CINE
“Luces, cámara, acción”
Les decía en mi anterior
colaboración, al hablarles de la importancia del maquillaje, la peluquería, el
vestuario y la caracterización en el cine, que nada de esto serviría de nada si
no estuviera potenciado por el elemento mas importante del cine, la luz. No es una exageración mía, es la realidad.
Desde la propia creación del invento, cuando solo era una atracción de feria, una curiosidad científica, la luz era el elemento que hacía posible ver las imágenes grabadas en el celuloide. Lo mismo había ocurrido con la fotografía, la luz hacía el milagro de poder dejar impresas unas imágenes en un determinado soporte. Después vivieron los numerosos inventos precursores del cine que eran prácticamente cine pero que tenían la servidumbre de tener que ser vistos de forma individual. Fueron los hermanos Loumier los que consiguieron que las imágenes grabadas pudieran ser vistas de forma colectiva por un grupo de espectadores situados frente a una pantalla.
Desde la propia creación del invento, cuando solo era una atracción de feria, una curiosidad científica, la luz era el elemento que hacía posible ver las imágenes grabadas en el celuloide. Lo mismo había ocurrido con la fotografía, la luz hacía el milagro de poder dejar impresas unas imágenes en un determinado soporte. Después vivieron los numerosos inventos precursores del cine que eran prácticamente cine pero que tenían la servidumbre de tener que ser vistos de forma individual. Fueron los hermanos Loumier los que consiguieron que las imágenes grabadas pudieran ser vistas de forma colectiva por un grupo de espectadores situados frente a una pantalla.
Según sean las características de la iluminación empleada, las sensaciones experimentadas por el espectador serán distintas y marcará la direccionalidad de la mirada de los espectadores. A este respecto hay una anécdota famosa. Es un casting había numerosas aspirantes a un papel que iban a ser sometidas a unas pruebas de actuación pero antes una cámara las fotografió en conjunto y las imágenes obtenidas fueron mostradas a los encargados de hacer la selección. Después les preguntaron a cada uno de ellos si se habían fijado en alguna en concreto. Todos respondieron que se habían fijado en una de las aspirantes, todos en la misma y no era ni la más bella ni la más atractiva sino la que poseía una piel capaz de captar la luz de una forma especial. Es lo que se dice de los actores “que gustan a la cámara”. Es una predisposición especial para ser fotografiados, un don.
En la historia del cine ha
habido verdaderos genios de la fotografía, desde Charles Rusher que gano el
primer Oscar a la mejor fotografía por “Amanecer”, de Murnau en 1929 hasta Néstor Almendros que lo gana en
1976 por “Días del cielo” de Terrence Malik, pasando por hombres como Sven
Nikvist que fotografió muchas de las películas de Bergman o Gunnar Fischer que
hizo que una de las principales causas del éxito de “El Séptimo sello” del
mismo Bergan fuese precisamente su fotografía o Gregg Tolan que consiguió lo
mismo en “Ciudadano Kane” de Orson Welles.
Jesús Almendros Fernández
Socio colaborador de la Academia
Magnifico articulo Jesús. Las luces y las sombras han marcado hitos en el séptimo arte.
ResponderEliminar¡Cómo se aprende de cine con Jesús! Gracias amigo.
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