DE NUESTROS COLABORADORES. REFLEXIONES
REFLEXIONANDO
Reflexiones éticas |
Y es que, sin dar
pábulo a la nostalgia ni a la abulia ni a la tristeza ni siquiera a la
decepción, y solo haciendo uso del pragmatismo de los hechos, trato de
encontrar respuestas a mis inquietudes derivadas de la observación.
Hace años que no veo
las golondrinas anidar en mi casa. Poco a poco han ido desapareciendo. No
hace mucho, aún podía observar cómo, en escaso tiempo, construían su nido con
hierba y barro, fijándolo a las paredes y a las vigas de madera, de forma que resultaran inexpugnables para los
depredadores. En las numerosas idas y venidas a su nido, se llenaba el ambiente
de un continuo trisar, que se acentuaba cuando aparecían las cabecitas de los
polluelos.
Dicen las estadísticas
que, en el último decenio, la población de golondrinas ha descendido un 30%, y
también, que centenares o miles de especies
se extinguen cada año.
No sé si es una clase de orgullo, pero cuando te invade, te hace mucho mal |
Sin la menor duda es
una alarma roja y existe explicación: abandono del medio rural, abuso de
insecticidas… y,en consecuencia, la
desaparición de su alimento. No se trata de elaborar ninguna tesis sobre medio
ambiente. Solo reflexionar sobre el costo que estamos dispuestos a pagar, para
esa desaforada búsqueda de un desarrollo industrial globalizado, cuyo fin no
repara en los medios y donde muchos trabajamos para unos pocos. Cuántas heridas
nos dejaremos en el cuerpo y en el alma, cuyas cicatrices estigmatizarán
nuestros destinos como dueños del universo. Un universo dominado por el
estúpido hedonismo (placer, poder, tener), que solo nos permite contemplar
nuestro ombligo, sin que importe el futuro de las nuevas generaciones, al menos
eso es lo que nos creemos, pero no, estamos manipulados y aunque no lo creamos,
cada vez más embrutecidos y adocenados.
No volverán las tupidas
madreselvas cuajadas de rocío, porque habremos aprendido a ignorarlas y habrán
muerto de soledad, anuladas por insolidarios muros de aislamiento.
Responsabilidad en los contratos |
Podemos decir que las
facultades espirituales del género humano están lamentablemente desacreditadas. La
ternura, la espontaneidad y la importancia de los sentimientos están siendo aniquiladas
por un mal uso de la inteligencia y la voluntad.
©Alberto Boutellier
Colaborador de la Academia
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