EL MUNDO DE LA MÚSICA. CAP. XII (3) Música y Nacionalismos en el siglo XIX
El Nacionalismo
Escandinavo siglos XIX y XX
Noruega:
En el siglo XIX,
uno de los símbolos del movimiento nacionalista fue la cultura agrícola, que se
expresaba a través de canciones folclóricas, cuentos, danzas y la Rosemaling
- pintura decorativa floral-. Estas tradiciones, muchas de las cuales se
remontan a la época de los vikingos, fueron recogidas por el poeta Henrik
Wergeland, quien luchó contra las injusticias que afectaban a las comunidades
rurales. Rikard Nordraak (1842-1866), autor del himno nacional noruego,
fue un incansable defensor del renacimiento de la canción folclórica noruega.
Finlandia:
En el siglo XIX, llevaba ya
seiscientos años siendo una provincia sueca, pero en 1809 pasó a Rusia,
convirtiéndose en un ducado autónomo del Imperio. El fervor nacionalista llevó
a los finlandeses a hablar su propia lengua, rechazando tanto el sueco –lengua
oficial- como el ruso. La primera novela escrita en finlandés se publicó en
1870 y se registró un gran interés por la publicación de canciones y leyendas
folklóricas orales. Uno de los hitos del movimiento nacionalista finlandés fue
el Kalevala, poema épico de Elías
Lönnrot –médico, botánico y filólogo finlandés – basado en las tradiciones
orales finlandesas, sobre el que más tarde Jean Sibelius compuso su sinfonía Kallervo.
Dinamarca:
Dinamarca:
Las
motivaciones del nacionalismo romántico danés diferían de las del resto de
países escandinavos, pues resurgió a raíz de la derrota danesa, a manos de la
armada inglesa comandada por el almirante Nelson, en la batalla de Copenhage.
En cuanto a la música, el nacionalismo
romántico danés incluye varias figuras que se inspiraron en él. Pero es Carl
Nielsen, el más destacado de sus representantes, quien creció oyendo
las baladas de la gente del campo y bailando con la música que su padre tocaba
al violín. Según dice él, su música procede de la tierra que le vio nacer y le
proporcionó su alegría y su fuerza. Dinamarca está presente en sus sinfonías,
conciertos, óperas, obras corales y canciones.
Edvard Grieg (1842-1907)
El más representativo del nacionalismo
noruego, nació en Bergen y pronto sobresalió su talento para el piano. En 1852
fue enviado a Alemania para continuar sus estudios en el conservatorio de
Leipzig. Allí permaneció hasta el año 1862, luego marchó a Copenhague para
estudiar composición con el compositor Niels Gade. Allí entabló relación con su coterráneo
Rikard Nordraak , autor del himno nacional noruego, a cuyo fallecimiento Grieg
compuso y le dedicó su célebre Marcha
fúnebre.
Grieg se convirtió en ferviente partidario de
la filosofía nacionalista de Nordraak, lo que salta a la vista en sus sesenta y
seis Piezas líricas para piano,
muchas de las cuales son transcripciones de canciones folklóricas, recopiladas
en diez volúmenes. Varias de estas piezas son obras maestras de “pintura musical”. El sutil ritmo de La mariposa, por ejemplo, captura a la
perfección la impredecible trayectoria del insecto, mientras que otras, como la
Melodía Noruega, son exquisitos
arreglos de canciones populares. Una de las más populares es Día de boda en Troldhaugen, Op.65, sobre
su propia boda.
En 1875, Grieg
compuso la música incidental para una obra de teatro del dramaturgo, también
noruego, Henrik Ibsen: Peer Gynt, una
especie de sátira existencial que, para gran sorpresa de Grieg y de Ibsen,
obtuvo un gran éxito. A partir de
la música incidental, Grieg compuso dos suites muy conocidas, en especial las
piezas: En la gruta del rey de la
montaña, y La mañana.
En 1866, Grieg compuso su Concierto para piano en La menor, Op.16, obra magnífica que, en sus iniciales acordes, revela la influencia del concierto de piano de Schumann. También compuso Lieder muy bien acogidos en Europa.
En 1866, Grieg compuso su Concierto para piano en La menor, Op.16, obra magnífica que, en sus iniciales acordes, revela la influencia del concierto de piano de Schumann. También compuso Lieder muy bien acogidos en Europa.
Otras obras:
§ Suite
Holberg, Op.40
§ Sonata para
violín nº3 en Do menor, Op.45
§ Piezas
líricas, (sesenta y seis)
Academia de Santa Cecilia
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