ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (356)
LA MÚSICA Y SU
MUNDO DIVERSO
La
Academia, haciendo honor a su Patrona, Santa Cecilia, viene dedicando su atención
desde su fundación (1900) a la enseñanza de la música. Mi larga vinculación con
ella lo es desde mi condición de alumno de Solfeo y Piano, aunque
mis estudios quedaran en una “sinfonía incompleta”.
Sorprende, sin embargo que, desde la
iniciación del Cuerpo de Académicos (1984), de los casi 50 titulares
incorporados al mismo, solamente 2 lo sean por sus méritos y dedicación a
la música: Javier Ruibal Calero y Pedro Salvatierra Velázquez.
Era el mes de Abril
del pasado año, cuando la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia comenzaba a
publicar una serie de artículos, bajo el título:“El mundo de la música”.
Su publicación en el Blog de la Academia
(http://bellasartessantacecilia.blogspot.com.es) hasta su final el 15 de marzo
de 2018, ha significado un recorrido de 48 “partituras”, para el goce y
disfrute de cuantos sienten la música y tienen interés por profundizar en su
conocimiento.
Y casi sin solución de continuidad, principios de Abril del
presente año, se inició otra serie bajo el título “Cante flamenco” y
con un subtitulo ¿Por qué Cante y no Canto?. Que culmina
ahora su recorrido después de diecisiete capítulos.
La autoría de las series citadas se debe a una persona que no
tiene vinculación profesional ni académica con la música. Pero sí
mantiene una actitud permanente de acercamiento y vivencia a toda manifestación
cultural que le haga crecer, aún desde la jubilación. La fuente utilizada de
los fondos de su biblioteca familiar. Además de su afición muy temprana, es una
prueba de esa inquietud.
A la personalidad del autor: Ignacio Pantojo Vázquez,
marino mercante, socio de la Academia; por su generosidad y constancia, en
cuantos proyectos se involucra, le debemos un testimonio de gratitud por su iniciativa,
gestación y materialización de estos trabajos y compartirlos de forma
altruista.
Una muestra de su sensibilidad, al iniciar la serie “El mundo de la música”:“Si
la melodía enseña a construir -según las relaciones modales-; si la armonía
enseña el concierto simultáneo de los sonidos; y el contrapunto es el arte de
combinar varias melodías que, al ser tocadas simultáneamente, forman un
conjunto armonioso; la amistad es una sinfonía que aúna los más
nobles sentimientos del individuo”.
Y en el prólogo a “Cante Flamenco”: ”Me
atrevo a hablar del cante flamenco, no porque sea un erudito ni entendido en
este género, sino por lo que para mí significa, pues, desde muy niño, mi
madrina me mecía y me arrullaba cantándome nanas, y bambas, mientras me columpiaba.
Pocos años más tarde, las nanas dieron paso a los fandangos del “Niño la
Huerta”, del “Niño Gloria” y de “Porrina de Badajoz”, cantados por mi tío y por
los jornaleros mientras almorzaban a la sombra de una higuera o debajo de un
frondoso nogal…
Las redes sociales están haciendo posible esta aula permanente de
la Academia, sin limitación de espacio y tiempo. Su larga ausencia en
estos foros, que permiten las tecnologías de la información y de la
comunicación (TIC’s), pudo corregirse gracias a los Académicos Ignacio Pérez
Blanquer y Gonzalo Díaz Arbolí, que abrieron esta ventana desde la que
irradia conocimientos y cultura en su más libre, diverso y noble sentido
Antonio Ortega Rojas
Socio de Bellas Artes Sta. Cecilia
Gracias Antonio por tu artículo, y gracias a tí, Gonzalo, por tu dedicación y entrega en la difusión de estas obras a través del blog de la Academia. Muchas gracias a todos.
ResponderEliminarHa sido un placer trabajar juntos. Espero que nuestros lectores hayan disfrutado y aprendido, tanto como nosotros.
Eliminar