ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (344)
¿BASTAN EL SOL Y LA PLAYA?
Mi
padre era un portuense irredento y, como tal, había ido recopilando durante
toda su vida bastantes cartapacios que estaban repletos de fotos, estampas, ilustraciones
de almanaques y recortes de noticias que tenían alguna relación con El Puerto.
Había retazos de “Cruzados”, de la “Voz de la Bahía”, del Diario de Cádiz, del
“España” de Tánger, del ABC…, muchos de esos papeles tenían ese color
inequívoco que indica el paso inexorable del tiempo.
Basílica Menor Nuestra Sra. de los Milagros |
Era
frecuente que yo explorara en aquellos papeles con placer, allí me enteré de
quién era Pedro de Villa, de la visita del rey Alfonso XIII a las cuevas de la
Sierra de San Cristóbal y de muchas otras cosas. También
había notas escritas de su propia mano. Una de ellas ─con el 2002 en un margen─ decía: «Las ciudades precisan venderse en el
exterior, precisan tener atractivos lo suficientemente potentes como para
atraer visitantes, que a su vez atraigan a nuevos visitantes. Visitantes de todo
tipo: congresos, turistas, negocios, etc.».
Le
preocupaba la situación de El Puerto. En aquel 2002, el hoy nuestro le alarmaba. Hacía
varios años que la pesca se había reducido a casi nada y las bodegas habían
disminuido los empleos a centenares. La construcción era ─según él─ un camino incierto;
algo que de la noche a la mañana ─y así fue─ podía acabarse. Quedaba el
turismo, ¿el de sol y playa?
Castillo de San Marcos |
No
se le descubre a nadie que el turismo de sol y playa presenta unas altas tasas
de estacionalidad y que su demanda se concentra principalmente en los meses en
los que, mayoritariamente, se pueden satisfacer las expectativas de aprovechar el
sol y la playa. Y es poco factible poder obtener en dos meses de afluencia turística
─o poco más─ los beneficios suficientes para vivir todo el año.
Hay quienes consideramos alentadoras las posibilidades que nos puede brindar el turismo cultural (TC) que serviría para
hacer más atractiva, y diversificar, la oferta turística tradicional basada en
el binomio sol-playa. Es evidente que
el TC exige la existencia de una industria
cultural, entendiendo por 'industria cultural' el conjunto de organizaciones
cuya principal actividad sería la producción de cultura y la obtención de
beneficios con ella; creando mecanismos que buscan a la vez aumentar el consumo
de sus productos, modificar los hábitos sociales, educar, informar y,
finalmente, conducirnos hacia una sociedad más culta.
Pero
¿qué entendemos por ‘turismo cultural’? La Organización Mundial del
Turismo aporta una definición técnica: «Se
entiende por TC el movimiento de personas debido esencialmente a motivos
culturales como viajes de estudio, viajes a festivales u otros eventos
artísticos, visitas a sitios o monumentos, viajes para estudiar la Naturaleza,
el Arte, el Folklore, y las peregrinaciones».
No
sé si el turismo cultural será
nuestro futuro, pero es preciso tener claro que sin turismo no tenemos futuro.
Ignacio
Pérez Blanquer
Académico
de Santa Cecilia
Seguro, aquí no se puede vivir y emplear a miles de personas con un turismo de chiringuitos y bares para dos meses de verano, y qué pasa el resto del año???
ResponderEliminarSi solo damos sol y playa tendremos turismo de dos meses de sol, playa y bares, el resto del tiempo nos tendremos que conformar con promesas y discursos. Me ha gustado mucho el artículo, esto hay que tratarlo con más detalle.
ResponderEliminarBuen articulo Ignacio, ahora hace falta que alguien tenga ideas y ganas de ponerlas en marcha.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Apostar el presente y futuro del Puerto al «sol y playa» es conformarse y condenarnos al fracaso. Esa industria no solo es estacional sino que está sometida al capricho de ofertas más económicas de destinos cercanos. Nuestro sol y playa no se diferencia en nada del sol y playa que ofrecen otros municipios nacionales o extranjeros de nuestro entorno y la baza de precios baratos no siempre la vamos a poder jugar.
ResponderEliminarSi conseguimos mejorar nuestro atractivo turístico con elementos apetecibles tales como el gastronómico, medioambientales, o propiamente culturales (eventos musicales, literarios históricos) e "industriales" (el vinícola) el turismo "integral" será el motor del Puerto en verano como en invierno, hoy y dentro de cincuenta años.
Coincido totalmente: "...es preciso tener claro que sin turismo no tenemos futuro".
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