«Desde 1850»: Cándido Portinari
Ayer estuve cenando con Gustavo y Elisa,
resultó una velada estupenda, ellos son unos excelentes conversadores y la
charla fue muy fluida. Hablamos de tantas y tantas cosas que ahora sería muy
difícil para mí recordarlas todas, por supuesto que el tema central era el arte
contemporáneo, su mundo y sus peculiaridades. Además Gustavo estaba de un
socarrón subido y con sus exageraciones (¿o no?) reímos con placer.
Me impactaron muchos de los asuntos sobre
los que nos habló, ahora recuerdo algo referente a las subastas, vino a decir
que una subasta era el lugar en donde el arte abandona su virginidad, el sitio
en el cual ─finalmente─ el arte pierde toda la pretensión de ser
algo con un valor abstracto y se desvela, con meridiana claridad, que el
objetivo final del arte es comprar y vender. Señaló también un objetivo
secundario ─pero muy significativo─ que es el de incrementar el
valor de la obra de un artista. Dijo que si una obra no se vendiese, el
prestigio de un artista se vendría abajo, esta posibilidad lleva a
negociaciones y arreglos para que la obra sea comprada, incluso con el propio
capital del artista, si ello fuese necesario.
Le pregunté sobre qué artistas de los que
había conocido a lo largo de su vida le habían impresionado más, y me respondió
que le impresionaban más antes de conocerlos, y que una vez que los conocía todos
perdían su "capelo cardenalicio". Así lo dijo. Después añadió que a
los artistas que realmente admiraba no había tenido ocasión propicia para
conocerlos. Comentó que a uno que le habría encantado conocer fue el
primer pintor suramericano que expuso en el MoMA de Nueva York en 1940.
─¿Quién fue ese? ─le pregunté
rápidamente.
Elisa no dejó escapar la ocasión y me
replicó:
─El brasileño Cándido Portinari.
─Sí, cierto ─añadió
Gustavo─. Portinari es de los artistas que me hubiese gustado conocer,
nació en 1903 en Brodowsky un pueblo brasileño al noroeste de Sao Paulo. Se le
clasifica como del movimiento "realismo
social". En cierta manera es un pintor con amplias resonancias
españolas, al inicio de su carrera recibió una gran influencia del español
Ignacio Zuloaga, y también del escultor y grabador sueco Anders Zorn. Los
estudiosos de su obra coinciden en declarar que en algunos de sus retratos se
manifiesta el influjo de Amedeo Modigliani. Portinari también conoció muy bien
la obra de Pablo Picasso; el Guernica fue la obra que más le marcó.
Me sentí conmovido cuando me mostraron
algunas láminas de sus cuadros. Elisa intervino para decir que procedía de una
familia de inmigrantes italianos, y que con su obra se había convertido en cronista
de la cruda y dura realidad que se vivía en las explotaciones cafeteras, él
decía que en aquellos campos "los
pies grandes y deformes de los labradores, semejantes a mapas, son siempre
capaces de contar historias".
Su pintura es muchas veces descarnada en la
denuncia de la injusticia social, aunque siempre resulta cálida y emotiva, de
gran riqueza de colorido y con composiciones muy atractivas. Portinari supo
recoger de forma magistral la vida y los padecimientos de aquellos personajes que
solía representar en movimiento.
Les dije que en su obra me parecía palpar
algo de sentimiento religioso y Elisa respondió:
─Es cierto, no te equivocas, en
muchas de sus obras y junto a todo el paisaje humano que nos muestra, hay un
fervor religioso al que supo revestir de matices de protesta. En realidad esto
conformó toda la temática de su obra, proyectada, principalmente, a través de
murales y basada en un dominio asombroso de la composición y del dibujo.
Gustavo añadió el siguiente e interesante
comentario:
─A pesar de esas acentuadas
características religiosas, a las que alude Eloisa, tuvo enormes dificultades
para que algunas de sus obras más importantes fueran aceptadas por las clases
más conservadoras del Brasil. Eso es lo que sucedió con el mural dedicado a San
Francisco de Asís en la iglesia de Pampulha, diseñada por el famoso arquitecto Oscar Niemeyer; la estética de
Portinari fue tachada de demasiado impía y las autoridades eclesiásticas
impidieron la consagración del templo durante cerca de veinte años.
