El genial escultor Antonio Canova
Antonio Canova (Possagno, 1757 – Venecia, 1822), pintor y escultor, representante del Neoclasicismo, que trabajó para Papas, reyes y poderosos, llegó a ser el escultor más conocido de su época. Cultivó todo tipo de temas, desde el funerario, al mitológico, pasando por el retrato. Pero si algo destaca de Canova es que su inspiración nace de los modelos de la antigua Grecia y Roma.
Desde muy niño muestra sus dotes para la talla. Criado por su abuelo, a los pocos años entra en una cantera para aprender un oficio y es allí donde empieza a esculpir estatuillas con especial gracia. Casi inmediatamente es acogido como alumno por el maestro Coballa en la ciudad de Venecia, gracias a la intercesión del senador Blaz. Ya con 16 años, y ante la muerte de su maestro, su valedor y protector, el senador Blaz, le encarga una obra escultórica de grandes dimensiones, tarea enorme que no desalienta a nuestro joven artista y crea la maravillosa "Orfeo y Eurídice", que refleja su juventud, el candor y la espontaneidad pero también la armonía de líneas, tanto que este conjunto es considerado como una de sus mejores obras. En los años siguientes sigue recibiendo pedidos pero no contento con su formación decide marchar a Roma. En esta ciudad, realiza una de sus más famosas obras, el monumento funerario para el Papa Clemente XIII destinado a la Basílica de San Pedro. Este trabajo le lleva cuatro años de su vida pero el resultado es grandioso:la finura de los detalles, el relieve delicado de los encajes de las vestimentas del pontífice. La fama de Canova fue creciendo hasta el punto que recibió encargos del mismísimo Napoleón Bonaparte.
Texto y vídeo de Rocío Pérez Izquierdo
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