MÚSICA CLÁSICA EUROPEA: LA ÓPERA (29) Rusalka
RUSALKA
La
ópera en tres actos Rusalka fue escrita por A. Dvoràk con libreto de Jaroslav
Kvapil, en una adaptación libre del cuento de Hans C. Andersen: La sirenita. Se
estrenó en Praga en 1901. En España, su estreno fue en el Gran Teatre del Liceu
en 1924.
ARGUMENTO
Acto I
Rusalka, que es una náyade, una duendecilla de la mitología eslava que normalmente habita en un lago con otras ninfas que se divierten junto al Gnomo del agua. Rusalka
se confiesa a él su amor por
del Príncipe, un humano. Rusalka desea ser una mujer, y el Gnomo le dice que
vaya a ver a la bruja Jezibaba. La bruja acepta satisfacer el deseo de Rusalka,
pero le advierte que esa transformación le va a suponer permanecer muda
para siempre.
El Príncipe está de caza en el
bosque, con él va el Cazador y todo su séquito, a los que manda a palacio al
percibir un ambiente amenazador en el bosque. El Príncipe se encuentra con
Rusalka y se enamora de ella y la lleva a su palacio.
Acto II
En el palacio se prepara la boda
del Príncipe con Rusalka. El Cuidador de la caza y el Cocinero comentan las
novedades. El Príncipe, aunque ama a Rusalka, no deja de permanecer indiferente
ante los encantos de la Princesa extranjera, que hace contínuos comentarios
acerca del silencio de Rusalka.
Rusalka sufre y este dolor hace
que aparezca a su lado el Gnomo que la consuela. Rusalka se da cuenta del error
que ha cometido al querer compartir su vida con un hombre. Al final habrá boda,
pero entre el príncipe y la Princesa extranjera.
Acto III
Rusalka ha vuelto al lago, pero no
puede vivir en él con sus hermanas. Su única posibilidad de recuperar su
antigua vida es destruir al hombre que la abandonó. Sin embargo se interpone el
amor que siente todavía por él. El Príncipe por su parte, no halla la paz y
felicidad en su palacio y vuelve al lago a ver a Rusalka. Cuando se encuentran
los dos, el Príncipe recibe el beso de Rusalka, lo que le supone la muerte, sin
embargo muere feliz y dichoso en los brazos de su amada.
Es en esta famosa aria, la Canción a la luna, donde le pide a la luna que busque al Príncipe y le diga como lo ama. La traducción es la siguiente:
Luna,
que con tu luz iluminas todo
desde
las profundidades del cielo
y
vagas por la superficie de la tierra
bañando
con tu mirada
el
hogar de los hombres.
¡Luna,
detente un momento
y
dime dónde se encuentra mi amor!
Dile,
luna plateada,
que
es mi brazo quien lo estrecha,
para
que se acuerde de mí
al
menos un instante.
¡Búscalo
por el vasto mundo
y
dile, dile que lo espero aquí!
Y
si soy yo con quien su alma sueña
que
este pensamiento lo despierte.
¡Luna,
no te vayas, no te vayas!
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