CANTE FLAMENCO. Capítulo IX y (2) Cantes de Cádiz.


o    Cantiñas:
Las “cantiñas” son de condición y rasgos esencialmente gaditanos, una especie de soleares de ritmo más vivaz que engloban una vasta y variada familia de “cantes de atrás”, algunas de ellas van unidas a los más bellos bailes flamencos: Alegrías, Mirabrás, Caracoles, Romeras, Gilianas 
-        Alegrías:
Ricardo Molina las define así:
      <<Es un cante optimista, risueño, rebosante de dinamismo, de desenvoltura y de gracia>>.
     Si nos remontamos a Antonio Machado Álvarez “Demófilo”, en su libro “Colección de cantes flamencos”  hace estas reflexiones:
     << Al lado del hombre de sentimientos delicados que goza con la música triste de la seguidilla  gitana o levemente melancólica de la soleá, existe el espíritu alegre y bullicioso que va a recrearse con la música, también retozona y alegre, de ese infinito número de composiciones, puramente andaluzas, conocidas con el nombre de “juguetillos” o alegrías. Juguetillos capaces de resucitar a un muerto y de hacerle tocar los palillos…, alegrías muy a propósito para  levantar el ánimo del profundo estado de tristeza en que lo sumen un polo o una siguiriya.
gitana >>
     El profesor García Matos, refiriéndose a la “Jota de Cádiz” dice que ésta da origen a un tipo de alegría que nada tiene que ver con las cantiñas, pues es una verdadera jota aragonesa aflamencada en Cádiz, gracias a los lazos de simpatía que unieron a la capital gaditana con la capital maña, con motivo de su heroica resistencia al francés Napoleón.
     También las Alegrías de Córdoba, importadas de Cádiz, son una derivación de las gaditanas adaptadas a la pausada y senequista psicología cordobesa, no exentas de encanto.
                Alegrías.              https://www.youtube.com

-        Mirabrás:
     Es el mirabrás un cante que, Tomás Andrade de Silva, catedrático del Conservatorio de Música de Madrid, glosa de esta manera:
<< ¡El mirabrás! Estilo de vibrátil ritmo, ondulante como un tirabuzón moreno, elegante y airoso como un recorte torero. Tiene en los pies la ligereza de las alegrías; guarda en las entrañas la trascendencia de la soleá, y se le incendia el pecho con la pasión valiente de los cantes grandes…>>
    El profesor García Matos, en 1849, escribe:
<<El mirabrás y las alegrías, oriundos de las tierras gaditanas; alegrías ambos, el baile más hermoso y difícil de la coreografía flamenca; en musical modo los dos y con iguales acompañamientos y ritmos guitarrísticos, el primero se cantaba cuando la bailaora – pues es baile de mujer sola - pedía al cantaor que le cantase largo; el segundo cuando no hacía esa petición, lo que implícitamente revela que aquél es cante mayor que éste.
     Ricardo Molina piensa que este cante es adaptación flamenca de algunas canciones popularizadas en el Cádiz liberal de las primeras Cortes Españolas, porque la letra característica e inicial trasciende liberalismo y proclama independencia:
                                   A mí qué me importa
                                   que un rey me culpe,
                                   si el pueblo es grande y me abona.
                                   Voz del pueblo, voz del cielo y andá.
                                   Que no hay más ley que son
                                   las obras con el mirabrás…
                                        
Si esta letra data del año de las Cortes Constitucionales de 1812, del año de “La Pepa”, resulta que el mirabrás es un cante más antiguo que las alegrías, pues éstas se conocen desde la segunda mitad del siglo XIX.
        Mirabrás:                   https://www.youtube.com

-        Caracoles:
   Entre el numeroso grupo de cantes que componen la familia de las cantiñas gaditanas están los “caracoles”, que tienen la particularidad de ser el cante representativo de una ciudad tan alejada de Andalucía como Madrid. Los caracoles son un cante propio para la fiesta que, aunque criado en Madrid, conserva la gracia de los cantes gaditanos. Tiene gran variedad de matices y su “són”  no sólo nos recuerda a las alegrías, sino que nos trae un “deje” de la caña y del polo.
     Fernando Quiñones lo define así:
<< Primo hermano de alegrías, mirabrás y romeras, aireado en su cuna por andaluces vientos del Atlántico y curtido ya por los soles y las nieves de Castilla, el cante de caracoles, cuyo nombre procede de una de sus coplas, es una miscelánea sucesión de cantiñas, entre las que surgen siempre el conocidísimo pregón de caracoles, la calle de Alcalá y las fuentes madrileñas, y la alegría de una tarde de toros en la Villa y Corte. Tal amadrileñamiento de un estilo gaditano se atribuye a don Antonio Chacón, quien lo instalara triunfalmente en la gran ciudad central, cuyos gustos, preferencias y ambientes nos han hecho considerarla y sentirla, más de una vez, como la “última ciudad andaluza” hacia el norte>>.

     Muchos son los cantaores que han interpretado “caracoles” pero la mayoría de los entendidos coinciden en destacar a Antonio Fernández “Fosforito” como el más perfecto, el de más completo compás y el que mejor conserva la línea gaditana. En él, los tercios de este cante encuentran su medida exacta, pues la modulación de su voz, en consonancia con el ritmo, los enlaza de manera muy flamenca consiguiendo un todo pleno de sugerencias y belleza.
(A mí me gusta más la interpretación de “Pericón” de Cádiz)
               Caracoles:           https://www.youtube.com
o   Romeras:
Brío, ritmo, luz y garbo similares a los del mirabrás poseen las romeras, también dentro del grupo de las cantiñas.
Se cree que el nombre de Romera se debe a su creador, apellidado Romero. Andrade de Silva cuenta que el tal Romero “el Tito” adaptó un corrido o romance gitano, arreglándolo al estilo de cantiñas, bautizándolo con su nombre e infundiéndole su fuerte personalidad artística.
Es un cante más ligado y en cadena que las demás cantiñas gaditanas, aunque sin pérdida de la línea airosa y adornada que las caracteriza a todas y, como ellas, muy rico en ritmo. Las interrupciones de éste, en el cante de romeras, detienen la letra inesperadamente, muchas veces en mitad de una palabra, con un efecto que alarga aún más la longitud del floreo vocal.
    Romeras:             https://www.youtube.com

o   Gilianas:
<< ¡Rara avis! Ornitorrinco inhallable de la tradición flamenca gaditana>>
Así la llamó Fernando Quiñones. Cante y letra que el gaditano Antonio Jiménez, hijo de Enrique “el Mellizo”, se llevó con él al otro mundo.
     Sin duda esa letra correspondía a un arcaico romance castellano, adaptado a un viejo corrido gitano semejante a la “nana moruna”, cuyas letras cantaban el rito del pañuelo manchado de sangre en las bodas gitanas, lo que hace presumir su proximidad a la alboreá –cante nupcial gitano- cuyo ritmo, y  acompañamiento es también de cantiñas, de ahí, tal vez, la denominación de “alegrías lentas”.
     El veterano cantaor “Pepe el de la Matrona”, afirma que en, el flamenco antiguo, cuando las soleares las bailaba una mujer se llamaban “gelianas”, y cuando las bailaba un hombre, “jaleo”.
    Gilianas:                https://www.youtube.com  
Ignacio Pantojo
Socio Colaborador de la Academia de BB.AA. Santa Cecilia

GLOSARIO DE TÉRMINOS FLAMENCOS

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