CALAIS
Hay lugares en el mundo que
sus ventajas geográficas se les vuelven en contra. Tal es el puerto de Calais,
frente al Canal de la Mancha, siempre despertando ambiciones.
En su historia cuentan que
varias veces los ingleses intentaron tomarla y como no podían, Eduardo III de
Inglaterra la sitió. Decidió librarse de sus habitantes privándolos de
alimentos.
Entre otras maldades, dejó
salir a 500 ancianos y niños a las puertas de la ciudad para dejarlos morir de
hambre a cambio de perdonar la vida a los demás.
Ante tal espanto el alcalde
de Calais ofreció al monarca inglés la capitulación pero este se negó pensando
que los franceses no debían de imponerle condiciones.
Más tarde Eduardo III
decidió ser clemente si seis burgueses ofrecieran su vida, presentándose ante
él con soga al cuello dispuestos a morir.
Como no tardaron en aparecer
voluntarios, se acrecentó su ira exigiendo la muerte inmediata de los seis.
Algunos caballeros ingleses suplicaron por sus vidas, analizando la acción como
un acto de valentía y honor. Por suerte, al interceder su esposa, cambió de
opinión.
Esta hazaña de los burgueses
quiso ser homenajeada a finales del XIX y la ciudad encargó a Auguste Rodin una
escultura que la inmortalizara.
En la actualidad, no se deja
de hablar de Calais. El inmenso campamento desmantelado nos recuerda que tal
conflicto se debe a su posición "privilegiada". Europa influye e
Inglaterra presiona. Arden las tiendas y se encolerizan los emigrantes.
¿Y sus habitantes? Ante la
cercanía de estas situaciones extremas, ¿qué pensarán con tantísimas personas
desmoralizadas y desesperadas?
No tiene fácil solución
porque para evitar estos desplazamientos habría que proveer a los países de
origen de recursos e informar que la tierra prometida europea no lo es tanto.
Pero a quiénes huyen de la guerra o del hambre, ¿cómo no tenderles la mano?
Recordemos que mil niños
andan perdidos en Calais desolados, condenados a vivir en campos de refugiados
como si tuvieran culpa de nacer al sur del sur.
Ojalá que entre los
habitantes de Calais, o de la vieja Europa sigan saliendo héroes que aporten
soluciones, como pasó en el siglo XIV.
María
González Forte
Colaboradora
de Bellas Artes Santa Cecilia
Publicado también en el "Diario de Cádiz": Calais
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