ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (149)

ADIÓS 2013 Caminaba de la mano de su anciano padre, pisoteando las hojas que él había ido dejando caer. A medida que avanzaba diciembre, se mostraba más impaciente e irrespetuoso con el viejo y no se recataba de manifestar su júbilo por su próximo ascenso al poder. Aunque le faltaban unos días para su coronación, ya se sentía rey, se consideraba el dueño y señor de nuestras vidas, ya había entrado en ellas, y trataba a su antecesor con ese gesto despectivo que suelen dedicar los orgullosos a los vencidos o a los que han llegado a la última etapa de su vida: a viejos. El día 31 de Diciembre, no pudo contener su impaciencia; se cubrió con amplia capa blanca y, sin timidez ni respeto, dio unas vueltas de baile tarareando una tonadilla. Un aire helado invadió la estancia y el viejo se quejo de frío. El joven rió cínico y dijo: “Para lo que te queda, no te quejes.” El reloj de la plaza daba las últimas campanadas de la noche y ya no pudo resistir más, s...