ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (332).
¿Le preocupa a alguien el futuro de El Puerto?
Sé que el título que he decidido dar
a esta columna tiene algo de provocador, pero se trata sobre todo de remover unas
conciencias que uno teme un tanto adormecidas.
Creo que coincidiremos todos –
vecinos permanentes o bien ocasionales, como es mi caso- en que uno de los
mayores problemas de El Puerto es la despoblación del centro y, a la vez, las dificultades de llegar a fin de
mes de muchos de quienes lo habitan.
Es este último un problema también de
otras ciudades de nuestro país y sobre todo de Andalucía, pero no creo que haya
muchas en las que los sucesivos gobiernos municipales, por las razones que sean,
se hayan mostrado tan incapaces de poner remedio a esa situación.
En otras ocasiones he criticado en estas páginas la tan excesiva como errática sobreprotección del casco histórico, que permite que muchos edificios terminen en ruinas mientras se hace la vista gorda ante atentados reales a la estética de la ciudad para asombro de visitantes.
Hablo con frecuencia con los
comerciantes y dueños de bares y otros establecimientos del centro y me llega
la queja unánime de que son pocos los concejales que se dignan por sus locales
para escuchar sus sugerencias y ver qué se puede mejorar.
Los gobiernos municipales se deben a
sus vecinos, que son quienes los eligen, algo que se tiende a olvidar con
demasiada frecuencia en un país de tan poca cultura democrática como el
nuestro.
Resulta sangrante escuchar a jóvenes de
esos que con tanta demagogia llaman “emprendedores” explicarle a uno que se ven
obligados a cerrar el pequeño comercio que con entusiasmo abrieron en su día
por culpa del elevado alquiler, la poca demanda y la falta de apoyos.
He escrito otras veces y no me importa
repetirlo porque también se repiten las
quejas que escucho al respecto, que una de las causas del descontento de muchos
comerciantes son las dilaciones que encuentran cuando solicitan algún permiso
para hacer una reforma, por mínima que sea. Por cierto ¿qué devino el famoso
Peprich?
Es como si desde el Ayuntamiento sólo
se empeñasen algunos en poner trabas burocráticas con el mínimo pretexto en
lugar de ayudar y facilitar las cosas a quienes tienen alguna iniciativa o desean
acometer algún negocio que pueda redundar en beneficio de la ciudad y quienes
en ella viven.
Y mientras tanto, el partido o los
partidos que están en la oposición se dedican sólo a criticar con dureza y sin
demasiado tino la gestión de sus sucesores sin la autoridad moral que tendrían si mientras gobernaron no hubiesen hecho las
cosas peor que quienes ahora critican.
¿Cuándo van a comprender unos y otros
que el futuro de El Puerto de Santa
María, de sus vecinos y comerciantes es demasiado importante como para
convertirlo en una pelota de pingpong?
Cada vez que vuelvo a esta ciudad,
alguien me habla de algún potencial
comprador extranjero que, seducido por la belleza cada vez más ajada de sus
casas palacio, quisiera invertir aquí para quedarse, pero a quien las trabas que
encuentra terminan disuadiéndole.
Repito la pregunta del título: ¿A
quién le importa el futuro de esta ciudad?
Joaquín
Rábago
Socio
colaborador de la Academia
Ya que hablamos de trabas burocráticas, a quien no le importa el futuro de la ciudad es a los funcionarios (2) que dirigen licencias urbanísticas. Es un problema que se conoce de sobra pero no se hace nada...hemos tenido mala suerte.
ResponderEliminarA los políticos, como últimos responsables, les importa el tejemaneje diario para ganar votos y seguir manejando el cotarro, ¿la ciudad? La ciudad hace tiempo que dejó de interesarles para nada, algunos ni la conocen bien.
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