ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (225)

“PROTAGONISTAS”

LUIS DEL OLMO
                                 
Una leyenda despierta, siempre, una emocionada pasión, porque pertenece, a la vez, a diferentes dominios, como son las urgencias terrenales y los supremos designios.

La persona que hoy nos acompañará en la conferencia de los martes de la Academia, Luis del Olmo, está considerado por muchos como una auténtica leyenda del periodismo radiofónico y, también, como el personaje más importante de la radio española en los últimos cincuenta años.

El primer impulso, que coloca ante el umbral de la leyenda a un arbolado jayán de la industriosa y minera ciudad de Ponferrada, es la ineluctable disyuntiva de tener que elegir entre la urgencia terrenal de convertirse en ingeniero de minas, con la garantía, más que cierta, de un dorado prestigio y comodidades sociales o entre esa suprema vocación que lo empuja irresistiblemente hacia el intrincado mundo de la comunicación.

Hoy conocemos el feliz resultado de aquella decisión, que supuso, aunque él lo ignoraba  en aquel momento, el haber traspasado, precisamente entonces, el umbral de la leyenda, porque su vocación era incondicional, absoluta, posesiva, absorbente y excluyente, pero que también venía acompañada con una ofrenda de generosidad, que premiaba su arrojo y coraje, al proporcionarle las armas, las ideas y los medios necesarios para convertirlo en el héroe de su propia aventura.

La colaboración con Luis del Olmo ha supuesto siempre tener que aceptar y asumir su empedernido vicio de no posponer nada para después; actitud que, tal vez, venga condicionada por la inmediatez que acompaña a la noticia radiofónica y la convierta en deformación profesional o lo que es lo mismo, en este caso, lo transforme en perfeccionismo.

Como el éxito no se hereda, sino que hay que forjarlo en la fragua del día a día, por ese motivo Luis del Olmo ha sido, durante toda su vida profesional, incapaz de controlar el tiempo que fuese necesario gastar en trabajo, pero sin desnortarse, jamás, de esa ilusión que es prerrogativa de los que aman lo que hacen y que lo aman, incluso, más allá de su propia existencia. No olvidemos que Luis del Olmo ha sufrido ocho atentados de la banda terrorista ETA y que, felizmente, los asesinos fracasaron las ocho veces en su intento.

Aunque constriñendo la enumeración de sus múltiples facetas, no puedo dejar de resaltar su desbordada creatividad que lo ha llevado a culminar, además de otros muchos programas y actividades en la radio, la increíble cifra de doce mil trescientos programas de “Protagonistas”, pero sin disminuir jamás en su frescura y lozanía, siempre apoyado en sus tres soportes fundamentales de información, debate y entretenimiento y que, por su tesón insumiso y su olfato radiofónico, han discurrido en un continuo desarrollo al alza.

Las exigencias de caja del periódico no nos dan para más, pero no debo terminar sin transmitir a Luis del Olmo el agradecimiento de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia, por haber aceptado su invitación, para colaborar en las conferencias que dicha institución promueve, tradicionalmente, las tardes de los martes de julio y agosto. Gracias, Luis, muchas gracias.

                                                                      Eugenio Martínez Orejas
                              Socio Colaborador de la Academia de Santa Cecilia

Comentarios

  1. alberto boutellier14 de julio de 2015, 10:42

    Brillante y justa presentación de Luis del Olmo por la pluma precisa y exquisita de Eugenio Martínez.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El 18 de abril se celebra el Día Internacional de los Monumentos y Sitios

UNHA NOITE NA EIRA DO TRIGO

EL MUNDO DE LA MÚSICA, Instrumentos de teclado

Semblanza del académico de Santa Cecilia, Manolo Prieto, en el 33º aniversario de su muerte

Música clásica del siglo XX: Federico Mompou

HISTORIA DEL ARTE (Las Meninas)

EL GENTILICIO DE LOS CIUDADANOS DE EL PUERTO DE SANTA MARÍA (8 de 8)

LA ORQUESTA, LA MÚSICA DEL SIGLO XX

MANUEL MANZORRO, PINTOR Y GRABADOR

Instrumentos musicales (2): EL TRIÁNGULO