EL MUNDO DE LA MÚSICA: Capítulo IX, (1). Compositores del Clasicismo.
Compositores del Clasicismo (1730-1820)
Franz Joseph Haydn (1732-1809)
Conocido cariñosamente como <<Papá Haydn>> fue, durante el siglo XVIII, el compositor más exitoso, más celebrado y más querido en Europa. Sentó las bases para el perfeccionamiento de la sinfonía, el cuarteto de cuerdas y la sonata para piano.
A
los ocho años entró en el coro de la catedral de san Esteban, en Viena, donde
su maestro, Georg Reutter, descubrió su portentosa voz y, aunque no recibió una
buena instrucción musical, estudió la teoría e interpretación del piano por sí
solo. Pronto tuvo la suerte de conocer al compositor y profesor de canto,
Niccolò Porpora, quien lo admitió como alumno y acompañante en sus lecciones de
canto. Además de composición le enseñaba italiano y le educaba la voz.
En
1755,
obtuvo su primer puesto independiente como miembro del conjunto de cámara del
príncipe Fürnberg, cuatro años más tarde, ya en 1760, cambió el rumbo de su vida al ser nombrado
maestro de capilla de Eisentadt, por el príncipe Antón von Esterházi, el más
noble, distinguido y rico de la nobleza húngara, a la vez que un apasionado
amante de la música.
Aunque gozaba de
libertad artística, su posición de servidor y dependiente del príncipe no le
permitía la libertad social a la que él aspiraba, pero, en cambio, le valió
para componer una fructífera obra: cinco
misas, cuarenta cuartetos de cuerda, ciento veinticinco tríos para viola de gamba
– baritón -, el instrumento
favorito del príncipe -, con quien lo tocaba a dúo; treinta sonatas para piano y otras muchas obras. En 1790,
después de la muerte del príncipe, quedó libre y se trasladó a Viena donde, al
fin, pudo reunirse con sus admirados colegas y amigos, especialmente con
Mozart, al que le unía una estrecha amistad desde hacía años. Dos meses después
emprendió su primer viaje a Inglaterra, invitado por el empresario Salomon,
para interpretar sus nuevas sinfonías. En Londres compuso las sinfonías Sorpresa, Redoble de timbal y, por
supuesto, la sinfonía Londres.
La separación de la Luz y las Tinieblas (1511) Miguel-Ángel Capilla Sixtina, Vaticano |
En <<La Creación>>, Haydn describe de forma programática pasajes del Génesis, como la caída del hombre,
con efectos como flautas pastorales y representaciones musicales de los
animales, desde el león hasta el gusano. La representación del texto <<hágase la
luz>>, donde se desatan todas las fuerzas
orquestales de la forma más estruendosa posible, se hizo famosa de inmediato.
El efecto dramático que tuvo en su estreno en Viena, fue descrito por un colega
suyo con estas palabras:
<<En el momento que nace la luz,
se podría haber pensado que los rayos brotaban de los mismos ojos ardientes del
compositor. El aplauso del extasiado público vienés fue tan rotundo, que la
orquesta no pudo continuar hasta pasados unos minutos>>.
Haydn creó la forma clásica del cuarteto de cuerda con dos violines, una viola y un violonchelo. También instituyó la estructura tradicional de cuatro movimientos y le dio un nuevo protagonismo a la forma. Sus más de ochenta cuartetos plenos de equilibrio, intimidad y diálogo entre los instrumentos, se convirtieron en el modelo a seguir durante siglos.
Haydn creó la forma clásica del cuarteto de cuerda con dos violines, una viola y un violonchelo. También instituyó la estructura tradicional de cuatro movimientos y le dio un nuevo protagonismo a la forma. Sus más de ochenta cuartetos plenos de equilibrio, intimidad y diálogo entre los instrumentos, se convirtieron en el modelo a seguir durante siglos.
Haydn ostenta,
con todo derecho, el título de “Padre de
la Sinfonía”. La sinfonía clásica está representada, principalmente, por
las últimas composiciones de Haydn. La suprema importancia de Haydn en la
historia de la música, y de la sinfonía, se debe a tres razones principales:
-
1ª.- Introdujo un
nuevo material temático al reemplazar el habitual, lleno e hinchado de acentos
teatrales, por melodías frescas, sencillas y naturales basadas en la música popular.
-
2ª.- En el allegro de la forma sonata dio la máxima importancia a la sección central.
-
3ª.- Al hacer del
minué un tiempo obligatorio estableció la sinfonía
en cuatro movimientos.
Haydn usó siempre
la forma sonata en el primer movimiento y, con frecuencia, en el último; por
otra parte, el último tiempo suele ser un rondo-sonata,
pero nunca el minué o giga de sus predecesores. También en el tiempo lento
introdujo las variaciones – una
novedad en la sinfonía - mientras que el minué se convertía, cada vez más, en
una composición vigorosa y humorística sin perder su forma de danza.
Las últimas
veintidós sinfonías, compuso más de un centenar, son las más interpretadas, y
entre ellas, las más populares son: las
Sinfonías de Londres, las sinfonías de París, y la Sinfonía de Oxford.
También se tocan con frecuencia las tres de su primera época: La mañana (nº6), El mediodía (nº7), La tarde(nº8).(Pulsen sobre las obras marcadas en color, para escucharlas)
Johann Albrechtsberger (1736-1809)
Maestro de maestros, considerado como el mejor organista del mundo, hasta los críticos elogiaron la maestría de su interpretación al órgano, eso sí, oponiéndola a la crítica menos elogiosa de su obra como compositor, definida como <<seca>>. No obstante, Haydn lo consideraba el mejor maestro de composición de Viena, por eso envió al joven Beethoven a estudiar con él y profundizar en la comprensión de la composición musical.
Aunque era cuatro
años más joven que Haydn, nunca llegó a adoptar los estilos y géneros modernos.
Prefirió las sonatas da Chiesa de dos
movimientos a la sonata de tres
movimientos. Del mismo modo, nunca le atrajo el popular estilo italiano con su
acompañamiento armónico sencillo, y sus melodías líricas y cantables, tanto
como el entrecruzamiento de varias voces. Tal vez su actividad como organista
tuviera que ver con su enfoque conservador, que por otra parte le resultó
providencial, ya que su profunda comprensión de la fuga y del contrapunto fue
lo que le condujo a su destacada posición como pedagogo.
Los libros de
Albrechtsberger tratan temas como los intervalos, las notas que suenan bien juntas y las disonancias; o
cómo se debe conducir cada voz en relación con las demás en el contrapunto.
Todo ello expresado de forma comprensible y práctica se aprecia en el
desarrollo del estilo clásico maduro, caracterizado por la combinación del
estilo italiano con la tradición del contrapunto y la fuga. Su influencia no
sólo se limitó a Viena, sus tratados de composición y bajo cifrado le valieron
el reconocimiento internacional.
Albrechtsberger
cultivó una forma de concierto que se adelantó a su época y presagiaba el formato que más tarde
aplicarían J. C. Bach y Mozart.
Recurría con
frecuencia a instrumentación poco habitual. Compuso al menos siete conciertos
para arpa de boca y orquesta; un concierto para trombón y orquesta; y se
obsesionó cada vez más con el género más pasado de moda de todos: la fuga.
Sus obras más
destacadas son:
§ Partita para arpa y orquesta en Fa mayor.
Academia de Santa Cecilia
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