ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (117)
Madridismo y deportividad
El fútbol es uno de los fenómenos sociales más importantes del mundo contemporáneo. En sus primeros tiempos fue un espectáculo de masas masculino; desde hace unas décadas ha calado también en el universo femenino y es mucho más que un juego profesional y una notable actividad económica: es asociacionismo (millares de peñas), manifestación cultural (estrategias y tácticas, belleza…) y valores educativos personales y colectivos (esfuerzo, disciplina, afán de superación, constancia, competencia y colaboración, alegría y tristeza, ilusión…)
La
vinculación de los niños con los futbolistas va más allá de la que antes se
establecía sobre la base del coleccionismo de cromos (estampitas). La
televisión, primero, y las nuevas tecnologías de la información, ahora, hacen
posible que pequeños y adolescentes conozcan al momento las alegrías y cuitas
de sus héroes y clubes.
Los
destacados éxitos de nuestros mejores equipos y de la Selección Española
de Fútbol han consolidado a los futbolistas y han ampliado a los entrenadores
en el papel de modelos de imitación para nuestros niños y jóvenes.
En
consecuencia, futbolistas y entrenadores así como presidentes de clubes y
periodistas deben ser conscientes de la responsabilidad social que les corresponde,
y deben conducirse y expresarse adecuadamente.
Lamentablemente,
el Real Madrid ha permitido que su saliente entrenador haya mancillado una
buena imagen social formada durante décadas. Al técnico no sólo se le ha
permitido que implante un estilo de comunicación ajeno al madridismo, sino que,
en vez de ser amonestado, fue apoyado cuando a las primeras críticas de los
periodistas respecto al trato recibido se dijo que no habían contratado a un
relaciones públicas. Pensaría entonces la presidencia que los hipotéticos
títulos bien valían sacrificar la imagen y responsabilidad social del club.
Para
nuestros niños y jóvenes estas tres últimas temporadas han sido un mal ejemplo:
un lamentable espectáculo de soberbia y desprecio a propios y extraños por parte
del entrador, en vez de una demostración de fútbol y deportividad, que es lo
que se espera de uno de los mejores equipos y clubes del mundo.
Javier
Maldonado Rosso
Académico
de Santa Cecilia
Un magnífico artículo, con el que estoy totalmente de acuerdo, no se puede decir mas en menos palabras, las fotos y el video que acompañan al artículo son muy elocuentes. Está claro que para ser objetivo hay que estar ajeno a la cuestión que se juzga, en este caso no ser forofo, ni tan siquiera - creo que es así - aficionado al futbol.
ResponderEliminarDel todo de acuerdo. ¿Y qué decir de la cifras que se manejan en la contratación de jugadores? Son un signo de la calidad de un país.
ResponderEliminarJosé.