EL MUNDO DE LA MÚSICA. Cap. XV. La música española siglos XIX y XX (1)
La Música española siglos XIX y XX
Durante
el periodo Barroco, España y Portugal permanecieron aislados de influencias
foráneas, de modo que surgieron y prosperaron tradiciones musicales
particulares y locales. Las formas remiten con frecuencia a modelos
precedentes, sobre todo a la imitación y a la variación renacentistas, que se
utilizan de un modo bastante flexible. Sobrevive una gran cantidad de música
sacra de la época en formas muy variadas:
misas en latín con uno o más coros y contrapunto imitativo. Pero es el villancico la forma más popular de
música sacra. Se trata de obras vocales cortas de textos sagrados en lengua
vernácula, con acompañamiento instrumental o no, destinados a una celebración
religiosa. Suelen ser estróficos – la misma música se repite en cada estrofa -,
e incluyen elaborados estribillos.
Casi
todos los compositores barrocos españoles compusieron villancicos, que se
hallan depositados en los archivos catedralicios de Burgos, Salamanca, Segovia,
Valladolid y Valencia.
Las
canciones profanas y teatrales del Barroco español, en concreto los Tonos Humanos y las Tonadas,
se basan en textos de los mejores poetas de la época. Gran parte de las
partituras de estas canciones, se perdieron en el incendio, de1734, acaecido en
el Alcázar de Madrid. Muchas de esas canciones se habían escrito para acompañar
obras musicales estrenadas en la corte de Madrid. El arpa, el laúd y la
guitarra eran los instrumentos de acompañamiento más usuales.
La
música italiana de Lully y Corelli era bien conocida en la España del siglo
XVIII. Hay documentos que demuestran que hacia el año 1680, músicos italianos y
franceses se presentaron en la corte real de Madrid. Doménico Scarlatti estuvo
empleado en ella entre 1728 y 1757; y Farinelli, el célebre castrato italiano
también causó furor, por su talento y por su prodigiosa voz para el arte del
canto, en la corte española a comienzos del siglo XVIII.
El gusto musical
italiano imperaba de tal modo en la España del siglo XIX que parecía condenada
a la irrelevancia toda inspiración genuinamente española. Un español, Martín
Soler (1756-1806), compositor valenciano que cultivaba este género de música,
triunfó en Viena con el estreno de su ópera <<Una cosa rara ossia belleza ed onesta>> que durante varios
meses eclipsó Las bodas de Fígaro de
Mozart. Competir con Mozart, en Viena, demuestra hasta qué punto un artista
español podía asimilar el estilo musical dominante de su época.
Esta corriente
italianizante alcanzó su punto álgido con Rossini, cuyo estilo llegó a
contagiar incluso a la misma música religiosa, como puede observarse en el Miserere de Hilarión Eslava. Resultaba
prácticamente imposible imaginarse un teatro lírico de características
nacionales. No obstante, como se sentía la necesidad de crear algo que fuera,
al menos, un sucedáneo de lo que se echaba en falta, los valores propios
buscaron refugio en un género menor que surgió para alcanzar, en breve tiempo,
una extraordinaria difusión: La Tonadilla
escénica.
La Tonadilla:
Pieza escénica de
corta duración que alterna la música, el canto y el baile, de pura raigambre
española, nacida del pueblo como viva y eficaz protesta contra las costumbres y
los gustos extranjeros dominantes en la época, que admitía toda clase de
asuntos y, que antes de italianizar su estilo, triunfaba porque, sobre todo,
había logrado recoger el aire de la calle, incorporando a la escena personajes
y elementos populares con los que la sociedad de la época se identificaba. La Tonadilla no era otra cosa que un
simple coro a cuatro voces llamado un siglo antes “Cuatros de empezar”, conocidos también como “Tonos humanos”- para diferenciarlos de los Tonos Divinos que se cantaban en la iglesia - con los que daba
comienzo la representación de la comedia. Estos Tonos eran cantados por cuatro mujeres ataviadas con trajes
señoriles, e iban acompañados de instrumentación musical compuesta por cuatro
violines, dos trompas, dos oboes y un contrabajo. La tonadilla escénica se
difundió por toda la península y contribuyó a la formación de un lenguaje
musical español que más tarde hallaría un campo más amplio en el desarrollo de
un género genuinamente español: La
Zarzuela.
