CINE
WOODY ALLEN: A RATIONAL
MAN
Tras
su presentación en el Festival de Cannes y su paseo por otros festivales, se
proyecta en nuestras pantallas la última película de Woody Allen. Yo la vi en
San Sebastian. No falla. Cada año el
viejo filósofo cinematográfico y clarinetista aficionado, nos ofrece una nueva
película para goce y satisfacción de todos cuantos le admiramos en el mundo,
que somos muchos. Los demás, aquellos para quienes Woody Allen solo es un buen
director, pero uno mas, han recibido la película con agrado, han considerado
¡Faltaría mas!, que es una buena película, pero no se han entusiasmado, sin
embargo para los que seguimos y amamos la obra de este profesor despistado, nos
ha maravillado. Yo, a la vuelta de San Sebastian, al comprobar que se estaba
proyectando aquí, no dudé en volver a verla.
Cada cierto tiempo Woody Allen decide escribir un guión
sobre un asesino sin remordimientos, asesinos sin causa, asesinos que creen no
estar cometiendo un acto inmoral, algo que nos recuerda el planteamiento que
Hitchcock utilizaba en “La Soga”. Y recordar a Hitchcock en este caso, no es
gratuito porque la decisión del protagonista de la película de cometer un
crimen sin temor a ser descubierto recuerda mucho al que el mago del suspense nos
presentaba en “Extraños en un Tren”, pero Woody Allen no necesita recurrir a
otros directores para inspirarse pues puede hacerlo mirándose a sí mismo,
observando su propia obra pues él mismo
ya lo había hecho en películas como “Faltas y Delitos”, “Balas sobre Broadway”,
“Misterioso asesinato en Manhattan” o “Match Point”.
De niño le interesaban tres cosas, el béisbol, la magia y los
asesinatos y de esto último nos habla en esta película en la que explora la
infidelidad y la muerte.
Uno los principales aciertos de la película es el estudio de
los personajes. Joaquin Phoenix es un profesor de filosofía cuyo físico es perfecto para retratar a un
tipo problemático y confuso porque la expresión corporal de este actor, opina
Woody Allen, le hace extremadamente expresivo en todos sus actos, al andar, al
hablar o simplemente al sentarse. Este
hombre no ama la vida, pasa por ella sin ilusiones, sin perspectiva, le da lo
mismo vivir que morir hasta que un hecho fortuito le hace salir del letargo
existencial en el que se encuentra sumido y consigue volver a sentirse vivo y a
encontrar un sentido al hecho de vivir.
Emma Stone por su parte es la alumna subyugada ante la personalidad del profesor
pero con unos principios morales muy arraigados lo que no le permite entregarse
de forma incondicional. Su novio,
interpretado por Jamie Blackley, es lo decente, lo moral, lo
deseable, lo otro no es mas que un fogonazo, un destello momentáneo capaz de
cegarla pero solo por un momento. Parker Posey, por su parte, es la profesora adulta, casada, insatisfecha que ve en
Joaquin Phoenix un camino de liberación. La aparente mujer frívola sin
prejuicios, nos demuestra según avanza la película que no es en realidad una
aventurera, que no busca solamente sexo,
sino una relación que la haga sentirse libre, El
“campus” en el que se desarrolla la historia es un lugar cerrado, lleno de
cotilleos, maledicencia y envidias. Ella quiere irse a España, quiere un mundo
menos autocomplaciente.
El azar es otro de los elementos presentes en muchas de las películas de Woody Allen y aquí también aparece e influye fatalmente en el desenlace de los problemas al igual que ocurría en “Match Point”. Una pequeña linterna cuya luz apenas sirve para poder leer una nota en la oscuridad es capaz de cambiar el desenlace de la historia.
De nuevo Vuelve Woody Allen
a darnos una lección de cómo contar cinematográficamente una historia, con
sencillez, con inteligencia y con seguridad en sí mismo. Esto lo saben los
actores que elige para sus películas que no dudan en acudir a su llamada. Hay
pocos proyectos que merezcan la pena y los actores de talento y cuando disponen
de dos semanas libres entre superproducción y superproducción, aprovechan para
trabajar con él. Asi lo explicaba el
propio Woody Allen.
Jesús Almendros Fernández
Socio Colaborador de la
Academia
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