CANTE FLAMENCO. Capítulo X Cantes de Ida y Vuelta.
Cantes de
Ida y Vuelta:
GLOSARIO DE TÉRMINOS FLAMENCOS
Habaneras y Colombianas
Guajiras, Rumbas y Boleros
Milongas y vidalitas
Según Fernando
Quiñones, la denominación de “cantes de
ida y vuelta” debe entenderse en un
solo y concreto sentido:
<< el
de triple y retroactivo influjo que, sobre sus remotos ascendientes españoles y
africanos, su naturalización centro y sud-americana, y su final aflamencamiento
en Andalucía, experimentaron estos géneros, casi siempre a través de Cádiz, tan
de cara a América>>.
Se produce un
singular trasiego folklórico, un viaje de “ida
y vuelta”, una ruta a través del Atlántico con un único puerto de salida:
Cádiz. En cambio, a la vuelta, alguna que otra vez la llegada la comparte con
Sevilla, Sanlúcar y el Puerto de Santa María, pero es en Cádiz donde las nuevas
y cadenciosas melodías cubanas – no colombianas -se asientan y se andaluzan.
El argentino
Julio de Atienza escribe:
<<Es
Cádiz la ciudad española por la que se comunica la metrópoli con las lejanas
Indias… Sus barcos llegaban a los más lejanos puertos y, con ellos, los
marineros gaditanos que llevaban la nostalgia de su tierra lejana que vibraba
en sus cantes y temblaba rítmicamente en sus pies. Unos barcos iban para las
Antillas, y a Cuba principalmente. Otros, más al sur, al naciente virreinato
del Río de la Plata. Y en todos los barcos iba, con su gente, el tango
gaditano. De la unión de ese tango con la música cubana, nace la habanera, y de
su unión con la música argentina, nace la milonga>>.
Del Caribe, del
Río de la Plata y hasta de Filipinas, afluye a la ciudad andaluza todo un
caudal de música sugestiva y cadenciosa que en Cádiz se va de cañas y
“chiquitas” a los tablaos, donde añade con gracia a su compás la maraca
rumorosa, los rasgueos pamperos, el olor del café, y baraja sus ritmos
milenarios con los que acaba de conocer.
Curro Dulce canta:
De la Habana vengo, señores,
de
bailar un fandango
entre
mulatas y chinas
que me
lo estaban chancleteando.
o
Habaneras:
La habanera es la danza y la canción cubana por excelencia, junto con el tango, su versión más satírica, recalaron en Cádiz a finales del siglo XIX, y atracaron en su puerto para quedarse y perderse por las callejuelas de los barrios del Pópulo y de Santa María. Su compás binario y su patrón rítmico se incorporaron al cante flamenco dando origen a la mayoría de los cantes de Cádiz: tientos, tangos, tanguillos, colombianas, guajiras, milongas, vidalitas, zambras, garrotín, farrucas y rumbas, a los que contagió su acento tropical y su ritmo cadencioso.
o
Colombianas:
Estilo flamenco,
encuadrado dentro de los “cantes de ida y
vuelta”, que poco o nada tiene que ver con Colombia, por lo que muchos
prefieren llamarle “Colombinas”. Fue
creado, en 1931, por el cantaor Pepe Marchena. La estructura métrica, donde hay
cierta libertad, y la melódica son las que su creador Pepe Marchena, acompañado
por el guitarrista Ramón Montoya, acaba imponiendo, y es el resultado de la
combinación de un conocido corrido
mexicano y un zortxico vasco con el
soporte rítmico de una rumba cubana.
o
Guajiras, Rumbas y Boleros
o
Guajiras:
La
“Guajira”
vocablo procedente del yucateco “guajiro”
– señor - es un cante de compás ternario derivado del punto cubano, cuyo origen está
en los cantos populares de los guajiros - campesinos blancos cubanos - dedicados
al cultivo y a la zafra – cosecha - de la caña de azúcar.
La Guajira
flamenca, al contrario que la
cubana, alterna, al igual que las soleares y cantiñas, un compás dominante de
6/8 con otro tónico de ¾, efecto que se denomina “de espejo” entre Andalucía
y Cuba. La tonalidad, y la cadencia melódica, así como las letras de los temas
referidos a Cuba y a La Habana, su capital, a sus mujeres y a sus deliciosas
frutas, delatan a la guajira.
Las
letras suelen escribirse en estrofas de diez versos octosílabos componiendo una
décima.
o
Rumbas:
La
rumba cubana llamada guaguancó cubano,
podría ser el punto de partida de la rumba
flamenca, aunque ésta no deja de ser un tango flamenco con la rítmica
desdoblada. Su pariente cubano más cercano es la guaracha y un tipo de rumba
campesina muy cantada por los guajiros del interior de la isla.
o
Milongas y
Vidalitas:
La milonga argentina proviene de llamada “payada de contrapunto” y tiene profundas conexiones con la habanera y el tango antillano en el plano rítmico-métrico y en el armónico.
La primera milonga con verdadero carácter flamenco y compás de tango-tiento, la popularizó Pepa Oro a finales del siglo XIX, pero fue Antonio Chacón quien adaptó la forma flamenca y la grabó, en 1912, a su vuelta de Buenos Aires. La interpretación de Antonio Chacón nos ha llegado a través de Manuel Vallejo, Pepe Marchena y Pepe el de la Matrona.
Otra milonga posterior, muy popular y dramática, fue la milonga de Juan Simón, interpretada por Manuel Escacena, que luego grabó Angelillo.
La primera milonga con verdadero carácter flamenco y compás de tango-tiento, la popularizó Pepa Oro a finales del siglo XIX, pero fue Antonio Chacón quien adaptó la forma flamenca y la grabó, en 1912, a su vuelta de Buenos Aires. La interpretación de Antonio Chacón nos ha llegado a través de Manuel Vallejo, Pepe Marchena y Pepe el de la Matrona.
Otra milonga posterior, muy popular y dramática, fue la milonga de Juan Simón, interpretada por Manuel Escacena, que luego grabó Angelillo.
o
Vidalitas:
La Vidalita flamenca es un cante emparentado con los tristes
estilos que se cantan en ambas riberas del río Paraná y, como tal, acredita su
mestizaje con la milonga. Llegó a España a principios del siglo XX y fueron,
Escacena y Chacón las que la adaptaron al flamenco con compás binario cercano a
los tangos, pero más lento.
Ignacio Pantojo
Socio Colaborador de la Academia Santa Cecilia
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