NAVIDAD AQUÍ Y AHORA
Si no se nos encogiera el corazón ante la
barbarie de Berlín y no nos hiciéramos eco del dolor ajeno, no sería Navidad.
Si no padeciéramos cuando a través de la televisión nos llegan las imágenes de
los niños emigrantes y reconociéramos en sus ojos, los ojos de nuestros propios
hijos, no sería Navidad.
Si en medio del caos de compras y excesos,
no frenáramos en seco para comprobar de qué se puede prescindir y cómo podemos
ayudar a los que están en desventaja social por la razón que sea, no sería
Navidad.
Navidad es cuando el corazón se explaya.
Cuando nos duele lo malo que le suceda al otro. Cuando deseamos como nunca
reunir a la familia y tratar de que disfruten de estas vacaciones.
Navidad es muchas veces en el año, y por
desgracia para otros, no lo es nunca.
Navidad es nacimiento. Natividad. Venida.
Llegada de Dios. Resurgir de la vida. Reverdecer ante lo seco del "yo, mi,
me, conmigo" para pensar en los demás. Para intentar proporcionarles
felicidad.
Puede que al abrir más el corazón lo
hagamos más vulnerable. Pero ¿quién en estas fechas no se sensibiliza de forma
especial? Los recuerdos pesan y hay que pasar página. No es que olvidemos, no.
Es que estar entretenidos en la nostalgia no sirve a nadie. La propuesta sería
lograr con los que nos preceden, que vivieran ese ambiente casi mágico navideño
que la mayoría tuvimos de pequeños. Intentar hacerlos felices.
La felicidad que hay que conseguir no
tiene que ver con la satisfacción de los deseos de los niños ante lo contagioso
de querer tener más. No es esa felicidad blandita, obtenida tras satisfacer sus
deseos inmediatamente, sin haberles siquiera permitido desear algo el tiempo
suficiente. No es esa la felicidad a la que me refiero.
Si hacemos partícipes a nuestros menores
del deber de ayudar en casa, desde su arreglo para las fiestas, hasta lo
importante de ser más cariñosos, más solidarios, entonces apareceré la
verdadera Navidad.
Sean felices con los suyos. Agarren con
ansias la felicidad de su compañía. No lo dejen para el año que viene. Amen
ahora. En presente. El año que viene, ya veremos.
María González
Forte
Colaboradora de
la Academia de BB.AA. Santa Cecilia
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