EL MUNDO DE LA MÚSICA. CAPÍTULO VII y (3)
Compositores del Barroco
Georg Philipp Telemann (1681-1767)
Compositor alemán, nacido en Magdeburgo en 1681 y muerto en Hamburgo en 1767. Innovador, talentoso y extraordinariamente prolífico, probablemente el más prolífico de todos los tiempos. Además de producir más de tres mil obras de todos los géneros y estilos de su época, creó colecciones de conciertos, dirigió óperas, enseñó música, teorizó acerca de ella y se lanzó a publicarla en un mercado en ciernes. Muchos detalles de su vida son más conocidos por su correspondencia con Händel que por su autobiografía.
Recién
llegado a Leipzig comenzó a participar en la vida musical de la ciudad, donde
fundó un collegium musicum y
produciendo óperas que competían con los compositores locales.
Telemann
compuso óperas toda su vida, destacando sobre todo en el género de la ópera
cómica. En 1705 fue nombrado músico de corte en Sorau y Eisenach. En esta época
descubrió la música popular de Polonia y de Moravia, que describió de forma
entusiasta como <<una verdadera
belleza salvaje>>.
Aunque su estilo
musical era fácil y muy adaptable, o precisamente por eso, las danzas y
melodías populares desempeñaron un papel fundamental en la música de su época y
han adquirido nueva vida en años recientes, especialmente las composiciones
para flauta travesera.
Tafelmusik
– música para la mesa – es una gran
colección de piezas musicales agrupadas en tres partes, compuestas para
acompañar festividades y banquetes, que cuenta con una larga tradición. Cada
sección de tafelmusik se inicia con
una obertura y una suite para orquesta, seguida de un cuarteto, un concierto,
un trío, un solo y una conclusión. Con el fin de crear sonoridades poco usuales
y de intensificar el contraste entre las distintas voces, en las diversas
piezas se utilizan diferentes combinaciones instrumentales: flautas, oboes,
violines, trompeta y los instrumentos
del bajo continuo, como el violonchelo, el fagot y el clavecín. A veces se
tiene la impresión de que los instrumentos discuten entre ellos, debaten y
terminan alcanzando un alegre acuerdo. Telemann también exhibe su talento en su
manera de combinar las diversas danzas que conforman la suite con la estructura
del concierto al permitir que, de improviso, algún instrumento ejecute un solo.
Descubra su música: pinche en la obra que quiera escuchar.
Georg Friedrich Händel (1685-1759)
<<Händel es el compositor más grande que jamás ha existido. Me descubriría y arrodillaría ante su tumba>>.
Quien
dice esto es, Ludwig van Beethoven, personalidad del mundo musical más que
acreditada para emitir tal juicio.
Nacido
en Halle, a muy temprana edad ya dio muestras de su disposición y de su
inusitado talento para la música, tanto que su padre tuvo que acceder, contra
su voluntad, a que el niño tomara lecciones de música. Su primer maestro fue el
organista de la iglesia de María, en Halle, Friederich Wilhelm Zachau,
excelente músico de la escuela germana del Norte, quien le dio lecciones de
órgano y clavecín, violín y oboe, y de composición. Su sólida formación musical
permitió al joven músico, en 1702, obtener el puesto de organista de la
catedral de Halle. Sin embargo, Händel , la abandonó pronto, en 1703, para
trasladarse a Hamburgo, que era a la sazón uno de los principales centros
musicales de Alemania, donde podía desarrollar su creciente interés por la
ópera, pues la pasión por este género era excepcional en esta ciudad. Händel
ingresó como músico en la orquesta y como discípulo de Keiser – director de la
orquesta – quien, además de compositor notable, fue el que estuvo cuarenta años
al frente de la Ópera de Hamburgo y el organizador de todos los eventos líricos
en todos los teatros alemanes.
Durante
los cuatro años que Händel pasó en Hamburgo, adquirió conocimientos técnicos y
experiencias prácticas en todo lo referente a la ópera, al mismo tiempo que
trabó amistad con músicos tan eminentes como Mattheson y Telemann. La
admiración por las bellas melodías y las claras estructuras de la música
italiana arrasaba en toda Europa, y Händel no fue inmune a ello.
