CANTE FLAMENCO. Capítulo I
CAPÍTULOS
01. ¿Qué es el Flamenco?
02. Etimología y origen del Flamenco
03. ¿Por qué “cante”
y no canto?
04. ¿Por qué “cantaor” y no cantor o cantante?
05. Clasificación de los cantes flamencos
06. Cantes matrices o básicos
07. Cantes derivados de los básicos
08. Cantes festeros
09. Cantes de Cádiz y los Puertos
10. Cantes de Ida y Vuelta
11. Cantes derivados del fandango andaluz
12. Cantes aflamencados derivados del folklore
13. Bibliografía
14. Glosario
de términos
El Diccionario Enciclopédico Ilustrado del
Flamenco dice:
<<Aplicase al conjunto y cada
una de las formas de expresión de una cultura española, genuina y arraigada en
Andalucía que se manifiesta, principalmente, por una manera peculiar de cantar,
bailar y tocar la guitarra, a la que se le reconoce entidad de arte específico.
Se considera que el cante, el baile y el toque de guitarra flamencos
constituyen en su conjunto un arte, porque sus estilos, creados sobre bases
folklóricas, canciones y romances andaluces, han sobrepasado sus valores
populares alcanzando una dimensión superior, cuya interpretación requiere
facultades especiales en todos los órdenes>>.
Félix grande, mucho más concreto, lo sintetiza
en esta frase:
<< El flamenco es un lenguaje
lleno de conmoción, lleno de ayeo, de queja: de quejío. El ayeo, el quejío… es como si el
lenguaje aún no existiera. El cante, el grito… parecieran que son hermanos >>.
En su obra “Memoria
del Flamenco”, dice:
<< Las músicas que tienen gritos
en su ser, al protestar gritando, reivindican la vida. Da igual lo que diga una
copla cuando la copla duele, incluso cuando esa copla nos restaña el dolor. No
es que la queja cuaje en copla, es que la copla cuaja en llanto. Lo que importa
es la hondura que transporta la copla, y dentro de la copla, lo que más importa
es el grito >>.
Al “ayeo”,
el poeta granadino Luis Rosales
le llama “la Puerta del Cante”:
<< En la puerta del cante, en el
ayeo, la voz se queda sola, la voz es sólo expresión pura. No significa nada y
suena igual que el viento entre los árboles. La copla no ha empezado todavía,
pues la puerta del cante no se compone de palabras, está compuesta de sonidos,
y estos sonidos no cuentan nada: tiemblan; no dicen nada: cantan. Justamente por eso nos separan del mundo
conocido, nos aíslan, son como un tajo en la memoria. En el ayeo se oye la voz
de una manera distinta y principal, se encuentra en la antesala del día de la
creación, igual que si el lenguaje aún no existiera. Esta entrada del cante es
su momento de más profunda y lirica intensidad. El ayeo es cante puro. Cante
sin cantar nada. Lo sentimos, lo vivimos, nos duele: no sabemos por qué
>>.
Continúa diciendo:
<<…el cante no es la letra; el
cante flamenco es algo mucho más importante que la letra. Yo diría que el
cante, aislado de la letra, se desvalora, pero la letra aislada del cante, no
pierde su valor sino su sentido >>.
Ignacio Pantojo
Socio colaborador de la Academia Santa
Cecilia
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