ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (298)

El Puerto, un pueblo que envejece sin que nadie le ponga remedio


Vengo de vez en cuando a El Puerto, donde tengo desde hace años un apartamento, y siempre que lo hago, inevitablemente me asalta una sensación de “déjà-vu”.

Los mismos locales permanecen cerrados, las mismas casas tienen el cartel de “se vende” con el teléfono de la inmobiliaria de turno.

Y conversando con los lugareños, oigo las mismas quejas, idénticas críticas a la nefasta gestión del Ayuntamiento, del color que sea éste.

No conozco ningún otro lugar de España donde la gente muestre a la vez tan poco orgullo hacia la ciudad donde vive sin que las críticas vayan acompañadas de acciones para poner algún remedio.

Visita uno localidades de la misma provincia y nota que,  a pesar de la crisis, las cosas mejoran, por lo que ésa no puede ser ésa la única culpable.

Dicen muchos que el problema es la  despoblación del centro, y lo atribuyen al hecho de que mucha gente se ha trasladado a vivir a las urbanizaciones, levantadas en la época de esplendor del ladrillo.

Con ser eso cierto, habría que preguntarse si los munícipes hacen algo para revertir tan penosa situación y la respuesta sólo puede ser negativa.
Todo el mundo habla de los problemas de El Puerto sin que nadie parezca pensar en cómo ponerles remedio.

Y no sólo eso, sino que incluso se ponen continuas trabas burocráticas a cualquiera que trate de abrir, por ejemplo, un negocio.

¿Por qué cuesta tanto obtener una licencia de apertura? ¿Por qué no se ayuda con desgravaciones fiscales, por ejemplo, a los jóvenes emprendedores que quieren montar algo?
Hacen falta traer a gente al centro, a gente joven o a gente de fuera porque ello redundará en beneficio de todos, incluso de aquéllos vecinos que no son capaces de ver más allá de sus propias narices.

He oído que algunos extranjeros han comprado en el casco histórico – por cierto ¿qué pasa con el dichoso PEPRICHE?, ¿quién obstaculiza su aprobación y por qué?-, y es la única buena noticia.

Como sabemos por otros municipios donde hay una importante población extranjera, a ésta prefiere los lugares con historia y saben cuidarlos mejor que nadie.

Pero ¿cómo atraer a alemanes, británicos o escandinavos con una situación de degradación del casco histórico como la actual?

El Puerto necesita una intervención urgente. No valen paños calientes. Hace falta imaginación y valentía. Algo que no parece sobrar a este lado del Guadalete.

Partidos que no han hecho nunca nada por El Puerto sólo se dedican a criticar a sus sucesores. Y éstos parecen como paralizados.  Así, ¿hasta cuándo?
Joaquín Rábago
Socio colaborador de la Academia

Comentarios

  1. Has descrito la verdadera realidad, es lo mismo que veo cuando vuelvo cada año,y es cierto que se han marchado a las playas, pero no deberian dejar el centro tan abandonado,y tan deshabitado,habria que moverse más, hacer algo ,efectivamente como los de alrededor, que incluso han mejorado en muchas cosas que nosotros hemos empobrecido.

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