ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (300)
Sobre una Eurolengua
Se llamaba Ludwik L. Zamenhof, murió en abril de 1917. De
aquí a poco hará cien años. Desde joven,
Zamenhof demostró tener un gran talento para las lenguas; dominaba el ruso, el
polaco y el alemán; podía leer sin dificultad en latín, hebreo y francés;
estudió en profundidad el judeoaleman y escribió una gramática del mismo. Conocía
también bastante de griego, inglés, italiano y español. Se dice que Zamenhof
procedía de una familia judía, que fue expulsada de España en 1492. A pesar de encontrarse
en serias dificultades económicas, en 1887 publicó su obra “Internacia Lingvo”
(Lengua Internacional) con el seudónimo de Doctor Esperanto que posteriormente
daría nombre al nuevo idioma.
Era un hombre de barba poblada de
canas y de calvicie temprana. Redondas gafitas de miope por las que veía el
humo de sus continuos cigarros. Cuando hablaba le salían mal ciertas
consonantes y emitía una especie de raro silbido. No, no era buen orador.
Tímido. De voluntad extremada e inagotable paciencia. Ingenuo, modesto y
pacífico. Cuando terminó el bachillerato en sus ciudad natal Bialystok ─en la
actual Polonia─ se trasladó a Moscú, Varsovia y Viena para estudiar medicina, y
finalmente, hizo la especialidad en Oftalmología.
Probablemente su
capacidad para aprender idiomas era una proyección del ambiente que le rodeaba.
En aquella época poblaban Bialystok varias etnias; polacos, rusos, alemanes, bielorrusos
y una, no muy grande, mayoría judía. Lenguas, costumbres y religiones
distintas; prejuicios de toda índole enfrentaban a aquellas gentes. El joven
Zamenhof pensaba que la incomprensión y el desconocimiento eran el origen de
las más duras confrontaciones, creía que un idioma común rompería, en parte, esos
muros o que al menos mejoraría las posibilidades comunicativas entre tan
diferentes personas. Firme en su convicción de que todos los hombres son
iguales, su idealismo le llevó a identificar su anhelo de una humanidad unida
con la idea de que un idioma universal ─no perteneciente a nación alguna─ permitiría
a los humanos comprenderse mejor.
Zamenhof pensó primero
en la actualización, y renovación, del latín; después consideró la creación de
una lengua nueva cuyas palabras consistieran en series matemáticas de combinaciones
de letras con sonidos articulables. Las ideas sobre las que trabajó las sometió
a pruebas para estudiar sus posibilidades, buscando con tenacidad la solución
óptima: el Esperanto.
Es una opinión
extendida que ninguna lengua nacional es recomendable para
la comunicación entre los europeos. Los UE deben comprenderse entre sí por
medio de una lengua fácil, una «Eurolengua», porque si se acepta una lengua
nacional se rompería el principio básico de igualdad entre todos los ciudadanos
y naciones de la UE.
¿Será el Esperanto la
esperanza?
Ignacio Pérez Blanquer
Académico de Santa
Cecilia
Enhorabuena a la institución por haber llegado al escrito número 300 de "Encuentros en la Academia".
ResponderEliminarMuy interesante el tema de la eurolengua, el socialista alemán Willy Brand dijo que que: "La diversidad lingüística es uno de los mayores obstáculos en el camino hacia la amistad y la comprensión entre los pueblos. El idioma internacional esperanto ya hace tiempo que intenta eliminar ese obstáculo."
Muchísimas gracias, por la felicitación. No todos aprecian el esfuerzo que significa ésta publicación semanal ininterrumpidamente durante casi 6 años. Comenzamos el 5 de abril de 2011.
EliminarFelicito al profesor Pérez Blanquer por su artículo donde nos invita a reflexionar sobre la necesidad de tener una eurolengua. Y ésa sería el Esperanto. Una Europa tan fraccionada en lenguas, ideologías, religiones, formas culturales debe buscar la unión lingüística. El Esperanto.
ResponderEliminarmuy bueno, sigamos promoviendo nuestro idioma igualitario, felicidades a los europeos, Dios quiera que llegue con el mismo empuje para el resto del mundo!!
ResponderEliminarInteresante artículo y muy ameno de leer. Gracias Ignacio.
ResponderEliminarMe encanto, aparte hay un dejo de que Esperanto es la lengua que necesita europa para la igualdad, buena nota muy calida
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