ENCUENTROS EN LA ACADEMIA. (372) CINE
I CENTENARIO DE AKIRA KUROSAWA
Os hablaba el otro día de un gran cineasta sueco,
Ingmar Bergman, de cuyo nacimiento se cumplían ahora 100 años. Curiosamente
también se celebra el centenario de Akira Kurosawa, que fue el director que difundió el cine japonés por
todo el mundo cuando nadie, en Europa y América, lo tenía en cuenta. La historia del cine japonés no se entiende sin él y su centenario ha dado
lugar a que se programen actividades
para recordar su figura en ciudades españolas como Barcelona, Madrid, Bilbao, Valencia,
Sitges, Las Palmas o Valladolid, entre otras, en lo que han llamado “El Año
Kurosawa”.
La estética de sus películas es tan importante,
que muchos de sus decorados, así como el vestuario y las armaduras utilizadas
en sus películas, constituyen elementos primordiales,
junto a sus dibujos preparatorios y “storiboardas”, en las numerosas
exposiciones montadas en todo el mundo para conmemorar su centenario.
El director debutó en 1943, formando parte de una generación posterior a la
de los cineastas japoneses clásicos, como
Mizoguchi, Ozu o Naruse, que se dieron a conocer en Occidente, gracias a él y a
su triunfo en la “Mostra” de Venecia en 1950, con “Rashomon”.
Cada película de Kurosawa a partir de entonces fue un acontecimiento y el
reconocimiento de Norteamérica y Europa, hicieron que él se involucrase en el
cine occidental y colaborase con grandes directores norteamericanos que
aprovecharon muchas de sus películas para hacer versiones actualizadas de
algunas de sus películas, como “Los siete samuráis”,
filme emblemático de 1954, que sirvió de base para el western, “Los siete magníficos” así como de una una película de ciencia-ficción, “Los siete magníficos del espacio”.“Cuatro
verdades”, con Paul Newman, estaba inspirada en “Rashomon” y George Lucas
se basó en algunos personajes de “La fortaleza escondida”, para la divertida pareja de androides de
“Star Wards”. También Sergio Leone realizó “Por un puñado de dólares”
a partir de otra película de samurais de Kurosawa, “Yojimbo”.
Directores como George Lucas o Francis Ford Coppola, le admiraban profundamente y le ayudaron en la producción de “Kagemusha”o “Los sueños de Akira Kurosawa. Por su parte, Martin Scorsese intervino como actor en este filme y el ruso Andrei Konchalowski realizó en EEUU, “El tren del infierno”, sobre un guion inédito suyo. Todo esto hizo que en Japón se le considerara un director occidentalizado porque, si su obra influyó en el cine norteamericano y europeo, no es menos cierto que él bebió de la cultura occidental inspirándose en autores como Shakespeare para realizar alguna de sus películas como las versiones que hizo de“Macbeth” y “El rey Lear”, tituladas “Trono de sangre” y “Ran”.
La influencia de Kurosawaen el cine de su país, es importantísima. No hay filme de samuráis posterior a 1954 que
no le deba algo a este cineasta que combinó la épica con la tragedia de raíz
shakesperiana, aunque trató también otros géneros.
Logró el Oscar al mejor filme extranjero dos
veces, por Rashomony Dersu Uzala, y el Oscar a
toda su carrera en 1990.
Jesús Almendros Fernández
Crítico de cine
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