Deseoso
de triunfar en ese campo, en 1707, emprendió el arduo viaje transalpino y pasó
los siguientes cuatro años relacionándose con ricos mecenas y músicos
destacados, como Corelli y los Scarlatti – Alejandro y Doménico -. Después de componer una plétora de
obras vocales imbuidas del espíritu italiano, volvió a Alemania, donde su buena
reputación le proporcionó el puesto de director musical de orquesta en la corte
de Hannover. Pero la vida de músico de corte no le gustaba mucho a Händel, pues
pronto pidió permiso para viajar a Londres, donde pasó un año, tiempo
suficiente para adquirir su madurez como
compositor, crear suites instrumentales y sonatas, conciertos y oberturas,
escribir y estrenar, en 1711, su ópera Rinaldo,
que causó sensación porque en el escenario se reunieron intérpretes
ingleses e italianos, cada cual cantando en su lengua.
Un año después,
en 1712, volvió a solicitar permiso para volver a Londres, permiso que le fue
concedido con la condición de que la estadía tuviera una duración razonable.
Tan a gusto se encontraba allí, que superó con creces el tiempo que su patrono
– el Elector de Hannover - consideraba razonable, por lo que perdió su puesto,
y la amistad y consideración del mismo. Sin embargo, gozó en Inglaterra del
favor de la reina Ana hasta su muerte en 1714, fecha en la que el Elector de
Hannover, la sucedió en el trono de Inglaterra con el nombre de Jorge I. Este
cambio trajo consecuencias en la posición y tratamiento de Händel, hasta que
sus muchos protectores entre los pares, intercedieron por él y consiguieron la
reconciliación entre el músico y el nuevo rey. Se dice que Händel compuso su soberbia obra <<Música Acuática>> que estrenó, sobre el Támesis, el
día de su coronación y así ganarse el favor del nuevo rey, mas no llegó a tener
en la corte londinense la misma posición que había gozado en la corte de
Hannover. En cambio fue nombrado organista y director de orquesta del duque de
Chandos, hombre inmensamente rico, en cuyo palacio de Canons vivió tres años.
En 1719 se fundó en Londres la Academia Real de Música, con el propósito de componer óperas italianas, encomendándosele un alto cargo a Händel, quien no sólo tenía que montar las óperas, dirigir las representaciones y contratar a los cantantes, sino también componer las obras. Este era el trabajo adecuado para un hombre tan activo, enérgico y lleno de iniciativas como él, pero al mismo tiempo una tarea fatigosa, enervante y no recompensada, pues los cantantes italianos eran exigentes y vanidosos que provocaban, casi a diario, escenas y escándalos que el músico alemán no podía aceptar. Se cuenta que una vez, se indignó tanto con una insoportable prima donna, que la cogió en brazos, la llevó hasta una ventana, la suspendió hasta el alféizar y amenazó con tirarla a la calle.
Las óperas que
Händel escribió para la Academia Real,
tuvieron grandes éxitos, pero pronto pasó la moda de la ópera italiana y cuando
se percató de la tibia recepción de su ópera en estilo pastoral <<Il pastor fido>> se debía a la sed de espectacularidad del público
inglés, volvió al estilo heroico con <<Teseo>>,
sobre la vida del héroe, y obtuvo tal éxito que su futuro en Inglaterra
quedó asegurado.
Cuando en Londres
menguó la popularidad de la ópera italiana, Händel se dedicó al género del
oratorio en lengua inglesa, dirigido a una clase media emergente que no
aceptaba de buen grado los gustos aristocráticos por la ópera italiana. El Mesías es sin duda la obra más
conocida y más alabada de este estilo.
Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Más célebre por su excepcional talento como organista y clavecinista que como compositor, pocos nombres en la historia de la música inspiran tanto respeto y reverencia como el de J. S. Bach. Representa la cima musical del alto Barroco, y su nombre es sinónimo de algunas de las obras musicales más bellas e intelectuales del canon occidental.
J.
