SOBRE EL NOMBRE DE EL PUERTO DE SANTA MARÍA (7º de 10)
En el segundo supuesto, la imagen mariana que hoy
conocemos como Virgen de los Milagros, cuya procedencia exacta se desconoce,
pero que era venerada por las tropas alfonsíes y sus acompañantes, tomaría la
advocación de Santa María del Puerto
en razón de la naturaleza portuaria del lugar y puede que también por el
importante papel que desempeñaba en la “cruzada africana”; y comenzaría a darle
nombre a la aldea.
En
uno u otro supuesto o en cualquier otro que no hayamos acertado a considerar,
el proceso de denominación de la aldea pudo originarse como un movimiento
espontáneo popular o como una decisión real. De cualquier manera, esta instancia
de poder sancionaría el cambio de nombre de la localidad. Al respecto hay que
tomar en cuenta lo relatado en la cantiga 328 sobre el cambio de nombre del
lugar, diferenciando realidad y leyenda. La cuestión es tan interesante como
compleja. Ocurriera lo que ocurriese, durante un tiempo la denominación Santa María del Puerto hizo referencia
simultáneamente a la nueva advocación y al nombre de la aldea, que también era
llamada El Puerto. Es muy probable
que a fin de cristianizar la forma El
Puerto, la villa comenzará a ser llamada El Puerto de Santa María y Puerto
de Santa María (recordemos que en 1281 la carta-puebla dice “el puerto que llaman de Santa María”),
pero tampoco es descartable que la forma El
Puerto proceda de Santa María del
Puerto o de la variante El Puerto de
Santa María. Lo que sí es indudable es que se llevó a cabo una
diferenciación entre la advocación mariana –Santa
María del Puerto- y el nombre de la localidad –El Puerto de Santa María-. Esta opción se tomó también en una pequeña
localidad francesa de nombre muy similar, situada en la banda derecha del río
Garona, entre Toulouse y Burdeos, cerca de Agen, cuya existencia conocí, hace
muy poco, gracias a mi buen y viejo amigo Francisco Artola Buzón. Me refiero a
Port-Sainte-Marie (Puerto Santa María), que debe su nombre a su condición
portuaria y a la advocación de Notre-Dame de Port (Nuestra Señora de Puerto).
En nuestro caso, a pesar del cambio lingüístico diferenciador, Santa María del Puerto continuó
empleándose como nombre de la villa hasta el siglo XVI, como señaló Sancho de
Sopranis, aunque considero que con poca frecuencia. Las variantes el Gran Puerto de Santa María y Gran Puerto de Santa María sólo se
utilizaban en algunos documentos oficiales solemnes, pero también infrecuentemente.
Fuera
cual fuese el proceso de formación del nombre de la ciudad, lo cierto es que
las tres formas citadas –El Puerto de
Santa María, El Puerto y Puerto de Santa María- son las que
vienen dando nombre a la ciudad desde sus orígenes recientes de forma
ininterrumpida, así que vamos a fijarnos ahora, brevemente, en sus
características, usos e interrelaciones.
Academia de Santa Cecilia
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