ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (249)
RÁFAGAS DE INSPIRACIÓN
Mandala: Dibujo
circular que representa las fuerzas
que regulan el
universo y que sirve de apoyo a la meditación
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Estas reflexiones, algunas copiadas y modificadas para hacerlas coincidir con mi vida interior y otras creadas, son el fruto de unos meses de trabajo recopilando lecturas, desde que supe que tenía que escribir un texto para la sección “Encuentros en la Academia”. Reflejan mi escepticismo, al tiempo que manifiestan, mis sueños y esperanzas, mis conflictos y dudas.
¡Originalidades, imposibles! Nada se crea. Todo se transforma. Y mi originalidad, cogida a mi ser como con imperdibles.
Soñé
que, mis ideas eran mías, que mis ideas surgían en mi mente como por arte de
magia o encantamiento. Que rara y difícil resulta la creación original.
Soñé
que, todo mi ser estaba compuesto en tono de amor y en clave matemática.
Soñé
que, al fin, lograban coordinarse cuerpos y almas.
Soñé
que, me enfrentaba a la Sonata para
piano número 14 de Ludwig van Beethoven y que, lograba superar prueba tan laboriosa.
Y mis dos personas interpretaron el Claro de luna al unísono.
Soñé
que, el “fa” era el “mi sostenido”. Mi manía de buscar lo que nunca ha
existido.
Y,
al recordar los sueños, se me saltan las lágrimas.
Pero,
¿Quién ha dicho que es sueño la vida? Si así fuera, sería divertida.
Y,
lo que, al fin, me despertó, no fueron las gotas de agua de lluvia, sino los
segundos que marcaba el reloj.
Todos
tenemos nuestro jardín secreto…y nuestro paraíso perdido.
¡Simetría
cósmica! Sí, sí, “todo es un mandala”…
Lo
malo de saber lo que quieres es no llegar a conseguirlo.
Y,
“el mirlo” blanco o negro, es mirlo.
¿Dónde
estás amor? Responde… Y, cuando te
encuentre, ¿quién será el que busca y el que encuentra?
Y,
en mi mente anida el verbo. Y, lo engalano para el vuelo.
La
palabra justa no suele ser grata. Y, la palabra grata no suele ser justa.
Y
entre tú y yo, la palabra justa junto a la desproporcionada. ¡Ay!, lástima que la palabra desvirtúe la idea.
Nadie
es adivino. Ningún actor de la tragicomedia de ésta vida, conoce el guión.
Nadie conoce su destino. Y, yo, indeciso y a solas.
Creo
que, nada es patético o trágico sino, sencillamente emocionante.
Lo
apasionante de cada ser, en cada instante.
¡Ay!,
me vendió mi amigo, sin recibir pago alguno. Sí, amigo, sí, a pesar de ser dueño de mis silencios.
A
todo busto, sea cual fuere, lo sustenta un pedestal.
Es
preciso saber prescindir de lo superfluo y de lo esencial. Todo está ahí,
formando parte de una totalidad incuestionable. Todo importa, aunque haya cosas
en apariencia, absurdas y carentes de sentido y lógica.
¡Fantasmas,
no empecéis! Y mi reloj, quizás por prudencia, se niega a dar las seis.
Y, en mis postrimerías, es cuando decido construir la estructura de nuevos
conocimientos y experiencias.
Comenzad
a minimizar lo material. Comenzad a limpiar “todos los cuernos de la
abundancia”, para poder tocar con ellos los sones triunfales del juicio final.
Gonzalo Díaz Arbolí
Académico de Santa Cecilia
Bonitas y dubitativas reflexiones que reflejan la levedad de nuestra esencia
ResponderEliminarGracias, hermano.
Eliminar¡Ufffff! ¡Que barbaridad! Me he quedado sin palabras. Que certeras reflexiones, que profundas, que bellas frases y que hermosos pensamientos. ¿Pesimistas quizás?. No, simplemente sinceras.
EliminarReflexiones y dudas que todos tenemos. Bien expresadas, Gonzalo. Te estás volviendo poeta...¿o lo has sido siempre?
ResponderEliminarSólo cuando se conjugan grandes dosis de sensibilidad, y la misma proporción de humildad y sencillez, es posible, a veces, regalar estos pensamientos, aunque nos dejen un cierto regusto a catarsis espiritual, pero con inmensos deseos de aprovechar lo que nos resta de incierto futuro, en ajustar nuestro complicado puzzle neuronal o, tal vez, “escuchar” el grito del alma. ¡Enhorabuena! Gonzalo, amigo.
ResponderEliminarAmigos, hermano.¿Cuál es la diferencia? Muchísimas gracias, sois muy generosos.
ResponderEliminarEstoy impresionado por el contenido, la belleza y la sensibilidad de estas reflexiones.
ResponderEliminarParafraseando a Ángel González cuando decía: "Si yo fuese Dios / y tuviese el secreto"... Yo también desearía, Gonzalo, ser Pericles y tener estos hermosos pensamientos, para ordenarle a Fidias que, en las metopas del friso del Partenón, entre triglifo y triglifo, los grabase allí con su cincel, para goce y disfrute de los privilegiados que tuviesen la utópica emoción de soñar con la incorporación de los mismos a su talento y creatividad.
ResponderEliminarHe disfrutado enormemente con su lectura y sé que los volveré a leer
Me gustan mucho estas reflexiones. No se suele pensar tanto el interior de cada uno.Vamos a lo fácil y superficial.
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