S. Bach nació en Eisenach, lugar de nacimiento también de Martín Lutero, en el
seno de una familia eminentemente musical, pues su padre y todos sus tíos eran
músicos, por lo que Johann y sus hermanos recibieron una continua formación
musical. A los 14 años recibió una beca para estudiar en Luneburgo, al norte de
Alemania. Al acabar sus estudios, en 1703, obtuvo el cargo de organista en una
iglesia de Arnstad. En Mühlhausen contrajo matrimonio con su novia y prima Ana
Bárbara, desarrolló su estilo personal en la cantata y compuso gran cantidad de
obras. Poco tiempo después se estableció en Weimar, donde conoció a Telemann
con quien trabó una buena amistad, tanto fue así, que fue el padrino del
pequeño de los Bach. Pronto comenzó a trabajar para el príncipe Leopoldo de
Köthen, como “Kapellmeister”, quien
le concedió total libertad para componer música sacra, una de las
especialidades de Bach. Como, en Köthen, la demanda de música sacra no era
demasiado alta, por este motivo gran parte de sus obras profanas más conocidas,
como los Conciertos de Brandeburgo y
las suites para violín y violonchelo,
son de este periodo. También transcribió varios conciertos de Vivaldi. En los
conciertos resulta evidente la influencia de la música profana italiana.
Después de la muerte de su primera
esposa Anna, al año volvió a casarse con Anna Magdalena, cantante y música
competente, con la que tuvo trece hijos.
Aún permaneció dos años más en
Köthen, donde la vida musical empezaba a
declinar, por lo que Bach solicitó uno de los cargos musicales más prestigiosos
de Alemania, el de Thomaskantor de la
Escuela de Santo Tomás de Lipzig. Su solicitud tuvo éxito, pues aunque Telemann
y otro aspirante quedaron por delante de él, ninguno de los dos obtuvo permiso
de su patrón para aceptar dicho puesto. Por tal incidente, uno de los miembros
del consejo dijo:
<<
Como no hemos podido conseguir a los mejores, tendremos que conformarnos con el
mediocre>>. (Muy discreto y acertado el sr.consejero).
En
su nuevo cargo, Bach, tenía dos funciones principales: por un lado debía
enseñar música y dirigir el coro de los chicos de la escuela; y por otro
componer música para interpretar en ocasiones cívicas, y supervisar la vida
musical de la ciudad. Pese a las continuas tensiones con el Consejo de Gobierno
de Leipzig, Bach permaneció en su cargo hasta el final de sus días.
La producción
musical de Bach cubre un amplio espectro de géneros en el que tienen cabida lo
religioso y lo profano, lo vocal y lo instrumental, conciertos y cantatas,
obras teóricas y pedagógicas. La mayoría de su música para teclado fue
compuesta para dedicarla a la enseñanza; la de cámara por encargo y para
entretenimiento de sus regios señores; y la sacra para los servicios
religiosos. Su persona mostraba una profunda y serena religiosidad que se
trasluce en sus composiciones.
J.S. Bach fue más
variado que cualquier otro compositor y alcanzó la perfección en casi todas las
antiguas formas musicales. Sigue siendo maestro de maestros en sus Pasiones, en sus cantatas corales, en su música para órgano, en sus motetes
corales y en los cuarenta y ocho preludios
y fugas que constituyen su obra Clave
bien templado. Su clara, pura y fluida polifonía surge, con especial
nitidez, en las suites orquestales y
en los Conciertos de Brandeburgo. Por
último, reunió el conjunto de sus conocimientos en esa catedral del sonido que
él tituló “El arte de la fuga”
De su vastísima obra, la Misa en Si menor, está considerada por muchos como la cumbre, no sólo de la obra de J.S. Bach, sino de la música en general. Su composición abarca unos treinta años de la vida del maestro, quien, en principio, la concibió como una misa en honor de la ascensión al trono del rey Augusto II de Polonia. Más tarde la amplió hasta convertirla en una obra de tales dimensiones que nunca se interpretó de forma integral hasta bien entrado el siglo XIX.
De su vastísima obra, la Misa en Si menor, está considerada por muchos como la cumbre, no sólo de la obra de J.S. Bach, sino de la música en general. Su composición abarca unos treinta años de la vida del maestro, quien, en principio, la concibió como una misa en honor de la ascensión al trono del rey Augusto II de Polonia. Más tarde la amplió hasta convertirla en una obra de tales dimensiones que nunca se interpretó de forma integral hasta bien entrado el siglo XIX.
Incluye 27
piezas, agrupadas en cuatro secciones: Kirie,
gloria, credo y sanctus. Cada sección tiene un punto central, y toda la
obra gira alrededor del Crucifixus,
en el credo. Uno de los aspectos más notorio de la misa radica en que, pese a
haber sido compuesta a partir de varias fuentes, de simetría es inigualable.
Academia de Santa Cecilia
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