CANTE FLAMENCO Capítulo VII (1)



§  Cantes derivados de los cantes matrices:

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        Soleares:
    La etimología de la palabra “soleá” deriva de la castellana soledad que, a su vez, procede de los vocablos “soidade”, “soedade”, “suidade” de la lengua lírica gallego-portuguesa.
    Considerada en sentido literario, la soleá es una estrofa de cuatro versos octosílabos con rima asonante o consonante en los versos pares, a la que se le llama “soleá grande”. Hay otra, más antigua y sencilla, a la que se le conoce como “soleá corta”, de tres versos octosílabos con rima en los impares. De esta última existe una variante llamada “soleariya”  que consta de un primer verso de cinco sílabas seguido de dos octosílabos. La estructura literaria de la soleá se encuentra en algunas “jarchas”  del siglo XII, y en el siglo XVI existen precedentes extraídos del Romancero Castellano.
    La Soleá constituye, por sí sola, la base fundamental del cante flamenco. Cante riquísimo, totalmente autónomo, sin dependencia de ninguna otra especie, cuya variedad inabarcable recorre la amplia geografía desde Cádiz hasta Córdoba, haciendo paradas en las localidades de Jerez, Utrera, Alcalá y Triana. Sus creadores fueron los gitanos que, en su incansable deambular, paraban sus carros para formar un corro con ellos y así poder cantar y bailar, pues desde su origen es cante bailable. Se trata, pues, de un cante gitano por su origen, por su estilo y por sus maestros.
    Los tratados musicales dicen que es un cante formalmente asimilable a la tonadilla en compás de 3 x 8, en tonalidad menor. El maestro Mauricio Ohana define a la soleá por su contrapunto rítmico: el cantaor sigue un <<ritmo estructural o interno >>, y la guitarra el <<ritmo base o externo >>.
    No es exagerado afirmar que la soleá es la columna vertebral del cante.
    Todo puede cantarse - y se canta - “por soleares”. Además de cantar soleares, se cantan por soleá: la caña, la serrana, las bulerías,  los tientos,  los tarantos… 

     La “soleá apolá”, como evidencia su apellido, tiene claras referencias al “polo”, y se le atribuye al cantaor gaditano “Paquirri el Guanté”  (https://www.youtube.com)                                                                                                                                              
   Más que otros cantes, la soleá es un cante de tierra adentro, - ni Málaga, ni Huelva, ni Granada cuentan con cante propio por soleá - que arraigó en diversas localidades impregnándose de un aire local inconfundible.
    Fernando Villalón define así a la Soleá:
            << Es el canto del pobre que se encuentra en la vida
            sin protección de nadie, sin familia y sin fe…
            Sus notas son llamadas a la madre querida,
            al hijo que mataron… al amor que se fue >>.
    José Luis Tejada, el poeta portuense, dice de la Soleá:
<< Es la señora soleá, lebrillo inmenso donde heñir las bascas del destino >>.
    La primera voz conocida que se queja por soleá fue la de “la Andonda”, una gitana trianera, amante de Francisco Ortega “el Fillo”, por tanto voy a comenzar con la Soleá de Triana  la lista de las muchas modalidades locales.
o   Soleá de Triana:
    Si la “Andonda”  fue la primera voz de la soleá de Triana, la “Serneta”  de Jerez ha sido quien la ha configurado como estilo con entidad propia hasta alcanzar los caracteres determinantes específicos y “jondos” que revela su legado. Pero quien hace de altavoz, elevándola exponencialmente y enlazando ambas localidades, es Fernanda de Utrera: con el cante por soleá encontró el molde coplero y rítmico para expresarse de manera integral, poniendo en ello alma, sentimiento y conocimiento.
    Según la opinión de Ricardo Molina: <<Es magia pura y abismática. Sólo la poesía puede expresar algo del cante de Fernanda >>.

   Soleares de Triana:         https://www.youtube.com

o   Soleá de Alcalá (de Guadaíra)
A diferencia de Triana, Alcalá ha conservado los cantes puros que forman un amplio grupo homogéneo e inconfundible, de no menos de nueve tipos de soleares, cuya diferenciación es estructural en seis de ellas, e interpretativa en las restantes.
Según describen Ricardo Molina y Antonio Mairena en la obra “Mundo y formas del cante Flamenco”, dos son los estilos de Alcalá para las soleares de cuatro versos:
-        El de Juan “Talegas”, reposado y solemne, con difícil enlace entre los dos primeros tercios que ligan, elevando el tono suavemente tras una pausa, con los versos 3º y 4º del último tercio.
-        La otra modalidad es una variante de la anterior, cuya diferencia estriba en la manera de interpretar el verso tercero, más valiente y subida pero carece de la majestuosidad de la anterior.
El resto de las soleares de Alcalá responde al tipo de soleares cortas de tres versos y se consideran cantes de alivio o de remate.
Tres son los intérpretes más representativos de la soleá de Alcalá, los tres de la misma familia gitana, y los tres nacidos en Alcalá: Joaquín de la Paula, Agustín Fernández y Juan Talegas, cuyas personalísimas interpretaciones dieron un sabor peculiar a este cante, lo que acredita a estas soleares como las únicas puras que aún se conservan.
    Soleares de Alcalá:                              https://www.youtube.com
Ignacio Pantojo
Socio colaborador de la Academia Santa Cecilia


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