LA LEYENDA OLVIDADA, CUENTO DE DIONISIO PÉREZ GUTIÉRREZ, Socio de Honor de la Academia Santa Cecilia
Existe aún en El Puerto de Santa María la casa donde un monje, famosísimo por sus virtudes, pasó larga temporada sirviendo de consejero espiritual a Don Juan Luis de la Cerda y a su esposa, duques de Medinaceli, marqueses de Cogollado y de Alcalá, señores de las villas de Deza, Enciso y Lobón, comendadores de la Moraleja, condes de la ciudad y gran puerto de Santa María, etcétera, etcétera. No hay para qué encomiar, ni importa a este relato, la grandeza de tales señores. Quevedo dedicó al Duque una de sus mejores obras, y llenos están los cronicones de la época de ejemplares, hechos, famosos sucesos, graves sentencias, heroicas empresas y gloriosas aventuras en las que el generoso D. Juan Luis de la Cerda resalta y luce como quien era. Uno de los criados del Duque, mocetón de veinticinco años, estaba recién casado con una j