les afecte directamente, ya que la pobreza infantil, no parece
que será un problema para ellos y para sus familias.
¿Por qué los agentes políticos, sociales,
económicos y ciudadanos en general, no hacemos lo suficiente para erradicar este
grave y acuciante problema? Gracias a CÁRITAS, CRUZ ROJA, MANOS UNIDAS, SAVE
THE CHILDREN, LUZ Y VIDA… y otras tantas asociaciones privadas que ayudan
en gran medida a paliar parte del problema. Todo es mejorable y la puesta en marcha del
Fondo Extraordinario contra la Pobreza Infantil es, en principio, un buen
acierto, siempre y cuando estas ayudas lleguen donde deben.
Circunstancialmente, tuve ocasión de
asistir a una reunión en una Diputación andaluza. En la mesa principal del
despacho del titular se encontraba una copia de mi último “Encuentros con la
Academia”, publicado en el Diario de Cádiz, hace unos días, titulado “Pobreza y
Paro”. El artículo se encontraba casi totalmente subrayado en amarillo y tenía
pegado un pos it con unas notas escritas a mano que decían: principales líneas de trabajo en nuestro
próximo
programa electoral para 2015”. Una nota de alegría salió de mi cuerpo.
programa electoral para 2015”. Una nota de alegría salió de mi cuerpo.
Reducir la pobreza infantil es una obligación legal, que nuestros gestores políticos deben de asumir como
compromiso principal, y moral de todos los ciudadanos, en la medida de nuestras
posibilidades.
Antonio Leal Giménez
Académico de Santa Cecilia
Como siempre, la encomiable sensibilidad de A.Leal. La “cifra mágica” para paliar la situación de pobreza infantil me parece ofensiva. Se trata de una tirita para un elefante, que saliendo del bolsillo de todos los españoles; solo sirve para que los dirigentes se vayan de vacaciones aligerando su conciencia. Que tampoco les hace falta porque les importa un comino.
ResponderEliminarContundente. Apelar a la ciudadanía siempre es conveniente, aunque no hay que olvidar que esos poderes políticos nos detraen con impuestos lo que luego administran a su conveniencia y distribuyen en partidas más o menos objetivamente. No es este el caso, pues aún sabiendo que era un disparate han buscado el índice que mejor rédito aportaba a 'los suyos'. El hambre no la conoce quien vive de espaldas a la realidad, pregúntenle a Montoro.
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