ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (258). ÓPERA (27)

ANNA BOLENA
Ópera en tres actos.
Autor: Gaetano Donizetti
Estreno: Teatro Carcano, Milán, 26 diciembre 1830

Ana Bolena, la historia del rey Enrique VIII y su segunda esposa había quedado olvidada, posiblemente por las dificultades de la partitura. El gran director Gino Merimuzzi decía que esta ópera debería de ser rescatada, el día que apareciera la soprano adecuada.


Teatro La Scala de Milán, 14 de abril 1957
Produción: Luchino Visconti --Nicola Benois
Director: Gianandrea Gavazzeni

En otoño de 1956, Luchino Visconti se interesó por la producción de esta ópera y el director de La Scala se la ofreció. Inmediatamente se puso en contacto con Nicola Benois, coreógrafo de La Scala, y juntos diseñaron decorados, vestuario y eligieron el elenco. El reparto era excepcional: Giulieta Simionato, en Jane Seymur y Gianni Raimondi, en Percy. Pero para Anna Bolena se necesitaba algo más: era indispensable María Callas. Se diseñaron joyas enormes para armonizar con sus ojos, cabeza, rasgos y estatura. Los trajes, inspirados en los retratos de Anna Bolena por Holbein, resaltaban la elegancia que la Callas había adquirido a lo largo de los años y andaba en sus vestidos como una reina, su presencia en el escenario era regia.



En la primera representación del 14 de abril, María llevó al auditorio a través de un conjunto de conmovedoras emociones: tierna nostalgia, pánico, consternación, fiereza, resignación y perdón. Estados de ánimo que la música a lo grande típica de  Donizetti exigía, Callas se identificaba intensamente y la gran actriz que había en ella, hacía a la perfección. En los instantes finales de la ópera, su voz ascendió con firmeza hasta sus ‘do’ de falsete más altos que se transformaron en el parlamento final de Anna, de manera que su " Vendetta" fue un alarido que paralizó al auditorio. Era la culminación de todos los personajes agraviados y heridos, que había interpretado anteriormente. Cuando bajó el telón, María Callas batió el record de aplausos en La Scala: 24 minutos. Una nueva cima de la voz y el drama había sido alcanzada. 
Un año después, 9 de abril 1958, el anuncio de la reposición de Anna Bolena en La Scala no tendría la misma acogida. El 2 de enero de ese mismo año en Roma, María se vio obligada a abandonar el escenario en el segundo acto de Norma, debido a una traqueítis. Tres horas antes de levantarse el telón, María, horrorizada, se dio cuenta que se había quedado sin voz y que estaba a punto de crear el mayor escándalo de su carrera. El presidente italiano, su esposa y gran parte de la sociedad italiana estaban presentes. La ofensa no podía ser mayor y un miembro del Parlamento italiano denunció a María por haber ofendido a Italia y a su jefe de Estado.

Para esta ocasión del 9 de abril, los periódicos organizaron una salvaje campaña de odio contra ella y era tal el descontento, que toda una compañía de policías armados formaron guardia delante del teatro para evitar desórdenes. En el interior, policías de paisano vigilaban palcos y pasillos. Pero no podían proteger a María de la indiferencia y la frialdad que el público demostró en las dos primeras escenas. Y entonces llegó la tercera escena, cuando los guardias se acercaron a ella para prenderla, Callas los empujó a un lado con inusitada violencia, y avanzó hacia el proscenio escupiendo sus palabras directamente al público: "Guidici!  Ad Anna! Guidici"!  Cantando con una brillantez hiriente, la Callas se estaba defendiendo a sí misma: "Si este es mi juicio, juzgadme  pero recordad que soy vuestra Reina" Cuando cayó el telón, el teatro era un clamor; el público enloquecido la vitoreaba. María salió a saludar orgullosa de su poder, su magnificencia y su victoria.
La Callas abandonó el teatro por la puerta del escenario, para enfrentarse al público que la espera en la plaza. Y empezó la tercera representación: Vestida con un traje negro largo y extremadamente pálida por la tensión acumulada, ignoró a la  muchedumbre que la vitoreaba y aplaudía; se dirigió en silencio y lentamente hacia su coche, dejando a todos emocionados y aturdidos. Visconti y Benois recordaban haberse quedado dando vueltas alrededor del teatro, en una especie de shock y de éxtasis.

María cantó Anna Bolena 12 veces. Todas las representaciones fueron en La Scala. 
Gonzalo Díaz Arbolí
Académico de Santa Cecilia

Comentarios

  1. alberto boutellier12 de abril de 2016, 10:32

    Excelente artículo del que se extrae la simplicidad histérica de las gentes, que son capaces de elevar y destruir una imagen casi al mismo tiempo. Menos mal que ahí está el arte.

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