Restauración: San Antonio de Padua

Lienzo de San Antonio de Padua propiedad de la Iglesia Mayor Prioral. La restauración ha sido realizada por el equipo técnico de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, bajo la dirección del Licenciado en Bellas Artes en la Rama de Restauración Salvador Rodríguez Romero y los pintores Fernando Sánchez García y José Sánchez González. La restauración se ha realizado en la sede de la Academia. Y se ha procedido a una documentación fotográfica del estado inicial de la obra, protección de la capa pictórica por levantamientos y cuarteados, retirada de elementos añadidos en el reverso del lienzo, limpieza mecánica del reverso, reentelado, aplicación mas trabajosa debido a la preparación del telar, limpieza química del barniz envejecido, estucado, reintegración cromática, y aplicación del barnizado de protección. Igualmente, el bastidor y el marco ha sido tratado siguiendo los mismos pasos que la tela, documentación fotográfica, retirada de elementos añadidos, clavos, alambres, limpieza mecánica, protección de insectos xilófagos, estucado, reintegración de color, y barnizado. 

En total, la duración de la restauración, ha sido de 4 meses (de Mayo a Septiembre) 200 horas aprox. De la historia del lienzo se sabe poco o nada, según el archivo parroquial, dan una hipótesis de que el cuadro podría proceder del desaparecido Monasterio de San Miguel, en los archivos de patrimonio de la Concejalía de Cultura, no se ha encontrado nada referente al lienzo. En el estudio iconográfico decir que es un San Antonio de Padua con niño, el santo aparece ataviado con sus ropajes, arrodillado, y con sus símbolos iconográficos, la flor de la azucena el niño Dios y los libros. El niño Dios, de gran representación artística, muestra una mirada pausada, una gran interpretación por el autor en sus encarnaduras y su anatomía, reflejándolo desnudo de cintura hacia arriba y tapado con un sudario blanco. La interpretación de la divinidad es reflejada por tres pequeños a los de luz a base de potencias y aureola al igual que el santo. La escena está enmarcada en el interior de una habitación o refectorio con un suelo en ajedrezado blanco y negro, y al fondo una siguiente habitación que da profundidad a la escena. En la parte superior de la obra aparecen una corte de querubines, cinco en total, de gran expresión artística y estilo de la escuela sevillana.

En la restauración, se han utilizado productos reversibles, se han retirado intervenciones anteriores, como parches, estucos antiguos, barniz oxidado y envejecido, restos de cera, deyecciones y repintes no originales de la obra. 


El cuadro permanecerá expuesto unos días en la capilla de las Ánimas, con un panel con fotos explicativas del proceso, hasta el día que sea colocado en su ubicación original. (Texto: Salvador Rodríguez Romero)

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