ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (220)
EL LIBRO MANUSCRITO EN LA CORTE DE ALFONSO X EL SABIO
Hoy día, el libro nos sale al paso por doquier, hasta el punto de que ha llegado a ser, como tantas otras cosas, un verdadero objeto de consumo. Cuando Guttenberg comenzó a emplear los primeros tipos móviles estaba poniendo en marcha un proceso que ni él mismo podía imaginar, aunque lo intuyese oscuramente. Pero hubo un tiempo en que el libro era algo que distaba de estar al alcance de cualquiera. Cada libro era una pieza única, aún las tiradas de libros escolares que vendían los estacioneros de las universidades y escuelas, sencillamente porque eran libros manuscritos, hechos, con más o menos cuidado, uno a uno.
En la historia del libro manuscrito
español, el reinado de Alfonso X el Sabio (1252-1284) representa uno de sus
momentos estelares. Si como político su actuación es discutible y presenta
muchos puntos oscuros, como legislador, hombre de letras y "patrón"
de las artes y de la cultura Alfonso X ha sido y es unánime y universalmente
reconocido. Nos encontramos ante un caso excepcional no sólo en la historia de
España sino, incluso, de toda Europa. Pocos monarcas pueden exhibir una
amplitud de realizaciones culturales como las protagonizadas o impulsadas por
el rey castellano a lo largo de todo su reinado, y en campos tan diversos como
el derecho, la historia, la música, la poesía, las ciencias, la propia lengua
castellana, que con él alcanza su mayoría de edad, las artes plásticas y hasta
la misma arquitectura. Amante de los saberes, escodriñador de sciencias
y requeridor de doctrinas, como dice
de él un texto de la época, Alfonso X se nos presenta, en una Europa abierta a
todo tipo de influencias, como un enamorado de la sabiduría, interesado tanto
por los cálculos astronómicos como en hacerse traducir del árabe o del latín
cuantos libros pudieran satisfacer su curiosidad universal.
Al servicio de estos intereses, la
corte de Alfonso X fue un foco de actividad libraria, constituyéndose en ella
un verdadero taller donde se redactaron y elaboraron libros asombrosos y
bellísimos, muchos de los cuales han llegado afortunadamente hasta nosotros.
Podrá discutirse si hubo o más scriptoria o talleres al servicio de
Alfonso X --las de Toledo, Sevilla y
Murcia--, pero no cabe la menor duda de que existió un Scriptorium con
mayúscula al servicio de las empresas culturales del Rey Sabio.Hace muchos años
que don Gonzalo Menéndez-Pidal describió cómo trabajaron las escuelas
alfonsíes. Nos interesa más conocer quiénes trabajaron en ellas y cuáles fueron
sus resultados.
Desde antes de iniciar su reinado,
Alfonso X sintió una extraordinaria curiosidad por la ciencia árabe,
especialmente por la astronomía y la astrología. Sabios traídos de todas partes
y de todos los credos tradujeron para el rey obras de todo tipo, como el Lapidario
(1250) y de Calila e Dimna (1251).
Manuel González Jiménez
Académico de Santa Cecilia
Si están interesados en leer y profundizar en este texto, pulsen con el ratón en los siguientes enlaces:
EL LIBRO MANUSCRITO EN LA CORTE DE ALFONSO X EL SABIO (II)
EL LIBRO MANUSCRITO EN LA CORTE DE ALFONSO X EL SABIO (II)
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