DE NUESTROS COLABORADORES. LA NAVEGACIÓN. (I).
PRIMEROS
PASOS Y SU EVOLUCIÓN (I)
Entre los
muchos logros del hombre, la capacidad de construir, propulsar, navegar y gobernar buques en toda
su multiplicidad de diseños, la conquista del mar, se alza como un monumento al
ingenio, al tesón y a la tenaz determinación de la humanidad.
Así como
la conquista del aire y del espacio pertenece a la historia contemporánea, el
dominio y conocimiento de los mares ha sido una tarea laboriosa que recorre
toda la historia de la humanidad. Nada ha sido más noble, más audaz, ni más
exigente para el hombre que la lenta conquista de la inmensidad de los mares.
Durante
miles de años, la vela ha tenido una única, constante e inmutable misión: Capturar
la brisa ó el fuerte viento para propulsar la embarcación.
Sin
embargo, a partir del año 1800, en los albores del siglo XIX, le llega la
competencia mecánica. Los medios mecánicos de propulsión evolucionan desde una
infancia experimental hasta una sofisticada madurez.
Aunque,
desde los primeros tiempos de la humanidad, el hombre ha sentido la necesidad
de navegar y lo ha hecho con los medios a su alcance: troncos de árboles
ahuecados, más ó menos elaborados, cañas atadas, pellejos de animales inflados,
poco a poco los fueron perfeccionando, convirtiendo las canoas en “piraguas”,
las balsas en “almadías” y en “coracles” los pellejos; yo voy a comenzar mi
exposición partiendo de la navegación de altura, entendiendo por tal, la que se
efectúa fuera de la vista de la costa,
determinando la situación del barco mediante observaciones astrológicas.
Atendiendo
a esta premisa, son los fenicios los primeros que utilizan este sistema de
orientación, haciéndolo inicialmente por la constelación de la
Osa Mayor , que más tarde sustituyeron por la Estrella Polar , dentro de la
constelación de la Osa Menor ,
que les indicaba el Norte.
Está
escrito que, en el año 1609 (a. C.), una expedición fenicia partió de Suez, con
la intención de navegar siempre dejando la costa por estribor, hasta perderla
de vista. No dejaron de verla. Cuatro años más tarde la expedición llegó a
Alejandría, después de circunnavegar el continente africano.
Los
fenicios también fueron los primeros en usar la espadilla como timón y el ancla
como elemento de fijación del barco; los primeros en construir sus
embarcaciones con roda y codaste, en algunos casos, con dos proas para no tener
que virar en redondo, sólo tenían que virar la vela cuadra que usaban, además
de los remos, como medio de propulsión del barco.
Los
griegos heredaron los conocimientos astronómicos de los sumerios y los náuticos
de los fenicios.
Se le
atribuye a Tales de Mileto (640
a . C.), la paternidad de un escrito sobre astronomía
náutica, en el que se menciona a la “piedra
imán”, hoy aguja náutica magnética. Tales de Mileto suponía que la estrella
Polar estaba fija en el polo norte, fue Piteas de Marsella quién deshizo el
error.
Hoy
sabemos que se le llama “Estrella Polar”
a la estrella, visible a simple vista, más próxima al polo norte. No siempre
fue, ni será, la misma, pues por efecto de la precesión de los equinocios, los
polos se desplazan alrededor de la eclíptica y, en consecuencia, la estrella
polar en cada hemisferio no es la misma, cambia a través de los años.
En el
hemisferio sur, a la estrella más próxima al polo, se le denomina “Estrella del Sur” ó “Austral”.
Actualmente la Estrella Polar en el hemisferio norte es “Alpha Ursae Minoris”, conocida también como “Polaris ó Cinosura”, por ser la más cercana al polo Norte, que situada en el extremo de la cola del carro de la Osa Menor, dista de él menos de un grado (58´), todavía se irá acercando aún más, pues en el año 2100 no distará más de 28´, y hasta el año 3500 será la estrella que sirva de referencia y guía a los navegantes. A partir de ese momento, el polo norte se alejará de ella, y no volverá a ser estrella polar hasta que pasen más de 25.000 años.
Actualmente la Estrella Polar en el hemisferio norte es “Alpha Ursae Minoris”, conocida también como “Polaris ó Cinosura”, por ser la más cercana al polo Norte, que situada en el extremo de la cola del carro de la Osa Menor, dista de él menos de un grado (58´), todavía se irá acercando aún más, pues en el año 2100 no distará más de 28´, y hasta el año 3500 será la estrella que sirva de referencia y guía a los navegantes. A partir de ese momento, el polo norte se alejará de ella, y no volverá a ser estrella polar hasta que pasen más de 25.000 años.
Ignacio Pantojo Vázquez
Socio colaborador de la Academia
Seguimos conociendo el mar-la mar de la mano de nuestro experto I.Pantojo. Gracias por ilustrarnos.
ResponderEliminarMe encanta la mar, tal vez porque soy acuario o porque soy de Vejer de la Frontera-Cádiz, porque fui marinero, o , porque, sencillamente, me gusta la mar.Para mí tiene nombre de mujer.
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