INSTRUMENTOS MUSICALES.Piano (XI) 2ª parte.
LA HISTORIA DEL PIANO, 2ª parte
Voltaire, el filósofo, desdeñaba el nuevo instrumento, comparando
su sonido con el de un caldero y elogiando, en cambio, la sonoridad de los
buenos clavicémbalos. Los músicos -Haydn, Mozart, Clementi- que hasta entonces
compusieron sus sonatas para clavicémbalo, a partir de 1770 escriben ya en sus
páginas musicales, "para clavicémbalo o pianoforte". En 1822, el
director del Conservatorio de París contempla con alarma el excesivo número de
alumnos que estudian el nuevo instrumento. El clavicémbalo ha perdido sus últimos
reductos y el piano se ha impuesto definitivamente.
El triunfo del piano abrió a los compositores un extraordinario
horizonte de posibilidades. Se compuso ya especialmente para piano. Son los
días de las grandes composiciones de Beethoven, de Mendelssohn, de Chopin de Schumam, de Liszt... El piano se
convierte en el instrumento ideal para la versión lírica de los más sutiles
matices, de las más delicadas sonoridades, de los más hondos e íntimos estados
del alma. Con la tendencia impresionista de Ravel y Debussy surge una nueva
fase en la evolución de la ejecución pianística. Al mismo tiempo, la manera
colorista de los españoles: Albéniz, Falla, Turina, Granados...
especialmente.
Cada compositor de genio ha creado su técnica propia, su propia
manera de traducir en el piano los sueños musicales de su corazón. El lenguaje
universal de la música, esa voz inefable que con la misma hondura llega al
hombre de París y al de Nueva York, al de Madrid y al de Berlín, ha encontrado
en el piano la fórmula ideal de expresión.
Es interesante, en la fabricación de un piano moderno, la
diversidad de materias que son necesarias: roble, haya, abeto y nogal de
América para el armazón en que están tendidas las cuerdas; peral, cormac,
carpino y arce para el mecanismo; tilo, para el teclado; maderas exóticas para
el chapado del mueble; acero fundido, para el marco de una solo pieza que
constituye el esqueleto del piano; hierro forjado o acero, para los bordes;
alambre de acero envuelto en un alambre de cobre enroscado, para los bordones;
ébano y marfil, para las teclas, y piel de gamo y paño, para el mecanismo.
Pedro Salvatierra Velázquez
Concertista y profesor de Conservatorio
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