─Sí ─afirmo Elisa─ al
artista debemos la decoración de varios edificios religiosos, recuerdo la obra Vía Crucis en la catedral de Belo
Horizonte, y las magníficas pinturas de la iglesia de Minas Gerais realizadas
en 1944. Añadiría ─siguió diciendo Elisa─ que su estilo pictórico
en sus principios era bastante tranquilo y sosegado, después evolucionó hacía
momentos de un intenso expresionismo dramático para pasar, al final, a efectos
mucho más sobrios.
Cándido
Portinari murió, enfermo, intoxicado por el plomo de las pinturas con las que
trabajaba, con 59 años en 1962. Abandonó el mundo como uno de los más grandes
pintores del siglo XX. Sus obras están presentes en lo principales museos del
mundo, habiendo recibido reconocimientos tan importantes como la Legión de
Honor en Francia o el Premio Guggenheim en los Estados Unidos. Ningún otro
artista de Brasil había gozado antes de tanta admiración ─y tan
generalizada─ en el extranjero.
Me marché tarde a casa, iba cansado como mal
noctámbulo que soy. Recordé a Nena y a Lina, pero... ¿les habría gustado
Portinari?
Ignacio Pérez Blanquer
Académico de Santa
Cecilia
Obras de Cándido Portinari en un vídeo de YouTube:
Un Son Para Portinari (Nicolás Guillén - Horacio Salinas):
ResponderEliminarPara Cándido Portinari
la miel y el ron,
y una guitarra de azúcar
y una canción,
y un corazón.
Para Cándido Portinari
Buenos Aires y un bandoneón.
Ay, esta noche se puede, se puede,
ay, esta noche se puede, se puede,
se puede cantar un son.
Sueña y fulgura
un hombre de mano dura,
hecho de sangre y pintura,
grita en la tela.
Sueña y fulgura,
su sangre de mano dura,
sueña y fulgura,
como tallado en candela;
sueña y fulgura,
como una estrella en la altura,
sueña y fulgura,
como una chispa que vuela...
sueña y fulgura.
Así con su mano dura,
hecho de sangre y pintura,
sobre la tela,
sueña y fulgura,
un hombre de mano dura.
Portinari lo desvela
y el roto pecho le cura.
Ay, esta noche se puede, se puede,
ay, esta noche se puede, se puede,
se puede cantar un son!
Para Cándido Portinari
la miel y el ron,
y una guitarra de azúcar
y una canción,
y un corazón.
Para Cándido Portinari
Buenos Aires y un bandoneón.
Anteriormente en tus artículos , la mayoría de los pintores y pintoras provenían de clase alta ,aristócrata o acomodada, Portiniani no¡¡¡ pobre..en sus pinturas se ve, obsesionado con los trabajadores, con sus manos con sus pies....racial¡¡ me gusta¡¡ Enhorabuena por tu artículo, como siempre te transporta...
Me ha encantado tu artículo sobre Candido Portinari. Me ha parecido muy interesante. Sus obras son algo así como un retrato de su época con influencia surrealistas, cubistas y principalmente del muralismo mexicano - hay un elemento de denuncia social que es esencial en los pintores muralistas-.
ResponderEliminarOtro pintor del que no tenía ni pajolera idea, la verdad es que es muy bueno.
ResponderEliminarSaluditos
me encanta ! me parece fantastico el pintor y el articulo !...que agradable forma de enseñarnos ! gracias Ignacio !
EliminarPor primera vez en mi vida me estoy enterando de cosas interesantes de pintura moderna, es un placer leer estos escritos cada fin de semana. Muchas gracias y saludos.
ResponderEliminarGracias por las explicaciones surgidas en la reunion con tus amigos, merece la pena conocer tantos detalles de este gran pintor Candido Portinari. Animo Ignacio, sigue así q seguimos aprendiendo y conociendo contigo.
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