La Zarzuela:
La Zarzuela:
Obra escénica
entre el drama y la ópera que en la parte declamada alterna con el canto,
constituyendo un género teatro-musical semejante al francés “ópera comique”, al italiano “opereta”,
al “musical play” inglés y al “singspiel” alemán, aunque conservando,
a través de su evolución, el sello propio y fisonomía del elemento tradicional
literario y musical que le caracteriza. El abolengo de este género no puede ser
más antiguo e ilustre, pues nuestro teatro lírico tiene sus orígenes en las Églogas de Juan de la Encina
(1468-1529), en las Farsas de Lucas Fernández (1474-1542), y en los Autos del dramaturgo portugués Gil
Vicente (1465-1537).
El nacimiento de
la zarzuela puede asignarse con
exactitud a 1629, fecha en la que, por primera vez, en el Real Sitio de la
Zarzuela, se representó ante los reyes la égloga pastoril La
selva sin amor, texto de Lope de
Vega y música del boloñés Filippo Piccini, considerada como la primera
zarzuela, que no ópera, dándose desde entonces el nombre de Fiestas de la Zarzuela, a los eventos
que allí se celebraban, y por ende al género de la nueva composición musical: Zarzuela.
El
musicólogo Antonio Peña y Goñi dice a este respecto:
<<El
título de esta casa de campo de la Zarzuela, vino a englobar en una sola
denominación los diversos géneros de obras dramáticas musicales que con
anterioridad ya existían y eran espectáculos corrientes en nuestro
país…>>.
Tomás
de Iriarte, en su poema La Música,
así glosa a la zarzuela:
Digna
mención pudieras / haber hecho también de nuestro drama /
que
zarzuela se llama, / en que el discurso hablado
ya
con frecuentes arias se interpola, / ó ya con dúos, coro y recitado;
cuya
mezcla, si acaso se condena, / disculpa debe hallar en la española
natural
prontitud, acostumbrada / á una rápida acción de lances llena,
en que la recitada cantinela / es
rémora tal vez que no le agrada.
El texto de este
poema induce a creer que es la zarzuela el espectáculo lírico predilecto por
los españoles del siglo XVII, y que zarzuelas fueron, y no óperas, aquellas
producciones que los eruditos consideraban óperas.
Algunos de los
representantes más significativos de la Zarzuela
son:
Manuel Bretón de los Herreros (1796-1863)
En colaboración
con Basilio Basili, músico italiano por más inri, emprendió con denuedo la
lucha contra la influencia musical italiana y, en 1839, con el estreno de El novio y el concierto, renace la
zarzuela. Esta obra, en la que predominaban aires españoles también dejaba ver
la influencia italiana, obtuvo un gran éxito y, con ella, la zarzuela entró en
su mejor época.
Fco. Asenjo Barbieri (1823-1894)
Fco. Asenjo Barbieri (1823-1894)
El barberillo de Lavapiés; Pan y toros;
Jugar con fuego; El bolero afligido;
Manuel Fdez. Caballero (1835-1906)
El dúo de la Africana; Gigantes y
cabezudos; La Marsellesa; La viejecita;
Las dos princesas; La manta zamorana, Los hijos del capitán Grant…
Federico Chueca (1846-1908)
La Gran Vía;
La alegría de la huerta; Cádiz; La canción de Lola;
Agua,azucarillos y aguardiente; Las mocitas del barrio;…
Ruperto Chapí
(1851-1909)
La
tempestad; El milagro de la Virgen; Mujer y reina; La revoltosa;
Las hijas
del Zebedeo; El tambor de granaderos; El “puñao” de rosas;
La patria chica; La venta de Don Quijote; El barquillero…
Amadeo Vives (1871-1932)
Don Lucas
del Cigarral; Bohemios; Doña Francisquita; La gatita blanca; El arte de ser bonita; La generala; La
villana; Talismán; El señor Pandolfo;
Los flamencos; El duquesito o la corte
de Versalles…
Federico Moreno Torroba (1891-1982)
Luisa Fernanda; La Marchenera; La ilustre moza; Los laureles; Polonesa; La niña del
polisón; La Caramba y María Manuela…
Jacinto Guerrero (1895-1951)
La rosa del azafrán; La alsaciana; Los
gavilanes; El huésped del sevillano;
Las mujeres de Lacuesta; El país de
los tontos; La orgía dorada; El ama;
Don Quintín el Amargao; La sombra del
Pilar; Las alondras, Martierra…
Pablo Sorozabal (1897-1988)
La del manojo de rosas; La tabernera del puerto; Katiuska; Los burladores;
La guitarra de Fígaro; Black, el
Payaso; Adiós a la bohemia; Don Manolito y la eterna canción; La isla de las
perlas; Entre Sevilla y Triana y Brindis.
Para orquesta:
Capricho español; Mendian y
Txistulariak; Suite vasca; Variaciones sobre un canto popular y La casa de las
tres muchachas.
Academia de Bellas Artes Santa Cecilia
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