SOBRE EL NOMBRE DE EL PUERTO DE SANTA MARÍA (8º de 10)
Ocupémonos
en primer lugar de la variante Puerto de
Santa María. Aunque apareció en los años fundacionales de la villa, lo hizo
tímidamente. La extensión de su empleo fue posterior y se debió a la evolución
del castellano. Si bien ha tenido siempre un uso minoritario, nunca ha dejado
de rivalizar con la variante El Puerto de
Santa María, pues tiene a su favor la vacilación de los hablantes ante el
empleo o no del artículo, y por si fuese poco, ocasionadamente, recibe impulsos
de tan buenos partidarios como de los que goza. Su uso es gramaticalmente
correcto, pero lo cierto es que nos resulta extraña; y hasta malsonante en
ciertas estructuras lingüísticas: (¿Dónde
está Puerto de Santa María? Nos veremos en Puerto de Santa María, p.e.).
Sin embargo, es una variante útil; imprescindible para algunos mensajes y sus
correspondientes construcciones sintácticas. No se trata, pues, de suprimirla,
sino de hacer uso de ella adecuadamente. Yo diría que la variante Puerto de Santa María sólo debería ser
utilizada en las funciones metalingüística, emotiva y poética del lenguaje.
Puede y debe decirse, p.e., Quiero volver
a mi Puerto y dice muy bien José-Luis Tejada en este verso “Este tu encanto canto, Puerto mío”.
La
variante El Puerto de Santa María es,
incuestionablemente, la que da nombre a la ciudad. Sólo en algunas expresiones
emotivas tiene que ser sustituida por la variante sin artículo. Apareció en los
años fundacionales de la villa y lo hizo con una enorme fuerza expresiva y un
predominio manifiesto con respecto a la variante Puerto de Santa María, como se pone de manifiesto en los documentos
de la época y en las Cantigas. Todo parece indicar que el empleo del artículo
tuvo desde sus orígenes, además de causas idiomáticas básicas (Fernández Lobo),
una manifiesta intención enfatizadora y singularizadora. Por razones religiosas
y políticas (González Jiménez y Connie L. Scarborough), Alfonso X ofrendó el
lugar a la Virgen como si de un exvoto se tratase, según ha apuntado Montoya
Martínez, e hizo de él “el puerto” de Santa María. Esta variante ha venido
siendo la más empleada por los hablantes, como hemos podido comprobar en el
muestreo literario realizado anteriormente, pero desde el siglo XVI,
aproximadamente, soporta una mayor competencia del uso de la variante Puerto de Santa María.
Por
su parte, la forma El Puerto, como ya
hemos señalado, puede ser originaria y dar lugar tanto a la advocación Santa María del Puerto como a la
variante El Puerto de Santa María o
puede ser resultado de una de estas denominaciones. Yo no descartaría, incluso,
una doble función de causa y efecto de la forma El Puerto. Su uso ha sido y es muy común y ha desempeñado un
importante papel en el predominio de la variante El Puerto de Santa María con respecto a la variante Puerto de Santa María. La vitalidad de
la forma El Puerto ha sido el
principal apoyo lingüístico que la variante El
Puerto de Santa María ha tenido y tiene para mantenerse contracorriente
frente a la ya mencionada posterior tendencia de los hablantes a suprimir el
artículo delante de nombres de localidad encabezados por topónimos primarios
(Arroyo de Granada, Valle de Santa Ana, Puerto de España).
Academia de Santa Cecilia
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