MÚSICA CLÁSICA

Cármina burana 

Es el nombre dado a la colección de cantos goliardos de los siglos XII y XIII reunidos en el manuscrito encontrado en Benediktbeuern, Alemania, en el siglo XIX
El nombre de la obra Cármina burana procede del latín cármĕn -inis: ‘canto, cántico o poema’ (no confundir con la palabra árabe carmén: ‘jardín’), y burana es el adjetivo gentilicio que indica la procedencia: ‘de Bura’ (el nombre latino del pueblo alemán de Benediktbeuern). El significado del nombre es, por tanto, ‘Canciones de Beuern’.
Aunque generalmente se encuentra escrito Carmina (sin tilde, como en el original latín) se pronuncia /kármina/. Para evitar que un hispanohablante pronuncie la palabra erróneamente (lo cual sucede con mucha frecuencia entre músicos y locutores), la Real Academia Española sugiere que a las palabras latinas se les coloque la tilde (en casos como este en que la ortografía latina no coincide con la española).
El original Cármina burana  es una colección de cantos de los siglos XII y XIII, que se han conservado en un único códice encontrado en 1803 por Johann Christoph von Aretin en la abadía de Bura Sancti Benedicti (Benediktbeuern), en Baviera; en el transcurso de la secularización llegaron a la Biblioteca Estatal de Baviera en Múnich, donde se conservan (Signatura: clm 4660/4660a).

El códice recoge un total de 300 rimas, escritas en su mayoría en latín (aunque no con metro clásico), algunas partes en un dialecto del alto alemán medio, y del francés antiguo.


Fueron escritos hacia el año 1230, posiblemente en la abadía benedictina de Seckau o en el convento de Neustift, ambos en Austria.
En estos poemas se hace gala del gozo por vivir y del interés por los placeres terrenales, por el amor carnal y por el goce de la naturaleza, y con su crítica satírica a los estamentos sociales y eclesiásticos, nos dan una visión contrapuesta a la que se desarrolló en los siglos XVIII y segunda parte del XIX acerca de la Edad Media como una «época oscura».
Carl Orff (1895 –  de 1982) fue un compositor alemán, que puede ser enmarcado dentro de la corriente del neoclasicismo musical.
Su obra Carmina Burana  es la colección de cantos goliardos antes citado, que atrajo a Orff por lo diverso de sus versos que eran tanto humorísticos, tristes o sugestivos; eligió unos veinte al azar y los arregló en crudas canciones para solistas y coro, acompañados por instrumentos y mágicas imágenes. 

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