Halloween, Tosantos y
Difuntos
Tomado del blog "delibrosygentes"de nuestra académica, Inmaculada Moreno
Recuerdo que, de niña, las
monjas de mi colegio, las queridas Hermanas Carmelitas de Vedruna, nos repetían
en clase que no había que confundir el Día de Todos los Santos con el Día de
los difuntos. Yo llevo años convencida de que la sabiduría popular hace muy
bien mezclándolo todo y festejando a sus difuntos más queridos el día en que
veneramos a Todos los Santos anónimos. ¿Habrá algo que despierte mejores
sentimientos que esta solidaridad intemporal de confiar en la intercesión de
los que ya han muerto mientras rezamos por ellos? Qué diferencia con la
mala chirigota que montan los anglosajones -y de la que se han imbuido por aquí
los más jóvenes- en torno a la muerte. Ya expuse hace un año en
esta ventana por qué me molesta especialmente semejante chacota indigna que me
cambia la oración de intercesión y la Comunión de los Santos por un
antipedagógico trato con amenaza, la representación de una dignísima obra teatral
en verso por un medio akelarre infantil e incluso la repostería exquisita de
los "huesos de santos" por un puñado de caramelos baratos. Lo
dije entonces y lo repito este año: chocante, ordinario e innoble.
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