ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (358)

Personas o máquinas
Hace casi cuarenta años, el científico estadounidense Raymond Kurzweil, especializado en Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, persona considerada como legítimo heredero de Thomas Edison, pronosticó que antes de que comenzara el año 2000, un ordenador ganaría a un campeón mundial de ajedrez: ocurrió en 1997, cuando una supercomputadora ganó con el resultado que en notación ajedrecística se escribe +2 =3-1. Gary Kasparov (Bakú, 1963) representó al homo sapiens como último ejemplar capaz de resistir el auge de la inteligencia artificial. Ganó varios duelos, pero solo se recuerda que perdió  una partida contra el programa informático de IBM Deep Blue, todo un drama para él, que le llevó a afirmar que “ya no se puede vencer a un ordenador”.

En esos años, también imaginó que Internet, una red de uso, entonces, estrictamente en instituciones académicas y militares, se extendería por el mundo y que los teléfonos móviles responderían a todo tipo de preguntas. Ahora se predice que antes del año 2030, los sistemas de conducción estarán en manos de sistemas inteligentes, no humanos y que dentro de veinte años los ordenadores serán mucho más potentes que todos los cerebros humanos de la Tierra juntos. La mayor parte de la actividad intelectual en el planeta será realizada por inteligencias artificiales.


La inteligencia artificial es un conjunto de tecnologías avanzadas que permite a las máquinas sentir, comprender, actuar y aprender. Es más una herramienta creada por humanos, y que hace y se aplica donde las personas deciden. Expertos vaticinan que su desarrollo, el mayor reto tecnológico de la historia, dará a luz una nueva generación de robots autónomos capaces de atender numerosas necesidades. Consideran que la Inteligencia Artificial va a ayudar a las empresas a ser más productivas y eficientes. Este aspecto tendrá un impacto directo en los puestos de trabajo que provocará una destrucción masiva de algunos empleos. Las empresas que están comenzando a implantar de forma integral estas tecnologías, han mejorado la productividad y han reducido costes y generado mayores oportunidades a personas que desarrollan puestos de trabajo más creativos. Parece claro que estamos viviendo una gran transformación, en la que se está reinventando las formas de desarrollarse y competir en los mercados. Los trabajos del futuro serán mayormente tecnológicos: muchos de los que existirán dentro en una década aún no podemos ni imaginarlos.

Ante esta realidad, nos resulta inquietante para las próximas generaciones que, todavía no exista, al menos a mi me lo parece, una formación reglada  que prepare a los futuros profesionales para ocupar nuevas profesiones que se avecinan. Es deber de los organismos competentes y la sociedad en general, anticiparse a este cambio con nuevas políticas educativas que formen a las generaciones venideras para poder desarrollarse con éxito en este nuevo panorama laboral.

Hay que hacer frente cuanto antes, al importante desequilibrio que existe entre las necesidades de las empresas y la formación de los trabajadores, especialmente, en profesiones técnicas como  Ingenierías, Matemáticas, Informática, o con conocimientos en telecomunicaciones y aquellos que dominen las competencias digitales. Seguramente lo tendrán más fácil aquellos trabajadores expertos en ciberseguridad, programadores o que sean profesionales relacionados  con la gestión de las emociones que son las que van a tener una mayor demanda en el futuro. Los profesionales más demandados por las compañías serán aquellos, que además de tener los conocimientos suficientes en inteligencia artificial, sean capaces de trabajar por proyectos, de liderar equipos, con dotes de comunicación y con iniciativa. También se valorará mucho el pensamiento crítico, y la capacidad de resolver problemas complejos.

Nuevas opciones profesionales para los de Humanidades surgen junto al desarrollo de perfiles científicos que conlleva la revolución tecnológica. El desarrollo de la tecnología está fuertemente imbricado con ciertas ramas de las Humanidades, sobre todo las más filosóficas. Muchos de las ideas tecnológicas han salido primero de la mente de los filósofos para luego ser desarrollados por técnicos. La relación entre el desarrollo de la inteligencia artificial y la filosofía, la lingüística o la psicología es evidente. En un futuro el manejo de la tecnología se habrá simplificado tanto que, según algunos expertos, emergerán otros de carácter más humanístico y digitalizado.

¿Serán las máquinas meras ayudantes de las personas o terminarán por eliminarlas en materia laboral? Pensamos que el hombre siempre será superior a las máquinas.
Esperemos que así sea.
Antonio Leal Giménez
Académico de Bellas Artes Santa Cecilia

Comentarios

  1. El pensamiento consciente se asoma al futuro y ve.

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  2. Según el Génesis cuando el hombre, criatura de Dios, se rebeló Este lo redujo a esta su condición. El hombre siempre podrá reprogramar sus máquinas si violentan su existencia

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