ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (324) «1842»
No, no se trata de un
título orweliano; si fuese así sería un vano intento de emular a un genio. Les
cuento. Hace unos días, uno de esos con fuertes calores, decidí buscar una
ópera desconocida de algún autor no frecuente y esperar, viéndola, la llegada del
frescor nocturno de la mejor manera posible. Después de unas pocas dudas me
incliné por una del músico francés Jules Massenet al que conocía
levemente por su Werther. Se trataba de Don Quichotte, que estaba
completa en YouTube. Releí un poco la biografía de Massenet para situarme; se
me quedó la fecha de su nacimiento: 1842.
La obra era interesante, pero transcurrida la primera hora me encontraba un
poco cansado; en esos momentos entró la mayor de mis nietas con una vieja
edición de un libro de Karl May, miré curioso la portada y,
seguidamente la contraportada, en donde había una breve biografía del conocido
autor alemán. También había nacido en 1842. Fruncí el ceño con cierto asombro
ante la casualidad.
La temperatura había disminuido un par de grados y decidimos salir, a dar un
paseo, por calles en las que circulara algún vientecillo agradable. Desde el
parque tomamos Javier de Burgos pretendiendo llegar hasta la Plaza de Peral. La
niña me preguntó:
─Abuelo, ¿quién era ese señor, Javier de Burgos? ¿Era de Burgos?
Sonreí un poco pillado.
─No. Era un periodista y autor teatral de aquí, de El Puerto. Bastante célebre
en su época ─le respondí─. No sé mucho más.
─¿Por qué no lo miras en el móvil?
Sonreí de nuevo. Me apoyé en la pared enfrente del mosaico con el nombre de la
calle y me dispuse a informarme más.
─Nació aquí en el 1842 ─fue lo primero que le dije, y otra vez puse cara de
sorpresa.
─¿En esta calle? ─replicó rápida.
─No. Creo que no. Sé que esta calle se llamó calle Salinera, o algo parecido.
Como casi todas, habrá tenido muchos nombres… Me parece recordar que fue en la
calle Larga donde nació, no estoy seguro ─añadí después.
Le pedí a Carmen una tregua, no tenía suficientes datos como para saciar su sed
de saber. Quizás se le olvidaría al rato.
Mil ochocientos cuarenta y dos, ¡vaya! ¡Menos mal que no soy supersticioso!
Una vez en casa ─a ella no se le había olvidado Javier de Burgos─ tuve que informarme
más.
De entre sus obras más destacadas hay que señalar “La boda de Luis Alonso”, estrenada en
el Teatro de la Zarzuela en Madrid, en enero de 1897. Empezaba así:
«La acción pasa en
el barrio extramuros de Cádiz, conocido por Puerta de Tierra, en 1850.
Patio de una casa
modesta de un solo piso en el barrio de Puerta de Tierra. Puerta al fondo y dos
ventanas bajas de rejas a cada lado, por las cuales se ve el campo. Dos puertas
laterales que dan a habitaciones interiores de la casa. Sillas de Vitoria y
macetas con flores. Luz espléndida de sol.»
─Abuelo, yo también
nací en Madrid. ¿Lo sabes?
─Sí, claro.
Javier de Burgos
comenzó estudios de ingeniería, pero los abandonó cuando falleció su padre y se
enfocó en el periodismo, en Cádiz. También tuvo cierta dedicación a la
política. Murió en 1902, el año mismo en el que nació Rafael Alberti.
─¿Y quién es
Rafael Alberti, abuelo?
─Ya te hablaré de
Alberti otro día.
─Vale ─respondió
rotunda y decidida.
Javier de Burgos escribió
bastantes obras, unas setenta aproximadamente, muchas en colaboración con otros
autores. Sus libretos retrataban con ingenio y humor la sociedad de su época,
con tramas fáciles, divertidas, y con tintes muy populares.
─Mil ochocientos
cuarenta y dos.
─Abuelo, ¿por qué
repites tanto ese año?
Ignacio
Pérez Blanquer
Académico
de BB.AA. Santa Cecilia
Entrañable. ¡Cuanto aprende uno de un niño!
ResponderEliminarMe ha encantado este artículo. Es sorprendente como vas saltando de un personaje a otro, unidos todos por una fecha. ¿Coincidencia? ¿Casualidad? Tu sorpresa ante el descubrimiento de una nueva coincidencia, nos va dejando sorprendidos, como a la niña, como a ti.
ResponderEliminarPrecioso en verdad, enhorabuena, no dejes de escribir. Estas en vena, no nos prives de nuevas maravillas como esta.
Resumen; Paciencia de abuelo explicando a nieta. Me ha encantaoo!
ResponderEliminarA estas figuras del Puerto como Javier de Burgos, al que acabo de descubrir, deberían dedicárseles todos los años algún homenaje representando alguna de sus obras, o versionándolas. Es una lástima que estos ilustres personajes queden en el olvido o en una placa en una calle. Gracias.
ResponderEliminarBonito y emotivo Encuentro, un abrazo
ResponderEliminarIgnacio, me encanta ésta información tan magnífica que nos has dado, y me encanta la forma de hacerlo, despertando en Carmen el interés por saber y conocer. Buen comienzo para retomar tus escritos que tanto nos gustan a todos.
ResponderEliminarMe ha encantado el escrito por su frescura y agilidad.
ResponderEliminar